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Arquetipos de la personalidad

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El sábado por la noche, en el momento previo al partido de final de la copa del rey (Barcelona – R. Madrid), al entrar el rey y sonar el himno español, y como era previsible, se produjo una gran pitada por parte de los seguidores independentistas catalanes, pitada que TVE y las cadenas del statu quo enmudecieron; reflejando el país de pandereta en el que estamos, como intento explicar.

En este momento, lunes 28 a las 22.00 h, llevamos 10 horas con un apagón general de la red eléctrica en todo el estado; y se desconocen los motivos, que pueden ser problemas técnicos o un ciberataque, ya se sabrá (¿o no?); y esto afecta, también, a la elaboración del presente escrito, por la imposibilidad de poder acceder a las informaciones digitales, por eso, las referencias a los artículos de Vicent Partal (Vilaweb), sobre la mencionada pitada, y al artículo de Vicent Sanchis (elmon) sobre las sociedades sumisas, las efectuó de memoria.

Volviendo a las pitadas, es preciso indicar que nos enteramos por las redes sociales, ya que, como he indicado, tanto TVE como los medios alimentados por el pesebre del estado, las enmudecieron; y ayer, domingo, los periódicos estatales no informaron, si bien, por fortuna, medios digitales independientes, como Vilaweb, elnacional, etc., sí que informaron.

Es evidente que pitar al rey y a sus símbolos, es una muestra de disconformidad importante, como lo es constatar que, salvo en Catalunya, en el resto del estado prolifere la bandera española, mientras que aquí, su presencia es residual (salvo los edificios oficiales, que ‘obligatoriamente’ la tienen bien visible)

Y esas evidencias son una clara constatación de la diferencia conceptual de los habitantes de Catalunya versus la ciudadanía del resto del estado. Y esa diferencia muestra, de forma clara, que aquí, en Catalunya, la situación dista mucho de la ‘normalidad’, de la que tanto presumen Pedro Sánchez y Salvador Illa. 

Asimismo, nos muestra la diferencia entre los ciudadanos conformados, sumisos y conformes; frente a los insumisos disconformes, en mayor o menor grado.

Por eso, me parece evidente que esa diferencia es debida a la ciudadanía, a la respuesta individualizada de cada uno de nosotros. Y a este respecto me parece interesante recordar los 12 arquetipos de la personalidad establecidos por el psiquiatra Carl Gustav Jung (1875 – 1961), ya que nos permite identificarnos en uno u otro perfil, y ver las consecuencias que comporta.

Los arquetipos (del griego ‘arjé’: fuente, origen; y de ‘tipos’: modelos), psicoanalíticamente, son los prototipos dominantes en el inconsciente colectivo, es decir, son principios estructuradores.

‘Los arquetipos existen a priori, de naturaleza formal, cuyo contenido viene dado por la configuración arquetípica de una cultura determinada y por la persona individual’

(Friedrich Dorsch, ‘Diccionario de psicología’, edit. Herder)

Jung agrupa esos 12 arquetipos en cuatro grupos, si bien señala que podemos tener aspectos propios de diferentes arquetipos, pero siempre hay uno dominante, que se expresa en función de la experiencia y de las influencias culturales.

  • Arquetipos con un objetivo dirigido al orden y control: el gobernante, el creador y el inocente.
  • Arquetipos orientados al propio individuo: el sabio, el explorador y el héroe.
  • Arquetipos orientados a las personas: el amigo, el amante y el cuidador.
  • Arquetipos orientados al cambio: el rebelde, el bufón y el mago.

Es preciso señalar que hay muchas tipologías al respecto, pero he tomado la de Jung, ya que me permite un mayor ‘juego’ al respecto.

Y sobre el particular, podemos constatar que, si bien, puntualmente, pueden ser útiles los sabios, los héroes, etc., en general, por su visión egocéntrica y narcisista, tienen escasa relevancia a nivel social – colectivo. Tenemos muchos políticos con esos perfiles arquetípicos, y por eso estamos así en Catalunya (y en España)

Ahora bien, los intelectuales con el pensamiento crítico con el statu quo, son verdaderos rebeldes, como vimos con Copérnico, Galileo, Giordano Bruno, etc.; y eso es positivo, socialmente, como lo fue la actuación de Rosa Parks. Y esa es la diferencia esencial respecto al arquetipo de los ‘sabios’, que su pensamiento y acción, empieza y acaba en ellos mismos.  

Los bufones, con sus críticas, permiten romper la aparente solidez de los órganos del poder, ya que provocan el preciso cambio del esquema mental imperante.

Ahora bien, son los arquetipos de los magos, los que realmente consiguen inspirar y motivar a la ciudadanía, ya que su lucidez, propia de sabios iluminados, permite dar los pasos precisos; es decir, es una mezcla del ‘seny i la rauxa’ (prudencia y locura)

El presente escrito debe ser breve, ya que la batería del portátil se está agotando, pero creo que ya es suficiente para exponer la idea de que es preciso seleccionar bien a nuestros futuros líderes políticos, para garantizar, en mejor medida, el necesario embate con el estado español; un estado que, de nuevo, se está mostrando fallido, como nos está evidenciando, también ahora, con este apagón generalizado, pues Pedro Sánchez y la Moncloa han estado callados más de seis horas (y, claro, el monaguillos Illa, igual), mientras que los líderes del PP de diferentes autonomías, ya están apuntando a un ciberataque, y como Isabel Díaz Ayuso, pidiendo el estado de alarma por interés general.

Y la comparecencia de Sánchez ha sido vacía, hueca, diciendo que contemplan todas las posibilidades, y que está en contacto con las autoridades de la UE y de la OTAN, y que pedía paciencia y ceñirse a la información oficial, para evitar los bulos. Y esas afirmaciones son alarmantes, ya que contactar con la OTAN es no descartar un ciberataque; y, que nos limitemos a las informaciones oficiales, cuando han estado ausentes, no tiene perdón ni excusa. Pero, claro, estamos en un país de pandereta, como todos sabemos.