· Indispensable una estrategia de comunicación en la que se difunda y precise que el control no es total, y debemos aprender a vivir con el virus hasta que haya vacuna, señala
· Así como se criticó el haber llegado tarde a medidas preventivas y descuidar acopio de equipos, hospitales, áreas de atención, y propiciar desabasto de caretas, mascarillas y gel, surgen nuevamente, dudas que exigen prudencia, dice
Antonio Ortega Martínez, del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados llamó al gobierno federal y al Consejo de Salubridad General a no repetir las malas estrategias aplicadas para enfrentar al Covid-19, y lo instó a impulsar en lo inmediato, una campaña de comunicación donde se precise a la ciudadanía que el control del virus en el país y el mundo no es total y que debemos aprender a vivir con él hasta que se encuentre una vacuna.
Tras destacar que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se necesitan entre 12 y 18 meses para desarrollar una vacuna garantizada y haya superado todos los controles de calidad, el legislador federal sostuvo que quizás la campaña electoral del 2021 sea acompañada por el Covid-19 y, por lo tanto, el gobierno necesita ser responsable para no generar una mega-crisis sanitaria, económica, social y política, si establece una ruta de que “el problema está resuelto y solo es cuestión de tiempo”.
“Es criticable, reprobable que haya un descuido estratégico en la comunicación y no se genere un esquema de crisis de largo plazo, en la que tenemos que ir liberando espacios, actividades con mucha previsión y cuidado, y en el entendido de que seremos las y los ciudadanos quienes debemos de cuidarnos, tomar las medidas de prevención y garantizar las mejores condiciones ante la generalización de las actividades cotidianas como anunció la Presidencia de la República”, expuso.
“Tras el anuncio del Presidente sobre el regreso a una ‘nueva normalidad’, se ha desatado una gran incertidumbre, dudas, desinformación, producto -de nueva cuenta- de una mala estrategia para esta fase del problema”, expuso.
“Así como se les criticó el llegar tarde a las medidas preventivas, descuidar el acopio de equipos, hospitales y áreas de atención a pacientes infectado por el Covid-19, y propiciar el desabasto de caretas, mascarillas y gel, por falta de decisiones adecuadas, nuevamente el gobierno transmite una estrategia llena de dudas que exigen -de todos- prudencia y, lamentablemente, revaloración de las decisiones que tome el gobierno central como ya lo están anunciando gobernadores y presidentes municipales que no comparten los plazos ni las decisiones de apertura a partir de esta semana.
Ellos, aclaró el perredista, tienen datos y elementos que los sitúan en la realidad y dejan al Presidente, parado en un escenario ilusorio.
Ortega Martínez dejó en claro que recuperar la vida cotidiana, económica y social, tendrá riesgos, y la única manera de evitar que éstos se desborden, será con una estrategia de comunicación y un comportamiento acertado del gobierno que influya sobre las y los ciudadanos con un proceder y una cultura responsables.
Regresar a la normalidad, anotó, requiere previsión y cuidados, protocolos y manuales. Todos, bajo la tutela de la autoridad sanitaria y política; pero sobre todo; difundir y precisar que el control de la epidemia no es total y hay que aprender a cuidarnos en lo individual y entre familia, así como en nuestros entornos laboral y social.
Por lo tanto, concluyó, es indispensable que la estrategia de comunicación calcule muy bien el daño que se generaría si se mantiene el mensaje del Presidente López Obrador en el sentido de que “el problema está terminado y que regresaremos a la normalidad”.
“Debe haber un énfasis mayor respecto a que el virus nos acompañará durante muchos meses, que no habrá médicos que nos acompañen permanentemente, y ni siquiera un sistema o un gobierno que nos cuide la salud sino que será responsabilidad de cada uno nosotros. Este debería de ser el mensaje”. Las dudas exigen decisiones prudentes y seguir revaluando la realidad, remató.
