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Realistas de una nueva realidad

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En este momento de grandes incertidumbres, me parece interesante recordar al físico y premio Nobel de Química (1977) Ilya Románovich Prigozhin (Iliá Prigogine, 1917 – 2003), pues siempre es positivo aprender y buscar referentes didácticos; por lo que, a continuación, comento, brevemente, los aspectos más relevantes de su pensamiento.

Pasado el impase navideño, los medios de información nos bombardean con todo tipo de ‘noticias’ alarmantes, y, por nuestra morbosidad y masoquismo, es lo que más ‘compramos’.

Predominantemente, las noticias ‘catastróficas’ son del ámbito político, pero, en paralelo, nos cuelan, asimismo, todo tipo de noticias alarmantes, en otros ámbitos más generales, sin olvidar los puntuales como los incendios en Los Ángeles, el terremoto en el Tíbet, el cambio climático, la contaminación plástica, etc.

Y, en Catalunya, citando un par de ejemplos de estos días:

1 – 

La ‘quintademia’ (quintudémia) (cóctel de los 5 virus dominantes: virus ‘influenza’ de la gripe y resfriado; virus respiratorio sincicial (VRS); virus SARS-covid-2; norovirus, que no es un virus respiratorio, como los anteriores, es gastrointestinal), si bien, después de alarmar, indican que los índices todavía no están en situaciones graves; pero, para alarmar, ya han inventado la palabra mágica mencionada.

2 – 

El exceso de medicación en menores de 15 años, señalando que las recetas de antidepresivos para esta franja de edad, se ha triplicado en tres años. En 2023, más de 1,2 millones de catalanes recibieron al menos una dispensación de este tipo de medicamentos que, ‘en grosso modo’, anestesian las emociones; y es mucho más del doble de recetas que en 2020; y en los menores de 15 años, se han triplicado. 

Según la Sociedad Catalana de Pediatría, los motivos son debidos a ‘una mezcla de factores, que suman y facilitan los cuadros de depresión y ansiedad; por ejemplo, las enfermedades psicológicas que han crecido a partir de las restricciones de la pandemia, son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), el bullying, el ciber-acoso y el exceso de pantallas (con los efectos negativos de la exposición en las redes sociales), así como los malestares que generan los problemas sociales y familiares, según explica Anna Gatell, su presidenta.

Efectivamente, hay una sobremedicación, en todas las franjas de edad (pero, especialmente en menores y en mujeres), a mi modo de ver, es por la escasez de medios sanitarios, que tienden a dar una respuesta rápida e inmediata, cuando el problema real es social: la competitividad, la precariedad, la inestabilidad, la falta de vivienda, el conflicto político, la complejidad general, etc. y, en definitiva, la falta de un futuro motivador.

Según la encuesta de Salud de Catalunya (ESCA), un 9,2% de la población mayor de 15 años responde de forma asimilable a formas moderadas o graves de depresión; un 28% más que en el año 2019.

Pero claro, abordar los temas generales / sociales, es muy complejo (y podría alterar y perjudicar el interés de los poderosos), mientras que intentar compensar los síntomas, parece más sencillo, máxime cuando no se contemplan los efectos secundarios. 

Además, y no debemos olvidarlo, que las definiciones sanitarias de las patologías psicológicas, como las establecidos por el DSM (‘Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders’ The American Psychiatric Association; Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), son efectuadas por especialistas que, en gran medida, están subvencionados o patrocinados por los grandes lobbies farmacéuticos. Con esto no quiero menospreciar su valor y ética, si bien …

Pero me parece evidente que la depresión no es el problema; el problema, la causa de la ‘depresión’, son los desequilibrios sociales, que comportan todo tipo de disfunciones.

Pues bien, ante un panorama como el que estamos, y como he apuntado, me parece interesante recordar algunos pensamientos del mencionado químico, Ilya Prigogine:

  1. La entropía es el precio de la estructura.
  2. El caos posibilita la vida y la inteligencia.
  3. El universo del no-equilibrio es un universo coherente.
  4. La característica principal de cualquier sistema vivo es la apertura.
  5. Las estructuras disipativas son islas de orden en un océano de desorden.
  6. La irreversibilidad del tiempo es el mecanismo que pone orden en el caos.
  1. Estamos creciendo en proporción directa a la cantidad de caos que podemos sostener y disipar.
  2. El futuro es incierto … Pero esta incertidumbre está en el corazón mismo de la creatividad humana.
  3. Todo lo que vemos en la naturaleza es muy diferente a un robot; sigue el patrón evolutivo, es inestable, se transforma.
  4. Mi búsqueda se orienta hacia el nuevo tipo de realidad que también pueda ser expresada en términos científicos. En otras palabras, soy realista para una nueva realidad.
  5. Existen diferentes vías de interrogar al Universo en que vivimos, y la música es también una de ellas. Nuestro entorno no es sólo color, sino también sonido y muchas otras cosas.
  6. La obsesión por el agotamiento de las reservas y por la detención de los motores, la idea de una decadencia no reversible, traduce ciertamente esta angustia propia del hombre moderno.
  7. La verdad es ajena al tiempo del devenir. Para llegar a contemplarla, el alma, prisionera del cuerpo, de los sentidos, de las apariencias, debe liberarse de las ataduras que le traban.
  8. Estamos redescubriendo el tiempo, pero es un tiempo que, en lugar de enfrentar al hombre con la naturaleza, puede explicar el lugar que el hombre ocupa en un universo inventivo y creativo.
  9. La probabilidad estadística de que las estructuras orgánicas y las reacciones tan precisamente armonizadas que caracterizan a los organismos vivos se generen por accidente, es cero. Así es, cero.
  10. Siempre estamos eligiendo; esa es la razón por la que es tan importante enriquecer la gama de posibilidades y desarrollar nuevas utopías al final de este siglo, que hagan posibles nuevas elecciones.
  11. No creo que sea posible, ni deseable, reunir todas las posibilidades en un solo y único modelo. En contrapartida, pienso que es preciso saber superar las contradicciones para poder pasar de un modo de descripción a otro.
  12. Vamos de un mundo de certidumbres a un mundo de probabilidades. Debemos encontrar la vía estrecha entre un determinismo alienante y un Universo que estaría regido por el azar y por lo tanto sería inaccesible para nuestra razón.
  13. Estamos avanzando hacia nuevas síntesis, hacia un nuevo naturalismo, que combina la tradición occidental, con su énfasis en las formulaciones experimental y cuantitativa, con la tradición china dirigida hacia una imagen de mundo auto organizándose espontáneamente.
  14. En nuestro tiempo, nos hallamos muy lejos de la visión monolítica de la física clásica. Ante nosotros se abre un universo del que apenas comenzamos a entrever las estructuras. Descubrimos un mundo fascinante, tan sorprendente y nuevo como el de la exploración de la infancia.
  15. El crecimiento de entropía muestra una evolución espontánea del sistema. La entropía llega a ser un indicador de evolución, y traduce la existencia en física de una flecha del tiempo: para todo sistema aislado el futuro está en la dirección en la cual la entropía aumenta.
  16. En todos los niveles de la naturaleza, desde la biología hasta la cosmología, la irreversibilidad produce tanto orden como desorden. Nuestra propia vida es posible en tanto generamos desorden al destruir moléculas espontáneamente, pero ese proceso es lo que nos permite crear otras nuevas.
  17. La construcción de una coherencia entre lo que vivimos y lo que somos capaces de pensar es una tarea abierta, indefinida, que constituye el ‘lugar común’ en el que nuestros saberes y nuestras experiencias pueden entrar en relaciones que no los oponen en sus certezas antagónicas, sino que los abren a lo que les desborda.
  18. Etc.

(https://search.app/uLNk8RstPeH7TzsR7)

Pues bien, estos pensamientos de Prigogine, ingeniero y químico belga (nacido en Moscú), autor de ‘Estructura, estabilidad y fluctuaciones’ (1971), ‘Orden en el caos’ (1984); ‘Las leyes del caos’, etc., me parecen muy interesantes y estimulantes, para recabar más y mejor información.

Un ejemplo de esa falta de información particular, es el siguiente:

Efectivamente, me falta información, pues, por ejemplo, entiendo y estoy convencido del negativo cambio climático, por sus tremendas consecuencias en todos los niveles, de las que tenemos múltiples muestras. 

Pero yo no llego a dimensionar la magnitud, por ejemplo, de la gravedad de que este año pasado se haya superado en 1,5 grados la temperatura global del planeta, por encima de la meda de la era preindustrial (1850 – 1900), pues, racionalmente, pienso que en 1850 la población mundial era de 1260 millones (y en 1900 eran 1650 millones), y ahora casi somos 8000 millones. Y, claro, la población actual, industrializada, basada en el carbón y el petróleo, con todos los motores de combustión, etc., no me parece que ese aumento sea tan significativo; incluso me parece poco.

Pero, claro, los científicos y especialistas, en el Acuerdo de París 2015, fijaron ese 1,5 % de aumento, para el conjunto del presente siglo como límite para el calentamiento global. 

Si bien sabemos que los científicos, como los médicos citados con anterioridad, tampoco son independientes de los diferentes lobbies económico-financieros.

Pero ese desconocimiento y esas dudas, no deben hacernos desconectar ni desinhibirnos del problema, más bien al contrario, debemos intentar buscar más información para no tener que limitarnos a obedecer ciega e infantilmente.

Con este ejemplo me parece que queda claro que el desconocimiento sólo es una excusa, para silenciar la razón y las emociones.

Así que, para concluir este escrito, me parece interesante resaltar que esta mañana, una amiga me ha comentado que un médico le ha reconocido las ventajas y virtudes de la lectura, para mantener joven el cerebro. Y en esta línea, me parece que, abrir nuestro pensamiento a temas generales, abstractos, nos aportará un plus que, obviamente, redundará positivamente cuando decidamos actuar y abordar nuestros problemas cotidianos.

Especialmente, cuando tengamos la ocasión de poder despertar al monstruo Gónica (*) y, entonces, podremos hacer realidad uno de los pensamientos del mencionado Prigogine: ‘Cuando un sistema está lejos de su equilibrio, pequeñas islas de coherencia tienen la capacidad de cambiar todo el sistema’

(*) Gónica = Canigó, leyendo las sílabas de detrás hacia adelante; y se refiere a un monstruo fantástico de los Pirineos, recreado por las escuelas Bressola.

En ese momento crucial, nos daremos cuenta de que la situación es seria e importante, y superaremos el síndrome que nos anestesia, es decir, el que nos dice que ‘no siempre se alcanzan los sueños, y es preciso saberlo’ (los Rolling Stones cantan ‘You can’t always get what’, no puedes conseguir siempre lo que quieres). 

Pero, siendo positivos y coherentes, debemos y deberemos ser conscientes de que, si no luchamos por ellos, por nuestros sueños, mejor dedicarnos al parchís y a ver la tv, es decir, ser unos simples ‘sanchopanzas’.

Los independentistas catalanes NO debemos olvidar que nuestros sueños nos harán ser ‘realistas de una nueva realidad’, como era el mencionado Prigogine.