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Quod nocet, saepe docet

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Los clásicos ya decían que ‘lo que duele, a menudo enseña’, y esto nos lo confirma la triste evolución de los partidos independentistas y las agrupaciones sociales (ANC y Òmnium), así que no nos queda otra que aprender para mejorar; como intento comentar en este escrito.

La vida, en general, nos presenta situaciones dolorosas, pero a continuación me quiero centrar en la película que hemos visto hoy, pues ya es un buen ejemplo en esa línea. 

La película se titula ‘María Callas’, dirigida por Pablo Larraín, e interpretada por Angelina Jolie, que narra los últimos días de la vida de la legendaria soprano, recluida en su apartamento de París.

María Anna Sophia Kekilía Kalos (Kaloieropúlu, femenino de Kalogerópoulos) (María Callas,1923 – 1977), conocida como ‘La Divina o Diva assolutta’, era hija de Evangelista Dimitriadis y George Kalogerópoulos, una pareja que había llegado a los EUA en 1923. 

Tras una fulgurante carrera llena de éxitos y reconocimiento mundial, se dio cuenta de la fragilidad perjudicial de esa popularidad, pues, en la prevista representación de ‘Norma’ en la Casa de la Ópera de Roma, el 2 de enero de 1958, en honor del presidente de Italia, Giovanni Gronchi y su esposa:

‘(…) María Callas había sido vista por Año Nuevo, bebiendo champan, hasta última hora de las fiestas romanas. Cuando despertó, menos de 36 horas antes del concierto, había perdido la voz; informó a la Casa de la Ópera, pero no encontraron una sustituta (…) María, contra las órdenes de su médico, fue al escenario, pero tenía claro que desde la primera nota su voz estaba en ruinas. Al final del primer acto, la mitad de la audiencia le gritó con burlas, mientras que la otra mitad se mantuvo en silencio. María salió corriendo por una puerta trasera, y anunció que había hecho esto ya que la representación no iba bien. El público esta furioso, pero María fue dispensada cuando recibió una llamada telefónica de la señora Gronchi, asegurándole que ni ella ni su marido se habían mostrado ofendidos.

(…)

Años después, y tras dejar a su marido para iniciar una breve relación con el magnate Aristóteles Onassis, que comportó su transitoria retirada de los escenarios, volvió, pero su voz ya no era la misma y, según las crónicas, en una interpretación de Medea en la Scala, el 11 de diciembre de 1961, el público organizó una algarabía y, en el momento que el personaje de Medea insultaba a Jasón, gritándole ‘Crudel’ (cruel): después del primer cruel, Callas paró de cantar, se giró hacia el público y le dirigió el segundo ‘crudel’, después dijo ‘ho dato tutto a te!’ (te lo he dado todo) alzando el puño, se giró y prosiguió con su canto, ante el aplauso generalizado del público. (…) Tras un intento de suicidio (1970), su vida pública se fue apagando’.

(fuente Wikipedia)

Pues bien, este ejemplo me parece muy oportuno, tras la reciente ‘disputa’ en la ANC, entre Josep Costa i Rosselló, exdiputado y miembro de la ANC, acusando a su presidente Lluís Llach i Grande, de déspota.

Julià de Jòdar, en su artículo titulado ‘Respuesta a Josep Costa’ (Vilaweb, 9 de febrero), explica de forma muy clara que la ANC, y Llach, respetaron la reglamentación de forma escrupulosa; otra cosa es que ciertas rigideces, a veces, no sean tan pertinentes.

Así que, a mi modo de ver, Josep Costa ha hecho un flaco servicio a la ANC, posiblemente por anteponer criterios personales. Pero, aún así, ha hecho un mal servicio a la organización a la que pertenece y, por extensión, al movimiento independentista en general.

Costa siempre ha tenido una imagen de riguroso legalista y de activista singular, opinión que he compartido y sigo compartiendo, pues cometer errores es humano, mal que nos pese.

Por eso me ha parecido un buen ejemplo la mencionada biografía de María Callas, ya que podemos deducir un notable paralelismo, pues, partiendo de un gran éxito y reconocimiento, con el tiempo se fue diluyendo, por diferentes causas, naturales y fisiológicas en el caso de la Callas, y político-sociales en el caso del entorno independentista.

Y ya no nos valen gestos como los efectuados en su momento por la Callas, actos más o menos folclóricos / reivindicativos.

Sinceramente, es de justicia reconocer el historial de sacrificios de nuestros líderes, como el de la Callas, y sus esfuerzos (incluso los comparables entre el que efectuó Callas ante el presidente italiano, y la aparición fulgurante de Carles Puigdemont  el 8 de agosto del pasado 2024; etc.); pero también debería ser justo y necesario que esos líderes reconocieran sus límites, para no acabar como la diva.

Y siguiendo con las ‘casualidades’, hoy en un restaurante, al que hemos ido en repetidas ocasiones, me he fijado que hay un letrero que dice: 

‘La originalidad consiste en la vuelta al origen’ (Antoni Gaudi i Cornet, 1852 – 1926)

Así que, en definitiva, ambas casualidades: la película y el rótulo, deberíamos aprovecharlas en lo que aportan, pues de ambas pueden extraerse lecciones claramente didácticas, como he comentado, máxime teniendo en cuenta nuestro historial desde el 2017, así que debemos tener bien presente el enunciado que he tomado como título del presente escrito: Quod nocet, saepe docet: ‘lo que duele, a menudo enseña’