- La película, dirigida por Serguéi M. Eisenstein, relata el paro laboral de obreros de una fábrica y las técnicas de represión que usaron los empresarios y el gobierno en ese momento
- La función fue musicalizada en vivo por la pianista Deborah Silberer
La Cineteca Nacional, institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, celebra 51 años de acercar lo mejor del cine nacional e internacional al público; todos los días los asistentes de distintas edades acuden a las múltiples funciones que se ofrecen en las salas y en el Foro al Aire libre.
Su historia comenzó el 17 de enero de 1974 y marcó un parteaguas en la cinematografía mexicana, que, actualmente expande sus horizontes con tres sedes: Xoco, de las Artes y Chapultepec.
Para iniciar los festejos, en la Sala 2 de la sede Xoco, se realizó la proyección especial de La huelga (1925), primer filme de Serguéi M. Eisenstein, con musicalización en vivo por la pianista Deborah Silberer.
Previo al inicio de la función, la directora general de la institución, Marina Stavenhagen Vargas, consideró que “51 años se dicen fácil, pero ha sido largo y complejo el trayecto. Ustedes son sus amigos y aliados, que conocen el trabajo que se hace y la enorme vocación por la difusión de la cultura cinematográfica que tiene este lugar espléndido. No hay mejor manera que celebrarla juntos y en el cine”.
Agradeció al público su compañía y el amor al séptimo arte, así como al equipo de la Cineteca Nacional. Asimismo, dedicó la función a David Lynch, quien falleció el día de ayer, 16 de enero de 2025.
Sobre La huelga, que cumple 100 años de su realización,afirmó “es uno de los grandes documentos fílmicos sobre el movimiento de la Revolución Rusa. Es una película visionaria, que suma el tema del montaje, de manera espectacular, al lenguaje cinematográfico”, afirmó Marina Stavenhagen.
La función comenzó a la par de la interpretación en el piano –y en algunos momentos de acordeón– de Deborah Silberer, quien improvisó distintas piezas, según la historia lo requería. Así, pasó de motivos amigables y hasta cómicos, a otros de preocupación, suspenso y tensión, para concluir con gran emotividad en la épica escena final.
“El ritmo es muy raro porque de repente hay suspenso, pero luego hay silencios. Me dio miedo sobrecargarla porque la película es muy tensa. Es una línea muy delgada entre dejar un silencio para mantener la tensión y dejar que el ritmo caiga”, comentó sobre la interpretación.
La huelga es una película muda, dirigida por Sergei Eisenstein, con la participación de la compañía de Teatro Proletkult; describe en alrededor de 80 minutos una huelga en una fábrica, ocurrida en 1903, previo a la Revolución Rusa.
El filme, dividido en seis partes, presenta desde el momento en que los trabajadores inconformes empiezan a organizarse para exigir mejores condiciones laborales, la afectación de la huelga en sus vidas familiares y de comunidad; cómo los ejecutivos de la empresa minimizan las demandas y solicitan la participación del gobierno para acabar con la protesta, la utilización de técnicas como la manipulación de la opinión de los trabajadores y sus familias, infiltrando personas para romper la huelga y ocasionando tragedias como incendios y protestas que salen de control.
JAM