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El título que he tomado para este escrito, ‘La delgada línea roja’, lo he tomado de la película de ese nombre, ‘The Thin Red Line’, dirigida por Terrence Malick en 1998, sobre la Guerra del Pacífico (Guadalcanal), en la Segunda Guerra Mundial, que presenta una sangrienta batalla en un paisaje paradisíaco; y explora los dilemas morales de algunos soldados, entre preservar su humanidad o sucumbir a los instintos salvajes que surgen en tiempos de guerra. Pero, en este escrito aplicaré esa línea roja a otras situaciones políticas y deportivas domésticas.
Esa película se basó en la novela del mismo título, escrita por James Ramón Jones (1921 – 1977), obra que forma parte de su famosa trilogía bélica y autobiográfica ‘De aquí a la eternidad’, compuesta por ‘De aquí a la eternidad’ (1951); ‘La delgada línea roja’ (1962) y ‘Whistle’ (Silbar) (1978, completada por Willie Morris).
En esa trilogía, el autor intenta reconciliar la humanidad de algunos soldados con las atrocidades que presencian y en las que participan activamente.
En términos militares, ‘la línea roja’ es el frente en un combate; expresión que se hizo famosa en 1854:
‘El 93 regimiento de las Tierras Altas de Sutherland quedó inmortalizado como ‘La delgada línea roja’, tras enfrentarse a la caballería rusa en la batalla de Balaklava, en octubre de 1854; en la Guerra de Crimea entre Rusia y un combinado de fuerzas británicas, francesas y turcas. El corresponsal de guerra William Russell los describió en su despacho a The Times, como ‘esa delgada línea roja con una línea de acero en la punta’.
El 25 de octubre de 1854, los rusos intentaron tomar la base de suministro británica, en el puerto de Balaklava. El 93 regimiento fue enviado a repeler el avance. Sir Colin Campbell, comandante de la Brigada de las Tierras Altas, ese día, se dirigió a sus hombres: ‘Recuerden que desde aquí no hay retirada. Deben morir donde están’ (…) en el momento decisivo, viendo la actitud de sus hombres, Sir Colin gritó: ‘Maldita sea esa avidez’ (…) que les llevó a la victoria (…). El soldado D. Cameron, escribió: ‘estando en primera fila, parecía un muro de fuego frente a las bocas de nuestros fusiles. Los rusos se giraron, cesamos el fuego y vitoreamos’.
(https://share.google/y4SitBKQWS0llbtd)
En realidad, en todo momento hay líneas rojas, líneas que separan la diferencia entre el éxito y el fracaso; entre la vida y la muerte; entre la legalidad y la ilegalidad; entre la moralidad y la inmoralidad; etc.
Ahora bien, en muchas ocasiones, ambos polos opuestos son las caras de una misma moneda, ya que, por ejemplo, el fracaso es una parte intrínseca del éxito, ‘es la oportunidad de comenzar de nuevo, pero con más inteligencia’ (Henry Ford, 1863 – 1947). Thomas Alba Edison (1847 – 1931) escribió: ‘No he fracasado, simplemente he encontrado 10.000 maneras que no funcionan’.
Así, por ejemplo, en los partidos de fútbol femenino de ayer, entre el Arsenal F. C. y el F. C. Barcelona, la prepotencia de estas últimas les mantuvo agarrotadas, y no pudieron sobrepasar su línea roja, llevándolas a la derrota; mientras que, a las jugadoras inglesas, su desenvoltura les llevó a la victoria de la Champions League. Pero ese fracaso de las barcelonistas puede ser tomado como un acicate de cara al futuro, para no volver a caer en esa trampa mental que comportan la ansiedad inicial y la depresión posterior.
Pero cuando se trata de polos opuestos como legalidad / ilegalidad o moralidad / inmoralidad, las actuaciones negativas, nunca pueden formar parte intrínseca de sus contrarios positivos, pues la ilegalidad y la inmoralidad, nunca son justificables, ya que ‘el fin NO justifica los medios’ (Aristóteles, 384 a. C. – 322 a. C.).
A este respecto, estos días estamos viendo que Pedro Sánchez, para ‘salvar’ a su hermano David, ha sobrepasado muchas líneas rojas, ya que ha exigido unas dimisiones encadenadas, para blindar a su hermano, ante el juicio previsto.
‘(…) Así, Miguel Ángel Gallardo, secretario del PSOE en Extremadura, que enchufó a David, se ha autoaforado, para que, así, David Sánchez pueda alegar el principio de ‘continencia de la causa’ (pues los hechos están íntimamente conectados: enchufador y enchufado) para no ser juzgado por el tribunal ordinario y saltar al tribunal superior de justicia, al que ahora se acogerá Gallardo.
Pedro Sánchez ha autorizado que Gallardo entre en la asamblea extremeña. Así, el presidente de la diputación de Badajoz, tras reconocer su procesamiento -junto a David Sánchez-, han forzado una dimisión en cascada. La diputada socialista María de la Cruz Rodríguez Vegazo fue la primera en mover pieza presentando su renuncia al acta parlamentaria y activando, automáticamente el proceso para cubrir su vacante.
El siguiente paso lo confirmó el PSOE extremeño, los cuatro siguientes en la lista de sustitutos (Pedro Blas Vadillo, Virginia Borrallo, Juan. Francisco Ceballos y María Dolores Fernández) renunciaron de inmediato al cargo. Casualidades de la vida. Para ello, formalizaron por escrito y ante notario su rechazo a la opción de acceder al parlamento regional, por lo que las puertas de la asamblea legislativa extremeña se habrían de par en par para que Gallardo tomara posesión del acta.
(…) Y así, David Sánchez, invocando la mencionada cláusula de la ‘continencia de la causa’, un principio procesal que exige que todos los elementos fundamentales de un litigio se resuelvan en un mismo proceso; y, así, ambos pasen a ser juzgados en el tribunal superior de justicia.
(…) Para conseguir este recurso, es preciso que el tribunal superior acepte la maniobra.
(…) Pero Pedro Sánchez ya ha pisoteado los estatutos del PSOE, que, en su código ético se determina que: ‘cuando hay auto de apertura de juicio oral se debe solicitar baja voluntaria y dimisión obligatoria del cargo. Y, si no lo hace el afectado, puede ser suspendido cautelarmente de militancia y expulsado del partido, especialmente si el procedimiento penal se refiere a corrupción (cohecho, tráfico de influencias, malversación)’.
Pero, en cambio, resulta que se abre juicio oral contra el presidente de la diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, y éste procede a aforarse, mantenerse en el puesto, no dimitir, y cubrirse de la inmunidad del aforamiento para ser juzgado por el tribunal superior de justicia de Extremadura’ (…)’
(Libertaddigital.com, 23 mayo 2025)
Me parece evidente que Pedro Sánchez se ha extralimitado, una vez más, y se ha saltado todas las líneas rojas, actuando con fraude de ley, abusando de su poder, para ‘defender’ a su hermano. Ya vimos que, para defender a su esposa, hizo el teatro, el engaño, de retirarse para ‘pensar’ sobre su continuidad en el cargo; y todo su partido, acríticamente, le dio un respaldo absoluto, como parece que hace ahora ‘El que engaña encontrará siempre a quien se deja engañar’ (Niccolò di Bernardo del Machiavelli, ¿Maquiavelo’. 1469 – 1527)
Así, Pedro Sánchez no considera los problemas como oportunidades para mejorar, si no que pasa olímpicamente del respeto a las leyes, y al principio de la igualdad ante la justicia, por eso, autoriza a sobrepasar ‘esa delgada línea roja’ considerándose, él mismo, ‘la punta de acero’ (en referencia a la mencionada expresión de Sir Colin Campbell).
Y así, vemos que el PSOE nunca aprovechará ningún punto de inflexión para mejorar, y actuar de forma ejemplar.
Es sabido que en un momento tan variable como el presente, el liderazgo comporta afrontar los problemas, los fracasos, y aprender de ellos, mostrando su capacidad de resiliencia. Principios muy alejados de la política y estrategia de Pedro Sánchez.
Por todo esto, los partidos autoconsiderados independentistas, deberían replantearse dejar de apoyar a un gobernante carente de palabra y, además, inmoral. Y eso, aún a sabiendas de que después puedan llegar al poder el PP/Vox, que serán peores, si cabe, contra nuestros intereses nacionalistas.
Pero, como he dicho, el fin no justifica los medios, y no tiene (ni puede tener) justificación apoyar a un gobernante corrupto (pues no puede alegar desconocimiento de esas martingalas que su partido ha hecho en Extremadura).
Y si tras dejar de apoyarle, el futuro es peor, los independentistas catalanes deberemos tener bien presente el refrán que dice: ‘Caer siete veces y levantarse ocho’. NO hay otra.