La situación política internacional, española y catalana, nos confirma que estamos en plena crisis de liderazgo, de ‘personas que dirijan u orienten a un grupo, el cual reconoce su autoridad’ (RAE), y así nos va, como intento explicar a continuación.
Todos sabemos que los partidos políticos, en plena campaña electoral, incorporan en sus listas (en puestos relevantes) a personajes mediáticos o a perfiles con un elevado currículo profesional, como ganchos de cara a los potenciales votantes; y tras los resultados, la efectividad de esos ‘paracaidistas’ resulta ser como las estrellas fugaces, tanto en su partido (que difícilmente entiende esas incorporaciones, al ver que su ‘fidelidad’ no es bien recompensada), como en su reconocimiento social, que acaba sin entender nada.
En ERC, vimos la incorporación del popular meteorólogo Tomás Molina i Bosch, que en la campaña electoral prometía conseguir la realización del festival de Eurovisión en Catalunya; vaya nivelito.
Y en Junts, el show se basó en la incorporación de Anna Navarro Descals (n. 1968), más conocida como Anna N. Schlegel (apellido de su marido), una empresaria, vicepresidenta de la empresa californiana Procore y responsable de estrategia de la catalana GPA Innova; en el 2020 fue considerada la mujer más influyente del mundo en tecnología por la revista Analytics Insight, y el 2021 la más admirada por la revista CIO Look. El 2020 también era la ejecutiva de la ONG Women in Technology; fue galardonada con la Creu de Sant Jordi el 2021. Y, tras las elecciones de junio del 2024, como número 2 de la candidatura, fue elegida diputada del Parlament; y, desde entonces, es la encargada de la transformación digital, inteligencia artificial y Catalunya en el mundo, de su partido.
Pues bien, hace un par de días, un amigo me comentó que él siempre había votado a ERC, pero que por la incorporación de la citada Navarro en las listas de Junts, votó a este partido; y, claro, ahora está un tanto decepcionado y desorientado.
Ante esta situación, con unos pseudo líderes que no responden a la definición de ‘personas que dirigen u orientan a un grupo, el cual reconoce su autoridad’ (RAE), o si lo hacen, responden de forma parcial; y que, en los momentos críticos, como las elecciones, nos colaron a los mencionados personajes, como meros señuelos, y eso nos confirma la debilidad que ellos mismos aprecian de su propia imagen (un cierto complejo de inferioridad, ‘sobrecompensado’ de forma narcisista) y de la de sus respectivos partidos.
Efectivamente, no somos ilusos, ni utópicos, por eso no esperamos tener a pensadores ilustres a la altura de los mencionados en el escrito de ayer: Albert Einstein (1879 – 1955) y Sigmund Freud (1856 – 1939)
Y también sabemos que, si ERC y Junts hubieran ganado las elecciones, los citados Molina y Navarro ahora estarían ocupando cargos de relevancia en los posibles sendos gobiernos y, quizás, podríamos ver sus ‘virtudes’.
Pero la realidad es la que es, y Tomás Molina volvió a TV3 (3Cat) hasta que, pasados dos años, ocupe su escaño de eurodiputado (en 2029), que comparte con Ana Miranda, del Bloc Nacionalista Gallego; y Ana Navarro desconozco si ha vuelto a los EUA y, en paralelo, ejerce de parlamentaria; o si continúa en Catalunya, dedicándose plenamente a sus funciones de parlamentaria y de partido.
Y mientras tanto, fruto de tanta incompetencia de ególatras, narcisistas e infantiles, como nuestros pseudo líderes, nos encontramos con un president de la Generalitat como el unionista Salvador Illa, dedicado a desmantelar la esencia catalanista de nuestras instituciones. La última prueba, de momento, la tuvimos ayer con las declaraciones de conseller de deportes, Berni Álvarez, rechazando las selecciones catalanas, especialmente de fútbol, y diciendo que sólo admiten, excepcionalmente, la selección de rugbi que, como la pelota vasca, tienen una historia y origen anterior a la federación española.
Y el ‘argumento’ de ese conseller, es que los ‘deportistas únicamente quieren competir en las mejores condiciones’. Si eso realmente fuera cierto, esos deportistas ¿no preferirían competir como ingleses o franceses, pues sus federaciones tienen más prestigio y solera?, y ¿pueden los deportistas decidir por sí mismos, al margen de los intereses sociales y de forma independiente de los representantes políticos?
Asimismo, ¿sabe el citado Berni Álvarez, que el reconocimiento de esas selecciones deportivas formó parte del acuerdo de investidura de Salvador Illa?, y, de saberlo y estar compartida la decisión por el represor Salvador Illa, ¿pretende humillar, una vez más, a sus socios de investidura (que, por cierto, ya han tragado muchos sapos)?
En este momento, y con la excepción del president Carles Puigdemont, únicamente las asociaciones civiles (ANC y Òmnium) plantean estrategias de futuro, reclamando un giro drástico a los partidos independentistas, pero, por lo que parece, estas asociaciones, a pesar de su gran cantidad de afiliados, han perdido la sintonía social que tuvieron hasta el 2017. El motivo de esa falta de sintonía es multifactorial, pues han incidido muchos aspectos: la represión del estado español, la rivalidad de los partidos independentista, etc.; pero, como he dicho, la realidad es la que es, y la frialdad al respecto, es la que podemos observar en estos momentos.
Muchos querríamos que el momento actual reflejara un punto crítico, que en física es el punto final de una curva de equilibrio, que, por ejemplo, visualiza el cambio de estado de líquido a vapor; pero, desgraciadamente, estamos en un momento de encefalograma plano, sin ideas, propio de sujetos en estado catatónico.
Ante esta situación, me parece oportuno que todos reflexionemos en base a los siguientes pensamientos del filósofo Karl Raimond Popper (1902 – 1994):
- ‘Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita’.
- ‘La mayoría nunca establece lo que está bien o mal, la mayoría también puede equivocarse’.
- ‘La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos’.
- ‘Ningún argumento racional tendrá un efecto racional sobre un hombre que no quiere adoptar una actitud racional’.
- ‘Los que nos prometen el paraíso en la tierra nunca trajeron más que el infierno’.
- ‘La historia de la ciencia, como la de todas las ideas humanas, es una historia de sueños irresponsables, de obstinaciones y errores. Sin embargo, la ciencia es una de las pocas actividades humanas -quizá la única- en la cual los errores son criticados sistemáticamente y muy a menudo, con el tiempo, corregidos’.
Y un buen punto de partida es intentar salir de nuestra ignorancia; reconocer que racionalmente nunca convenceremos a los unionistas catalanes que no quieren ser racionales; y que no podemos olvidar nuestros sueños (y los de los que nos precedieron, desde 1714), pues sólo así podremos empezar la remontada que muchos deseamos