Ciudad de México, a 2 de enero de 2025.- En los últimos años, la cantidad de personas que requieren asistencia humanitaria ha aumentado más de 30% a nivel global, con 360 millones de personas que deben lidiar con retos alimentarios, de acceso al agua potable, refugio o atención médica, informó la ONU. En México, esto no es diferente debido a una cifra sin precedentes en la recepción de refugiados, y el consiguiente aumento en la demanda de tratamientos médicos y alimentos.
En este contexto, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días presentó recientemente su Informe Anual de Ayuda Humanitaria 2024, donde se reportó que sus más de 50 proyectos sociales impactaron positivamente a casi un millón de personas en gran parte del país, especialmente en aquellos con comunidades rurales o en situación vulnerable, tales como Chiapas, Oaxaca, Guanajuato, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Quintana Roo, Chihuahua, Sonora, Querétaro, Guerrero, Baja California y muchos otros.
Ranulfo Cervantes, gerente de Ayuda Humanitaria de la Iglesia, comentó que: “Nuestro propósito sigue siendo llevar ayuda a quienes más lo necesitan, con el objetivo de fortalecer a las comunidades. Tenemos grandes proyectos en puerta para 2025, en los que el impulso de la salud, atención a los discapacitados, seguridad alimentaria, educación para todos y la atención integral de comunidades vulnerables serán pilares, y las iniciativas beneficiarán a prácticamente todos los Estados”.
Por su parte, Lilian Guzmán, gerente de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia, mencionó que, a través de la colaboración con diversas asociaciones, tales como APAC, Fundación IMSS, Save the Children, MUCCAM, Federación Mexicana de Diabetes, Fundación CIMA, Banco de Alimentos, Un Kilo de Ayuda y muchas más, este año fue posible apoyar importantes causas como la prevención y tratamiento de cáncer de mama; donación de sangre; mejora de hospitales; prevención de la ceguera en pacientes con diabetes; rehabilitación de niños con parálisis cerebral; ayuda legal y capacitación para desplazados internacionales; y acceso a nutrición digna para infantes y población vulnerable.
“Promover proyectos con causa social y sostenible continuará siendo prioritario para nuestra comunidad; prueba de ello es que los fondos que proveemos no vienen de una utilidad, sino que son obtenidos enteramente de donaciones voluntarias realizadas por todos los miembros de la Iglesia. Estas entregas tienen un solo propósito: Crear mejores condiciones para las personas que lo necesitan”, concluyó Netza Salinas, director de Asuntos Temporales de la Iglesia en México.
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