Buscar

España y la ley de Parkinson

“La ley de Parkinson dice: ‘el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para su realización’. A veces se aplica al crecimiento de la burocracia en una organización.

Un corolario: ‘Los datos se expanden para llenar el espacio disponible para el almacenaje’

Cyril Northcote Parkinson (1909-1993) fue un historiador naval británico, tras una larga experiencia en el servicio civil británico, publicó un ensayo en The Economist, el 1955; que fue incluido posteriormente con otros ensayos, en el libro ‘Parkinson’s Law: the Pursuit of Progress (Londres, John Murray, 1958).

En ese artículo incluyó una ecuación matemática que describía el ritmo de expansión de las burocracias con el paso del tiempo. Basado en sus observaciones (…) mostró el aumento de empleados de la oficina colonial, mientras que el imperio británico disminuía. Demostró que cuando fue clausurado, en la Administración de Asuntos Exteriores por falta de colonias a las que administrar, tenía el mayor número de empleados de su historia.

Explicó este crecimiento mediante dos fuerzas:

1.     Un funcionario quiere multiplicar sus subordinados, no sus rivales.

2.     Los funcionarios hacen trabajo los unos por los otros.

La ‘injeléncia’: el desastroso ascenso al mando, de individuos con una combinación inusualmente alta de incompetencia y celos” (fuente Wikipedia).

La referencia a esa ‘injeléncia’ es similar al Principio de Peter, que comenté en un escrito anterior.

Haciendo un paralelismo de todos estos principios, en el estado español (el profundo y el superficial), es fácil observar que, desde la mal llamada transición, hasta hoy día, siguen ostentando el poder los mismos de antaño, que se han ido multiplicando mediante una progresión geométrica, hasta llegar a niveles difíciles de imaginar.

Por ejemplo, el Tribunal de Cuentas:

“Escándalo mayúsculo en el Tribunal de Cuentas: el 10% de su plantilla son familiares de altos cargos.

El hermano de Aznar, la esposa de Trillo y dos hijas de un franquista en la larga lista de parientes ‘colocados’ en la institución encargada de fiscalizar a partidos y organismos públicos.

El presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda.

Esposas, cuñadas, primos carnales, hermanos, sobrinos, hijos, nueras, yernos y hasta amigos de la infancia. La lista de supuestos enchufados en el Tribunal de Cuentas, el organismo encargado de fiscalizar a los partidos y organismos públicos es larga, y afecta a altos cargos y antiguos directivos de esta institución. Un portavoz oficial asegura que todos han accedido después de pasar una ‘oposición libre y abierta’. Los miembros de los jurados examinadores son miembros de la institución.

Casi un centenar de familiares: De una plantilla de algo más de 700 trabajadores, el 10%, casi 100 son familiares de altos cargos, desde el presidente hasta representantes del comité de empresa y también de consejeros y políticos, según desvela El País, que hace unos días adelantaba datos de la situación en este organismo público, que cuenta con un presupuesto de 60 millones de euros al año.

La mujer de Trillo, el hermano de Aznar y las hijas de un franquista:

También están muy bien colocados en el Tribunal familiares de exministros y expresidentes, por ejemplo, María José Molinuevo (ahora en excedencia), esposa del embajador en Reino Unido y extitular de Defensa Federico Trillo; el hermano de José María Aznar, Manuel Aznar, consejero a propuesta del PP; y la exministra de Justicia Margarita Mariscal de Gante, también consejera a propuesta de ese partido.

En la institución además trabaja gracias al PP María José de la Fuente, que cuenta allí con dos primas, María Asunción y María Eugenia de la Fuente Asprón, hijas del exministro franquista Licinio de la Fuente.

La media de los sueldos, 3000 euros netos:

Se da la circunstancia de que el Tribunal de Cuentas es una de las instituciones en los que se cobra los más altos sueldos, unos 3000 euros, la media. Son un 30% más elevados que el de otros organismos públicos.

Los familiares del presidente y de su número dos:

El propio presidente del tribunal, Ramón Álvarez de Miranda, hijo del expresidente del Congreso y ex Defensor del Pueblo, Fernández Álvarez de Miranda, tiene en la institución a dos familiares cercanos, su concuñada Cristina Querarto Iborra y a su sobrino José Manuel García Soriano.

El número dos de la institución, el presidente de la Sección de Fiscalización, Javier Medina Guijarro (PP) tiene a su hermano, Enrique Medina, una hermana, María Consuelo Medina, a su esposa, María del Carmen Higueras, y a una pariente lejana de su esposa, María Pérez Michaus. Este alto cargo replica que sus parientes accedieron al Tribunal antes que el llegase a consejero.

Sueldo de 4700 euros netos, dos secretarias y coche oficial:

Los consejeros tienen dos secretarias, coche oficial y un sueldo de 4700 euros netos al mes durante los nueve años, que son renovables. El número de consejeros asciende a 12 y han sido nombrados por las Cortes: siete de ellos a propuesta del PP y cinco, del PSOE. Uno ha sido consensuado con Izquierda Unida.

El sindicalista Julio Ronda:

Otro caso escandaloso es el del sindicalista de UGT Julio Ronda, que tiene sólo graduado escolar y ha conseguido ascender a jefe de equipo con un sueldo de 2800 euros, a lo que hay que añadir pagas extras por productividad.

Ronda tiene en el Tribunal a su exesposa, María Isabel Fernández; a su actual pareja, Piular Ramírez; su nuera, Yolanda de la Torre; su cuñada, Consuelo Dávila; dos sobrinos, Manuel Ramírez y Jesús Sanz; su amigo de la infancia Félix Real Perea, un hijo con su primera esposa, Alejandro Ronda, que es jefe de equipo.

La actual esposa del sindicalista, que empezó como limpiadora en el Ministerio de Defensa, actualmente es jefe de equipo en el tribunal y su sueldo es superior a los 3000 euros.

(elPlural: Célia Guzmán, 24 de junio del 2014).

Sinceramente, TODO ESTO ES BOCHORNOSO. Y LO DEL SINDICALISTA YA ES DE TODO ‘UN CAMPEÓN’ (como diría Óscar Dalmau, en un programa radiofónico de humor, ‘La Competència’), pues trabajar con su exesposa y con la actual, con sus respectivas familias, seguro que genera un ‘cordial’ ambiente de trabajo.

“El Tribunal de Cuentas que ha absuelto a Botella: un organismo controlado por el PP y marcado por el enchufismo.

Las cuentas de las formaciones políticas no se someten a la Agencia Tributaria, sino al Tribunal de Cuentas cuyos miembros los nombran los propios partidos.

El PP tiene la mayoría con siete de los doce consejeros que forman el Tribunal de Cuentas y controla la presidencia y la comisión de gobierno del órgano fiscalizador.

(…)

La sentencia del Tribunal de Cuentas que ha librado a la exalcaldesa de Madrid, Ana Botella (esposa de José Mª Aznar) y a siete cargos de su gobierno de una multa millonaria por la venta de pisos sociales a fondos buitrean vuelto a poner bajo el foco a este órgano fiscalizador. Actualmente está controlado por el PP que tiene la mayoría del consejo y que ostenta la presidencia y el órgano de gobierno en su totalidad. La absolución de Botella, por dos votos contra uno, la firman dos consejeros propuestos por el PP, una de ellas, una exministra de José Mª Aznar, marido de la ex regidora de la capital.

(…)

Aunque reciba el nombre de ‘tribunal’ no es un órgano judicial, ya que no depende del Consejo General del Poder Judicial.

(…)

La última elección de los doce consejeros que conforman el Tribunal de Cuentas se hizo en 2012 y se mantendrá hasta el 2021.

(…) La presidencia del órgano desde 2018 es María José de la Fuente, nombrada también por el PP. Su predecesor en el cargo, Ramón Álvarez de Miranda, es hijo del que fuera presidente del Congreso y Defensor del Pueblo. Aunque el órgano se renueva cada nueve años, Álvarez de Miranda, que fue diputado por UCD (de Suárez) ha estado en la institución fiscalizadora más de 30 años, desde 1984. No es el único miembro que ha permanecido durante décadas en ese sillón. Ubaldo Nieto, también expresidente de la entidad y cuyo nombre estuvo salpicado de polémica debido a que aparecía como donante del PP en las notas contables de Luís Bárcenas, trabajó para el organismo durante 22 años.

El índice de rotación de los consejeros por tanto acaba siendo muy bajo y estos gozan de unas condiciones laborables muy ventajosas. Su salario anual asciende a 119.480,34 euros, según recoge el BOE, a los que se suman otros 6000 euros para gastos y los trienios que vayan acumulando. También tienen coche oficial y dos secretarias.

En julio de 2018 la comisión de gobierno del Tribunal de Cuentas a la que Suárez Robledano pertenece, y la que más poder tiene en el organismo, fue renovada. Por primera vez en democracia, pasó a estar controlado al 100% por consejeros del PP, en una jugada en la que los siete consejeros del PP frente a los cinco del PSOE impusieron la configuración. Una vez que abandonan el cargo, tienen derecho a una pensión indemnizatoria del 80% de su retribución (que incluye los trienios) durante un máximo de 24 mensualidades.

(…)

Otra de las sospechas (aparte del nepotismo) que han sobrevolado sobre el Tribunal de Cuentas es la lentitud que ha imperado en algunas ocasiones la fiscalización que ha realizado sobre los partidos. Un ejemplo de ello se produjo en 2013, cuando la fiscalización de las cuentas de los partidos llegó al Congreso con cinco años de retraso. Las posibles irregularidades que hubiera podido detectar de las cuentas del 2008 de las formaciones políticas, auditadas cinco años después, habrían prescrito después de que el PP aprobara en 2012 un plazo de prescripción de cuatro años para los delitos de financiación irregular.

(…)

La trayectoria de los que han absuelto a Botella:

El enésimo escándalo en el Tribunal de Cuentas lo han presentado dos consejeros del PP que han absuelto a Botella y a otros cargos de su gobierno también del mismo partido. Una de las consejeras es Margarita Mariscal de Gante, que fue nombradas en 1996 ministra de Justicia por Aznar, marido de Ana Botella. Durante el segundo gobierno del expresidente, la entonces diputada del PP ocupó la vicepresidencia primera de la Mesa del Congreso de los Diputados. Unos años después, en 2012, Mariscal de Gante pasó a ser miembro del Tribunal de Cuentas a propuesta del PP.

José Manuel Suárez Robledano es el otro integrante del tribunal que ha absuelto a Botella. Suárez Robledano, también nombrado a propuesta del PP en 2012, es el actual presidente de la Sección de Enjuiciamiento del Tribunal de Cuentas (…) es, además, miembro de la Comisión de gobierno del Tribunal de Cuentas, lo que le convierte en uno de los tres consejeros con más poder dentro del organismo público.

La actuación de Suárez Robledano en el Tribunal de Cuentas no ha estado exenta de polémica y las sospechas de enchufismo (…)

(eldiario.es; Fátima Caballero, 18 de julio del 2019)

“Aznar o como colocar a los amigos:

El expresidente no dudó en colocar en la cúpula de las empresas antaño de ámbito público a personas cercanas, incluso amigos personales:

Francisco González, presidente del BBVA.

Juan Villalonga, presidente de Telefónica.

Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid.

Manuel Pizarro, presidente de la Confederación Española de ajas de Ahorro.

Etc.

(lamarea.com; 9 de enero del 2019).

No es preciso mostrar más ejemplos, creo que ha quedado suficientemente aclarado el nepotismo que se genera en todas estas instituciones, que acaban conformando el estado profundo. Son esos ‘funcionarios’ los que, personificando perfectamente la realidad de la ley de Parkinson, junto con el Principio de Peter, para formar el gran paquidermo censor y represor.

Esos organismos, son la muestra fehaciente de la nula calidad democrática en España.

Y, como se ve, los partidos sistémicos, aspiran a repartirse ese poder, el control de esos organismos. No se plantean su limpieza, hacer borrón y cuenta nueva. Destituir a todos esos aprovechados y desvergonzados. En definitiva, poner luz y taquígrafos, y un control democrático por parte del Congreso de Diputados; que tengan que rendir cuentas de sus actos. Que asuman la responsabilidad de sus actos.

Pero eso en España es impensable. Y ese ya sería un motivo para independizarnos, y configurar nuestra arquitectura institucional, intentando evitar los ‘modelos’ españoles, para no cometer sus mismos errores.

Amadeo Palliser Cifuentes