En primer lugar, debo agradecer a Don Jorge la lectura de mi escrito y la amabilidad de su respuesta, que agradezco sumamente. Con estas líneas no pretendo dar ningún tipo de respuesta, sólo unos breves comentarios.
Es comúnmente aceptado que, como personas, somos el resultante dinámico de la combinación física (predeterminada hereditariamente por nuestros genes) y el entorno, el medio ambiente, en el que nos desarrollamos (nuestro fenotipo). Los estudios de gemelos univitelinos educados en medios económicos diferenciados, hace muchas décadas que confirmaron la incidencia diferenciadora del entorno; y, por lo tanto, su configuración de la “realidad”, puede ser hasta contrapuesta.
Pero eso no tiene nada con una “paradoja utópica”, expresión muy compleja, ya que una aparente contradicción lógica, puede ser o no utópica (de muy difícil realización); y lo que no comparto es “el camino único, sin alternativas”, pues siempre hay alternativas. Que posiblemente no sean fáciles encontrar, en algún momento, pero siempre las hay, aunque pueda darse el caso que ninguna nos parezca bien. Pero, efectivamente, nuestro margen de libertad es menor del que creemos que tenemos.
También dice que “somos lo que podemos ser, no lo que idealizamos”, aquí deberíamos diferenciar entre lo que creemos ser, lo que querríamos ser, y cómo los otros creen que somos. Comprender entre las dos primeras concepciones, realmente es complejo; y asimilar la tercera visión, requiere una gran empatía. Así que realmente es difícil, si. Pero no comparto que seamos lo que podemos ser, pues siempre hay un margen de libertad (por mínimo que sea) para desarrollar nuestras potencialidades, aunque sea mentalmente; así lo manifestaron personajes célebres como Gandhi, Mandela, etc., que en largos períodos de prisión, comentaron que sus ideas siempre habían sido libres.
La consideración de que “a voluntad podemos activar o disminuir el accionar de los genes que manejan la voluntad a través de nuestra iniciativa”, requeriría un mayor comentario, pero, así, de pronto, creo que sería preciso matizar que no hay una correlación directa entre los genes y la voluntad.
Igualmente, si no he entendido mal su comentario, discrepo en su afirmación / conclusión, de que la transmisión de nuestra incidencia en el entorno, en el transcurso de nuestra vida y “que esto tan simple es a lo que se niega hacer la gran parte de la humanidad”. Yo creo que, como egoístas que somos, todos pretendemos ese tipo de perpetuación, la preservación de nuestras ideas, aún después de muertos.
En definitiva, estoy de acuerdo con Ud., que debatir todos estos temas tan complejos, cuando cada uno de ellos nos llevaría a otros, y así, hasta el infinito, requeriría mucho tiempo y espacio, pero estoy convencido que sería muy positivo.
Muchas gracias, de nuevo, por su atención.
Amadeo Palliser Cifuentes