
El Espacio Cultural San Lázaro, que dirige el maestro, Elías Robles Andrade, en colaboración con la Coordinación Nacional de Música y Opera del INBAL, presentó en concierto al pianista Carlos Adriel Salmerón Arroyo, con el programa “No somos musas. Los pianistas en la historia y su impacto en la literatura pianística”.
Como parte de la agenda cultura de la Cámara de Diputados y en el marco de San Lázaro en concierto “Artistas de Bellas Artes”, el concertista engalanó el Auditorio Aurora Jiménez con bellas melodías, como la Sonata en mi bemol mayor número 62, Hob. XVI:52 Allegro Moderato, para Therese Jansen Bartolozzi.
El concertista de Bellas Artes expresó que Therese Jansen fue una notable pianista de finales del siglo XIX, que según se sabe nació en la misma época que nació Beethoven, por el año de 1770, y pertenecía a una clase social de artistas que no eran ni nobles ni aristócratas; era una burguesía que estaba en ese momento del siglo de las luces.
De tal forma que compositores como Joseph Haydn y Muzio Clementi, maravillados por sus habilidades hicieron diversas obras interesantes para ella; sin embargo, no se puede saber cómo tocaba el piano, porque no existen grabaciones, pero escuchando ahora esta música se puede uno imaginar cómo eran sus interpretaciones.
También tocó obras de la pianista francesa Marie Pleyel, quien incluso estaba a la altura de Franz Liszt y Frédéric Chopin. Este último le escribe una serie de nocturnos, como el número 3, del Opus 9, mientras que Liszt desarrolla una serie de estudios basados en caprichos y en otras obras de Paganini, que son obras muy difíciles.
De hecho, varios años después de esta serie de estudios, Liszt tuvo que hacer una versión más tocable para los “pianistas mortales”, porque la primera versión es demasiado difícil y no se toca por lo mismo, pero estaban dedicados a Clara Schuman, de 19 años.
Comentó que esta pianista contaba con una gran capacidad para tocar el piano y componer; sin embargo, un tiempo dejó de hacerlo para dedicarse a difundir la música de su esposo, Robert Schuman. Posteriormente, tras la muerte de Robert, se enfocó en otro tipo de repertorio más íntimo con las obras de Johannes Brahms, que hablan de la profunda amistad que tuvieron.
Otras de la pianista homenajeada en este recital, pertenecieron a finales del siglo XIX, como Jeane Leleu, quien contaba con nueve años de edad, a quien tiempo después Maurice Ravel le compuso una Suite a cuatro manos llamada “La Horca”, y fue la tercera mujer en ganar el gran premio de Roma.
De igual forma, Ivonne Loriod fue una gran pianista francesa y junto con otros intérpretes, como Liszt, crearon ese canon de compositores que se tocan hoy en día en los conciertos, con Bach, Mozart.
De la panista rusa, Tatiana Nikoláyeva, a quien también interpretó, participó en un concurso en homenaje a Bach, y Shostakóvich quedó tan impresionado que le hizo su propia colección de preludios y fugas y se las dedicó.
A su vez, las y los asistentes pudieron deleitarse con piezas que reconocen el nacionalismo catalán y el trabajo de Alicia de Larrocha y de la Calle, una de las pianistas más importantes de España quien dirigió y revisó una nueva edición de toda la obra pianística de Enrique Granados, publicada por la Editorial Boileau, de Barcelona.
Finalmente, el coordinador general de la Agenda Cultural de la Cámara de Diputados, Salvador Vera, entregó un reconocimiento Carlos Adriel Salmerón Arroyo por su destacada participación.