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Montaña rusa sentimental

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El partido de fútbol de semifinales de la Champions League, entre el F. C. Inter de Milán y el F. C. Barcelona, que finalizó con un 4 – 3, fue una excelente muestra de montaña rusa sentimental, un verdadero Dragon Khan, lleno de looping (bucles) y shuttle (lanzadoras); y me parece una buena metáfora del sensacionalismo mediático actual, como intento explicar en este escrito.

Todos somos conscientes de que estamos padeciendo un verdadero circo mediático en el que todo acto es convertido en especial, ya que nos hacen creer que cada momento es único e irrepetible.

Y este fenómeno se ha reproducido, metastásicamente, a todo tipo de noticias, abarcando todo el abanico informativo, ya se trate del caso de la violación de la manada (7 de julio del 2016), como el actual cónclave vaticano.

Hay locutores, como Jordi Basté, que ‘critican’ la actuación política, diciendo que se ha futbolizado, olvidando sus orígenes de reportero deportivo y de que, desde siempre, el fútbol (o cualquier otro deporte de masas) ha estado politizado y ha sido un instrumento a su servicio, desde los emperadores romanos, pasando por Hitler y Mussolini (éste envió un mensaje al capitán de la selección italiana, diciéndole ‘vencer o morir’), hasta la actualidad, por ejemplo, con la sacralización española de ‘la roja’; es decir, al orgullo nacional por los éxitos obtenidos, y la vergüenza por los fracasos.

Así que la futbolización de la política y la politización del fútbol, son dos caras de la misma moneda, de simplificación e intantilización basadas en identificaciones que interactúan como vasos comunicantes, trasladando pasiones y emociones para convertirnos en hooligans, prisioneros y alimentados por el entretenimiento mediático. 

A este respecto es preciso resaltar el nivel de ‘fama’ y ‘gloria’ de ciertos futbolistas, como lo muestran las siguientes observaciones:

  • Diego Armando Maradona (1960 – 2020) comentó: ‘a los políticos les saco una ventaja. Ellos son públicos, yo soy popular’.
  • Jimmy Carter (1924 – 2024), siendo presidente de los EUA, al recibir a Pelé, le dijo: ‘Mucho gusto, soy el presidente de los EUA, usted no necesita presentarse’.
  • Roberto Alfredo Perfumo (gloria del fútbol argentino, 1942 – 2016): ‘quién quiera entender cómo funciona el mundo deberá entender el fútbol (…) algunos lo hacen bien y otros mal’. 

Y no debemos olvidar que el fútbol, como todo deporte de masas, es un acto social y, por definición, un acto político. Si bien, Albert Camus (1913 – 1960) ya nos advirtió que ‘el fútbol es una de las enfermedades de nuestro tiempo’, por eso no se puede despolitizar el fútbol (deporte), ni desfutbolizar el resto de actividades deportivas, pero si que deberíamos tener la suficiente formación para desfutbolizar la política.  

A mi modo de ver, no podemos considerar que la política actual enfrente la estética y la ética; pues ambos conceptos han estado enfrentados a lo largo de los siglos; así que ninguna novedad, no seamos ingenuos, pues la política nunca ha sido un ejercicio y/o práctica de clara racionalización ética y estética.

Ahora bien, es verdad que las redes sociales y los algoritmos están llevándonos a la antipolítica, a la postverdad (la mentira), pues están convencidos de que: ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’, y ese es su objetivo, seguir ganando, hasta en el juego de las canicas.

Y ese circo lo vemos ahora con el actual concilio vaticano, que ocupa (lo hacen ocupar) todos los medios y espacios mediáticos, de forma desmesurada, obviando que el número de católicos practicantes es minoritario; y, despreciando que estamos en un estado ‘teóricamente’ aconfesional. Pero ‘todo sea por la audiencia’ y, a tal fin, todos los contertulianos se quieren mostrar como verdaderos especialistas vaticanistas, sin preocuparles de que estamos sobresaturados de ese tipo de noticias / espectáculo.

Y en ese circo mediático hasta los propios actores juegan a ello, como lo vemos por los cardenales, con sus ostentosas vestimentas rojas, moviéndose por Roma y haciéndose los interesantes. Y no hay nada más alejado de la mística, que las actuaciones rituales, ostentosas, de esos purpurados. Y si bien, no pueden postularse abiertamente para Papa, pues eso iría contra el principio de humildad (que deberían promover), utilizan subterfugios, declaraciones / filtraciones a través de amigos de amigos, pero siempre de forma anónima, para no ser castigados por ello; castigo que, como toda organización fuerte y jerarquizada, aplica de forma represiva.

En este ejemplo de futbolizar la política, vemos que Pedro Sánchez es otro artista destacado, ya que:

  • Ayer se sacó de la chistera la consulta popular (confidencial, secreta y no vinculante) para ayudar a tomar la decisión sobre la OPA hostil del BBVA al Banc de Sabadell; un proceso infantil para eludir sus propias responsabilidades, ‘un brindis al sol’, por falta de valentía en la toma de esa decisión; y una forma de mostrar sus contradicciones, ya que, considera precisa una consulta privada sobre una absorción entre dos empresas privadas (por más estratégicas que sean), pero no, sobre el incremento en armamento y, claro, ni mucho menos para saber cómo queremos nuestro futuro los catalanes, como le ha dicho esta mañana Miriam Nogueras (de Junts): ‘si un banco merece una consulta, un país merece un referéndum (…) pero, en su momento, ni siquiera consultó el nombre del aeropuerto del Prat (…) ni consultó para pactar con el PP para quitar la alcaldía de Barcelona a Junts’. En fin, que todo se desvirtúa, ya que, como dice Imma al señalar que la vicepresidena del gobierno, Yolanda Díaz, apoye esa consulta, tildándola de ‘democracia económica’. Y tengo claro, que cuando es preciso adjetivizar el sujeto, es que éste no es ‘normal’ o no está ‘normatizado’ 
  • Y esta mañana, en su comparecencia en el congreso de los diputados, esta mañana ha dicho que, aunque hayan pasado 10 días desde el apagón eléctrico, todavía no puede informar sobre las causas que lo motivaron, ya que ‘es preciso examinar minuciosamente unos 756 millones de datos que se generaron en las plantas del sistema, entre las 12:15 y las 12:35 h, y que su ejecutivo no se precipitará en señalar las causas’. Una gran vergüenza, ya que, así, mantiene la vía de la posibilidad del ciberataque (para ‘justificar’ el incremento en armamento), y ha obviado comentar los distintos avisos de fallos de la red, de días precedentes. Y a mi modo de ver, si el complejo sistema de la red eléctrica, no contempla un procedimiento de autoanálisis y depuración de datos, para mostrar los causantes del conflicto, es que estamos mucho peor de lo que nos podemos creer, ya que el sistema, en ese caso, está al nivel de los petroglifos (grabaciones prehistóricas en rocas). Y claro, en ese fango, Gabriel Rufián no ha querido perder baza, para tener sus cinco minutos de ‘gloria’, y ha acusado a los diputados de Junts de cobrar del ‘lobby’ energético.

Y a nivel internacional, todo es más de lo mismo, capas y capas de poderes superpuestos, con el objetivo de salvaguardarse y protegerse. Un claro ejemplo lo tuvimos ayer, cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Estrasburgo) archivó la demanda contra España por vulneración del derecho a saber la verdad de los atentados del 17 de agosto del 2017 en Barcelona y Cambrils. El tribunal consideró que no ve suficientes indicios de vulneración y encontró defectos de forma en la pretensión fáctica de la demanda.

En estos momentos, la ‘política’ ya ni se molesta en mostrarse democrática, ni respeta el diálogo, el acuerdo y, en definitiva, carece de palabra. Y si ‘la justicia lenta no es justicia’, la injusticia lenta, es el súmmum de los delirios, puro populismo.

Y eso debemos recordarlo (del latín ‘re’, otra vez; y ‘cor-cordis’ corazón) y tener siempre presente que el término ‘política’ (de ‘polis’, ciudad) se refiere al escenario de la polités, el ciudadano.

A estas alturas, parece aconsejable no casarse con los partidos políticos, no considerarlos depositarios de nuestra identidad.

A este respecto, Moisés Naím, señaló que desde hace años no votamos a favor de intereses o ideas, votamos de acuerdo con la identidad transferida a esos partidos.

Y eso sí que es futbolizar la política, ya que, si somos culés, todo lo relacionado con el real Madrid nos repelerá, y viceversa. Y ese es un proceso antiracional, como lo es la asignación banal de determinados calificativos; bueno, malo, traidor, facha, etc.

Para eso deberíamos hacer caso a Immanuel Kant (1724 – 1804): ‘sapere aude’ (atrévete a pensar), pues así, como dijo Hannah Arendt (1906 – 1975), podremos diferenciar entre los intereses públicos y privados, ya que los partidos políticos tienden a fusionar para confundir entre la teoría y la práctica.

Los fascistas decían: todo dentro del estado, nada fuera del estado, y nada contra el estado’; y en el reino español, los poderes siguen pensando así, y lo hacen de forma orgullosa: ‘España y yo somos así, señora’ (frase que cita hoy Sebastià Alzamora, en su columna (Ara), aclarando que se atribuye a Ortega y Gasset, pero que, en realidad, procede de la obra teatral ‘En Flandes se ha puesto el sol’, de Eduardo Marquina) 

En definitiva, ante ese panorama, los independentistas catalanes:

  • debemos intentar ser coherentes, racionalmente coherentes, y debemos prepararnos, para no repetir errores, debemos aprender de todo, incluso del fútbol. En octubre del 2017 fracasamos por no resistir, por faltarnos el ‘tercer huevo’ (y no uno del joyero ruso Peter Carl Fabergé). Y en el partido de fútbol de ayer, faltando 3 minutos para acabar el partido, el Barça no consiguió defenderse, el impulso de la juventud les hizo ser unos irresponsables, y seguir al ataque.  
  • pues sabemos que: ‘lo que no nos mata, nos hace más débiles’, por eso debemos ser y actuar de forma coherente, como el catedrático José María Valverde (1926 – 1996) que, en 1964, solidarizándose con otros profesores represaliados por el franquismo (Enrique Tierno Galván, José Luis López Aranguren y Agustín García Calvo), renunció a su cátedra, apuntó en la pizarra de su clase de ética en la Universidad de Barcelona: ‘Nulla aesthetica sine ethica’, y se exilió.

Los filósofos clásicos decían lo contrario ‘nulla ethica sine aesthetica’. Y el filósofo Ludwig Wittgenstein (1889 – 1951) dijo que ambas son el mismo imperativo categórico, caras de la misma moneda. 

Así que no debemos hacer prevalecer una sobre otra, debemos racionalizar y actuar de forma coherente; si prevalece una de esas actividades y falla la otra, seguiremos fracasando, y continuaremos en la montaña rusa sentimental que venimos sufriendo.