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Declaración de Blanca Serra, víctima de torturas en Vía Laietana. Y un apéndice

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Hoy tenía previsto escribir sobre ‘los hechos del Palau de la Música’ producidos el 19 de mayo de 1960, unos hechos trascendentes en su momento y durante las décadas posteriores, pero que, tras 65 años, mayoritariamente la ciudadanía ha olvidado, o no los ha conocido nunca. Y quería destacar que me parece penoso que, socialmente, tengamos una memoria tan frágil. Pero la urgencia de las noticias me ha hecho aparcar ese tema, para centrarme en uno del máximo interés en este momento:

‘Esta mañana (19/05), Blanca Serra Puig (Barcelona, 1943) ha podido comparecer ante la fiscal de Memoria Democrática y Derechos Humanos de Barcelona, para declarar y describir las torturas que sufrieron ella y su hermana Eva (historiadora fallecida el 2018) a manos de agentes de la brigada político-social en la prefectura de la policía española de Vía Laietana en febrero de 1977, y en otras tres ocasiones más, hasta finales de 1982.

(…) Antes de la declaración, Serra ha sido muy sincera: ‘Es una situación nueva para mí y para la fiscalía. No confío apenas. (…) Soy independentista y el tema continuará, es precisa una situación más dura. El derecho a la autodeterminación no se ha conseguido’.

(…) Y, a la salida, ha comentado: ‘Me costará digerirlo porque siempre se estado acusada y no parte acusadora (…) espero que se abran los archivos policiales y judiciales de las torturas del franquismo a la disidencia (…) deseo que se hable, que los jóvenes sepan qué pasó, y que Vía Laietana 43 sea un espacio de memoria (…) pero no puede ser que en la primera planta estén los torturadores y en la segunda los torturados’. (La Comisión de la Dignidad hace años que convoca manifestaciones ante esa comisaría, gritando los nombres de los torturadores, y reclamando que se cierre) 

(…) Según la directora de Irídia, Anaïs Franquesa, ‘las torturas no prescriben, y ha destacado la perseverancia y la valentía de Blanca Serra por continuar denunciando las vejaciones sufridas, como otras activistas (…) es una superviviente de torturas y los derechos de lesa humanidad no prescriben nunca’.

(…) Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural, ha añadido: ‘hace 50 años que se intentan sepultar las investigaciones de las torturas del franquismo en sede judicial’

(Mayte Piulachs, elnacional.cat, 19 de mayo del 2025)

Es preciso señalar que las torturas denominadas ‘franquistas’, prosiguieron (y prosiguen) muchas décadas después, confirmando, de ese modo, que el franquismo ideológico y social ha perdurado (y perdura), pues el reino español está bien acorazado ‘legalmente’ o mediante el fraude de ley y, también, el abuso del poder de todos sus brazos: judicial, policial, político, mediático, etc.

Sobre el particular, en este medio, en el 2023 hice una especie de reseña del libro de Gemma Pasqual i Escrivà, titulado ‘Torturadas: Vía Laietana, 43. Ventidós mujeres, testimonios del terror (1941 – 2019)’ (editorial Comanegra, marzo 2023), en el que la autora resalta los principales testimonios: Soledad Real, Victòria Pujolar, Tomasa Cuevas Gutiérrez, Maria Rosa Borràs, Manola Rodríguez Lázaro, Pilar Rebaque Mas, Matilde, Maribel Ferrándiz, Eva y Blanca Serra i Puig, María Tereca Lecha i Bergés, Montserrat tarragó i Doménech, Mireia Comas, Ruth Gavarró, Teresa Alabérnia i Doménech, Núria Cadenes, Xènia Garcia Riera, así como la detención de los 113 de l’Assemblea de Catalunya, la Caputxinada, los transexuales, homosexuales, gitanos, sindicalistas, etc.

Efectivamente, como señala la autora, esa comisaría era la casa del terror. Por eso yo discrepo en que ese espacio deba (o pueda) reconvertirse en un centro memorial; y menos, que se aproveche el edificio resignificándolo, como quiere el gobierno de Pedro Sánchez, es decir, hacer compatible el mantenimiento de la comisaría con un centro de la memoria, como rechaza la Comisión de la Dignidad, (Blanca Serra, como he indicado más arriba, a la salida del tribunal, ha rechazado esa opción). 

Yo soy partidario de demoler el edificio y dejar un espacio duro, un solar de cemento, con profusión de paneles informativos sobre las torturas efectuadas. 

Me parece bien museizar los campos de concentración nazis, o la cárcel Modelo de Barcelona, pero me parece que un edificio como el de vía Laietana, difícilmente podrá transmitir las vivencias (mejor dicho, las pesadillas) de esas torturas. Por eso creo que sería más impactante un espacio, un solar, pues la demolición de ese edificio sería el mejor mensaje. Igualmente haría con el valle de los caídos (ahora Cuelgamuros), pues tal como está proyectado, mantener un lugar de memoria de las víctimas de ambos bandos: el legal (republicano) y el sublevado (franquistas), nunca funcionará adecuadamente. Las medias tintas nunca convencen a nadie.

Como ha manifestado la mencionada Blanca Serra, ella es escéptica ante los resultados de las declaraciones actuales, y yo soy pesimista del todo, pues estoy convencido de que España es incorregible, como escribió en 1931, Ramón Pérez de Ayala (1880 – 1962):

‘Los Borbones, como se sabe, son una familia francesa. Los propios franceses, después de larga experiencia a su costa, han definido esta familia diciendo que los Borbones nunca aprenden ni nunca olvidan. Llevan una fatalidad en la sangre. Parafraseando la definición francesa, pudiéramos decir que los Borbones son incorregibles (improgresivos) y resentidos (vengativos). Puestas en juego estas cualidades dentro del curso histórico, resultará que una monarquía borbónica será siempre incompatible y se opondrá por todos los medios a cualquier movimiento de progreso político y a la evolución liberal de los tiempos (…) Las dos únicas monarquías donde no se pudo llegar a la democratización sincera han sido Austria y España. La dinastía española lleva en las venas una mezcla de sangre borbónica y austríaca, sin contar las aportaciones irregulares, clandestinas o fraudulentas, perfectamente comprobadas, pues los Borbones, y sobre todo las Borbonas, raras veces han sido dechado de honestidad y continencia. Isabel II, abuela materna de nuestro monarca actual, casó (o la casaron) con un eunuco. Esto no obstante, se realizó el milagro (los Borbones suelen ser también bastante milagreros) de que obtuviese copiosa prole’.

(Libertaddigital.com)

Ahora bien, la verdad es que el franquismo también fue ‘milagrero’, y así, el citado Pérez de Ayala, se reconcilió con Franco y pudo volver de su exilio. La moral (y la memoria) tienen un precio y, en algunos casos, tienen una fecha de caducidad bastante corta. Pues, como escribió Eduardo Marquina (1879 – 1946), en su obra ‘En Flandes se ha puesto el sol’: ‘España y yo somos así, señora’.

Y es verdad, España es así, y ahora, los también ‘milagreros’ quieren hacer creer a la ciudadanía, que los independentistas catalanes queremos pasar página (e, incluso, cambiar de libro), gracias al ‘excelente gobierno de Pedro Sánchez’, pues, éste, como el legionario romano Saulo, al acceder al poder, la poltrona le hizo caer de su caballo ‘155’ y vio la luz y cambió de opinión. Pero no nos dejamos engañar, Pedro Sánchez es un mero oportunista, que ahora dice blanco y hace negro, y mañana dirá negro y hará blanco o rojo. Y, con todo, el reino español sigue con su ‘impasible ademán’ falangista.

En definitiva, estoy convencido de que las declaraciones de Blanca Serra son un gran paso simbólico, pero que no se traducirán en nada, pues ya sabemos y conocemos las múltiples capas judiciales (más que las cebollas), y los contrapesos de los diferentes niveles judiciales, que, al final, siempre acaban haciéndonos llorar, como al cortar cebollas (*)

(*) ‘al cortarlas se rompen sus moléculas, por lo que sus componentes (aminoácidos sulfóxidos) se evaporan (se convierten en gas de azufre) y se dispersan en el ambiente, y, con el contacto de la superficie ocular, produce irritación y lagrimeo reflejo’. 

Y los independentistas sabemos que muchos nacionalistas españolistas huelen a azufre a kilómetros de distancia, pues su origen infernal, su pecado original castellanizador, lo llevan impregnado. Y ese olor lo desprenden orgullosamente.

Apéndice a mi escrito de ayer:

Finalmente, en lugar de enviar una carta a la redacción del Ara, envié un email al defensor del lector de ese diario, explicándole, sintéticamente, mi disgusto con el artículo de Antoni Bassas, y apuntándole, asimismo, que hace años, envié una carta a la redacción, para discrepar de un escrito de Bassas, que nos criticaba a los manifestantes de la Meridiana, cuando cortábamos la avenida, y, él se quejaba de las molestias que causábamos unos pocos a la ciudadanía en general. En mi carta, súper respetuosa, defendía el derecho a la manifestación y libertad de expresión. Carta que no publicaron.

Pues bien, esta mañana he recibido la respuesta del mencionado defensor del lector, Antoni Batista i Viladrich (periodista, músico y escritor), explicándome que cada vez se publican menos cartas, que el periódico en papel tiene sus limitaciones, y los lectores tienen la opción de emitir sus comentarios on-line; de todos modos, se ofrece a canalizar mis observaciones con el mejor formato posible. Asimismo, me ha comentado la coincidencia, pues él nació en el barrio de Barcelona donde resido, a escasas manzanas, y apunta que ‘si como dijo el filósofo, ‘nuestra patria es nuestra infancia’, yo soy de esta zona’.

Le he contestado dándole las gracias por su amabilidad y explicándole que mi ‘cabreo’ ya se me ha pasado, pues, en realidad, el tema no es tan relevante ni significativo.

Y me ha parecido ‘de justicia’ efectuar estos comentarios.