Ciudad de México, 17 de diciembre de 2024.- En el marco del Día Internacional del Migrante, World Vision México pone el foco en uno de los sectores más vulnerables de los flujos migratorios: las niñas, niños y adolescentes. En América Latina, uno de cada cinco migrantes es de la niñez, enfrentando desafíos extremos que afectan su desarrollo físico y emocional en cada etapa del viaje migratorio. Desde agosto de 2023, se estima que entre 2,000 y 5,000 personas cruzan diariamente América Central y México a través de puntos irregulares con destino principal hacia Estados Unidos. De este total, al menos el 20% son niñas, niños y adolescentes, quienes enfrentan riesgos graves a lo largo de su camino.
La crisis migratoria, lejos de mostrar signos de mejora, se agrava con cifras históricas. En 2023, más de 520,000 personas cruzaron el Tapón del Darién, un bloque vegetal que se extiende entre Panamá y Colombia, un recorrido sumamente peligroso que expone a miles de niñas, niños y adolescentes a riesgos como desnutrición, explotación y violencia. Además, en la frontera entre México y Estados Unidos, más de 83,000 niñas y niños migrantes fueron interceptados en los primeros siete meses de 2023. «Estas cifras representan historias humanas, sueños interrumpidos y derechos vulnerados. No podemos ignorar que cada niña y niño migrante merece protección y oportunidades para prosperar», afirmó Malcom Aquiles, Director de Incidencia en Políticas Públicas y Movilización de World Vision México.
La realidad de la niñez migrante
La migración impacta de manera profunda a las niñas, niños y adolescentes en cada etapa de su recorrido:
- Inicio: Abandonan su hogar, su escuela y su comunidad, lo que genera miedo, tristeza y desarraigo.
- Tránsito: Las rutas migratorias los exponen a riesgos físicos y psicológicos críticos, incluyendo la falta de acceso a alimentos, agua, atención médica y refugio seguro.
- Destino: Enfrentan barreras culturales y lingüísticas, además de discriminación y exclusión social, lo que limita sus posibilidades de integración y desarrollo.
Una crisis que requiere respuestas concretas
El fenómeno migratorio es complejo, pero existen soluciones clave que pueden marcar una diferencia inmediata en la vida de las niñas, niños y adolescentes migrantes. Para protegerlos y garantizar su bienestar, es fundamental:
- Establecer corredores humanitarios seguros, diseñados específicamente para que las familias puedan transitar de forma ordenada y protegida hacia sus destinos.
- Asegurar el acceso a derechos básicos, como educación, atención médica y refugio, elementos esenciales para que los niños y adolescentes migrantes puedan desarrollarse plenamente, incluso en situaciones de movilidad.
- Diseñar políticas públicas inclusivas, que no solo protejan los derechos de la niñez migrante, sino que también promuevan su integración social y económica, evitando cualquier forma de criminalización.
- Atender las causas estructurales de la migración, como la pobreza, la violencia y el cambio climático, que obligan a miles de familias a abandonar sus hogares en busca de seguridad y oportunidades.
Estas acciones, enfocadas en soluciones sostenibles y colaborativas, no solo protegen a las niñas, niños y adolescentes migrantes, sino que también fortalecen el tejido social de las comunidades de acogida, fomentando un futuro más equitativo y solidario.
Esperanza y resiliencia en la niñez migrante
Cada etapa del viaje migratorio nos enseña lecciones de valentía y esperanza. Las niñas, niños y adolescentes migrantes son testimonio de una resiliencia extraordinaria. Cuando se les escucha y apoya, no solo superan los obstáculos, sino que también inspiran soluciones que transforman las comunidades.
«Todas las niñas y niños tienen derecho a soñar, a sentirse seguros y a crecer en un entorno que les permita prosperar. Su valentía nos enseña que las diferencias nos enriquecen y que, juntos, podemos construir un futuro más inclusivo y solidario», concluyó Malcom Aquiles.