- El 1º de mayo, Día Internacional del Trabajo, es momento para reafirmar que el trabajo digno es un derecho humano y la vía sostenible para salir de la pobreza.
- Urge romper mitos que impactan decisiones políticas y empresariales que debilitan el mercado interno y afectan a millones de trabajadores.
- Se proponen cambios estructurales en salud, impuestos, cuidados y fomento productivo para asegurar inclusión laboral y vida digna.
Ciudad de México, 30 de abril de 2025.- El 1º de mayo es una fecha oportuna para exigir el cumplimiento del derecho humano al trabajo y reafirmar sus fundamentos.
Este Día Internacional del Trabajo, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza busca nutrir el debate público al confrontar ideas erróneas que, a fuerza de repetirse, se han constituido en mitos que sirven para normalizar, justificar o disfrazar la precariedad laboral y los bajos salarios que producen pobreza.
Romper los mitos también es urgente, pues tienen efectos directos en decisiones del gobierno y del sector privado que afectan al mercado interno, el cual urge fortalecer ante la imposición de barreras a las exportaciones y ante la inminente renegociación del tratado comercial con EE. UU. y Canadá (TMEC).
Estas ideas erróneas circulan casi como dogmas en espacios de análisis económico y financiero; en escuelas de economía, de negocios y de administración; en ambientes empresariales y gerenciales; entre líderes políticos, sindicales y sociales; en la sociedad en general.
Algunas de estas ideas que iremos confrontando de uno en uno desde “ROMPEMITOS”, son:
1. Confundir la desocupación (que afecta a 1.6 millones de personas) con el desempleo completo (que afecta al menos a 7.1 millones de personas) y no ver que la exclusión laboral de género afecta a 13.5 millones de mujeres más que no pueden ni salir a buscar trabajo.[1]
2. Creer que el salario promedio del IMSS de 587 pesos diarios (17,857 al mes) es el “punto medio” de los salarios, cuando en realidad la mediana se ubica en 390 pesos diarios (11,842 al mes).[2]
3. Afirmar que los bajos salarios son la mejor ventaja competitiva de la economía mexicana.
4. Tratar al trabajo como una mercancía y creer que los salarios se fijan de manera “natural” mediante la ley de la oferta y la demanda.
5. Pagar salarios bajos para reducir costos, asumiendo que la productividad es hacer más con menos.
6. Aprovechar los recursos sin límites para ser más competitivas y maximizar ganancias.
7. Creer que la función social de las empresas es crear empleos, sin importar que paguen bajos salarios o no cumplan derechos laborales.
8. Creer que las políticas de fomento económico son positivas solo porque generan nuevos empleos, sin importar las condiciones laborales.
9. Seguir creyendo que el aumento al salario mínimo (SM) tiene efectos inflacionarios.
10. Creer que la diferencia tan amplia entre el SM en la franja fronteriza (12,596 pesos al mes) y el SM general, que aplica en el resto del país (8,356 pesos al mes) está justificada y aplicar el mismo porcentaje de ajuste anual a ambos.[3]
11. Mantener las tablas de retención de impuestos (ISR e IMSS) a los salarios bajos, que gravan de manera desproporcionada ingresos menores o ligeramente mayores al SM.
12. Equiparar la informalidad laboral que afecta al 56% de la población ocupada con no pagar impuestos y creer que se resuelve con regímenes fiscales especiales.[4]
13. Considerar que las mujeres son las responsables de las labores del hogar y del cuidado de las niñas y niños, personas con discapacidad, enfermas y mayores.[5]
14. Culpar a jóvenes fuera de la escuela y sin trabajo porque no quieren trabajar.[6]
15. Mantener el acceso a servicios de salud, guarderías, mecanismos de ahorro y crédito para vivienda, como prestaciones laborales y creer que es la única o la mejor opción.
Estas nociones erróneas son la base de narrativas muy difundidas. Algunas tienen fundamentos institucionales en leyes, otras son “máximas” de las escuelas de negocios, algunas son decisiones de políticas públicas, algunas más son prejuicios muy difundidos en la sociedad.
Este 1º de mayo, a 10 años de su creación, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza reitera:
● El trabajo es un derecho humano. Las y los trabajadores son personas con derechos, no son recursos, ni mucho menos mercancías.
● El trabajo digno es la única vía sostenible para salir de la pobreza.
● #QuienTrabajaNoDebeSerPobre. El salario debe ser suficiente para adquirir al menos dos canastas básicas, para alcanzar el nivel de sobrevivencia.
● El incremento de los salarios más bajos hasta lograr ingreso digno es indispensable para detonar el crecimiento del mercado interno y para aumentar la productividad, como acción voluntaria de las empresas, de acuerdo con su capacidad.[7]
● El acceso a la salud debe ser universal, no condicionado al estatus laboral y financiado con impuestos generales, lo que permitiría detonar la creación de empleos, al eliminar gradualmente la carga fiscal de las cuotas obrero-patronales, iniciando por las micro y pequeñas empresas.
● La multiplicación de servicios públicos de cuidado y los programas de capacitación y formación para el trabajo de jóvenes fuera de la escuela y sin trabajo, son políticas públicas indispensables para la inclusión económica de mujeres y jóvenes; no se pueden sustituir con transferencias monetarias.
● El fomento a las empresas de la economía social es la vía productiva frente a la pobreza especialmente en las zonas indígenas y rurales de mayor rezago social y logra un triple beneficio: económico, social y ambiental.
Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, impulsará durante las próximas semanas, al menos hasta conocer las nuevas cifras de pobreza, las siguientes acciones por el derecho al trabajo digno:
● Difundir periódicamente “ROMPEMITOS” -un nuevo reporte del Observatorio de Trabajo Digno- con evidencia seria y rigurosa que aclare y confronte estas confusiones, falacias y nociones erróneas sobre el trabajo y la economía en México.
● Difundir una nueva versión web, interactiva, del Observatorio de Trabajo Digno, para visibilizar indicadores de condiciones laborales que incumplen las normas del derecho humano al trabajo.
● Promover junto con el colectivo Vida Digna, la Iniciativa Empresarial por Ingreso Digno, por ejemplo, a través de foros como el organizado por el CCE y la Coparmex de León, Gto. del 8 de abril pasado; el foro en el Tec de Monterrey del próximo 5 de mayo; o el taller en el Encuentro de Responsabilidad Social Empresarial organizado por Cemefi, el 20 de mayo.
● Dar continuidad al “Índice de la Tendencia laboral de la pobreza” en caso de que la nueva legislación, que culminará la desaparición del Coneval, no lo incluya como parte de las nuevas responsabilidades del Inegi. Asimismo, coordinarnos con otras organizaciones civiles y espacios académicos para mantener datos e información que difundía Coneval, en materia de medición de la pobreza y evaluación de políticas y programas sociales, en caso de que se pretenda desaparecerlas.