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Contexto

Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

A principios del mes se desató una polémica porque la autora de los libros de Harry Potter, J.K. Rowling hizo ciertas declaraciones en sus redes sociales que molestaron a más de uno, incluidos los protagonistas de las películas de la saga Emma Watson y Daniel Radcliff ¿Cuál fue el problema?

Para empezar esta no es la primera vez que la autora de Harry Potter se mete en problemas por publicar comentarios en redes. En diciembre del 2019 fue llamada transofóbica por una publicación que hizo defendiendo a una mujer que corrieron de su trabajo porque declaró que el “sexo es real” -refiriéndose a la diferencia de géneros biológicos-. Ahora, Rowling consideró que era apropiado subir un tweet en el que comparte una colaboración con el texto “ ‘Personas que menstrúan’. Estoy segura de que solía haber una palabra para esas personas… Alguien que me ayude. ¿Wumben? ¿Wimpund? ¿Woomud?” Haciendo referencia a la palabra woman -mujer en inglés-.

Evidentemente esto no agradó a muchos que están a favor de la diversidad sexual y es que, J.K. tal vez olvida que ella es la imagen de un conjunto de marcas inmenso, y que por algo es una de las mujeres más ricas del mundo -incluso más rica que la misma Reina Isabel II-. Nada menos Harry Potter cuenta con siete libros, nueve obras literarias que se asocian al mundo mágico, una obra de teatro, 10 películas y un parque de diversiones en Florida.

Con el poder que tiene su marca cualquier comentario que la autora haga, genera una ola de reacciones que afectan a todos esos productos y subproductos que se derivan de su creación literaria. Recordemos que la imagen de la titularidad permea en la institución, es decir la imagen que ella proyecte -todo lo que diga o haga- será, en gran medida, la imagen que darán sus productos. Afortunadamente en este caso, los protagonistas de las películas salieron al rescate para generar un contrapeso pues, aunque propiamente no son dueños y creadores del concepto, son la parte más pública de la misma hasta el momento.

Ahora, se tiene que entender el contexto, la postura de la autora viene desde una fibra muy personal pues ella se expone públicamente como una mujer que sufrió violencia de género -desde el ámbito personal hasta el profesional- y su lucha, ciertamente, no es en contra de la comunidad trans, es a favor de las mujeres que por su condición de género sufrieron algún tipo de violencia. La moraleja aquí es que, al ser una figura pública -sin importar el sector-, existe una enorme responsabilidad no sólo con lo que se hace, sino también con lo que se dice especialmente en redes sociales, pues cualquier comentario puede ser malinterpretado o sacado de contexto y afectar la imagen personal y, por ende, la de aquello que se representa públicamente.