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Ya se nos acabó el tiempo: debemos salvar a las policías para salvarnos todos

Ciudad de México, 02 de julio de 2020.- Las instituciones de seguridad pública, nuestras policías, se encuentran en franco proceso de deterioro, y ninguna cumple con los mínimos requisitos de desarrollo establecidos en la ley. A los presupuestos absurdos y mal ejercidos, a las condiciones laborales abusivas, a los bajos salarios, a la ausencia de una carrera policial, y a la criminalidad rampante, se suma la indiferencia social ante el asesinato impune, en promedio, de más de un policía cada día. Del 2018 a la fecha, se han registrado, al menos, 1,389 asesinatos de policías. Resulta particularmente ominoso que algunos responsables de estas corporaciones permanezcan impávidos e inmóviles ante el asesinato de aquellos que tienen encomendada la seguridad de la ciudadanía, ellos incluidos.

Así como el asesinato cotidiano de policías simboliza trágicamente su fragilidad individual y nuestra fragilidad institucional, los abusos que algunos de ellos cometen reflejan la descomposición que define a buena parte de las corporaciones policiales. Como hemos y seguiremos reiterando, dichos abusos deben castigarse. No hay nada, absolutamente nada, que los justifique, pero también resulta evidente la hipocresía de ignorar a los caídos, de ignorar las condiciones en que se jugaron la vida, de ignorar las circunstancias en las que sobreviven, e indignarse cuando los resultados no son los que se esperan obtener por arte de magia, sin presupuestos, sin programas, sin controles, y sin condiciones mínimas de desarrollo.

Vamos para casi dos años, y el gobierno federal no ha presentado los diagnósticos, mecanismos ni objetivos verificables, componentes mínimos de cualquier estrategia de seguridad pública que vaya más allá de frases vacías. Hoy se están viviendo las consecuencias de haber insistido en un discurso indulgente con los criminales, y de haber promovido una corporación militarizada e inoperante, al tiempo que se profundiza el abandono de las policías locales. Pero dicho abandono, gravísimo en sus propios términos, tampoco va solo. En lo que parece ser una definición general para la desinstitucionalización del país, tampoco existe, y debiera existir, un proyecto para el fortalecimiento de las fiscalías, que les garantice, entre otros aspectos, autonomía técnica y presupuestal, una auténtica carrera ministerial, y servicios periciales con solidez científica e independencia técnica. Tampoco se presta la mínima atención, y debiera, a la crisis penitenciaria. Tampoco se contempla, y debiera, una política de prevención que levante la mira más allá de la entrega de un cheque.

El camino militarista que hoy se promueve a través de la Guardia Nacional, y la imparable asignación de funciones y proyectos civiles a las instituciones militares, es un abuso de la confianza y acreditación social con las que merecidamente cuentan. Es también incompatible con una república democrática que define claramente los límites políticos, funcionales y operativos de sus Fuerzas Armadas, en función de su responsabilidad de salvaguardar la seguridad nacional. En el caso de nuestro país, también en función de su invaluable apoyo en casos de desastres naturales. Lejos de lo que usualmente se manifiesta como crítica, el actual desborde militarista debilita a las Fuerzas Armadas, además de debilitar, en un contexto de “austeridad” inmisericorde, a las policías; y de atentar contra nuestra democracia. Peor aún, como ya debió haberse aprendido, ni siquiera desde un punto de vista estrictamente utilitario, tiene sentido enfrentar los problemas de criminalidad y violencia con despliegues militares o militarizados. Aquí, y en cualquier otro país, se resuelven con acciones eficaces de prevención, que atiendan circunstancias que favorecen la violencia, y con cuerpos de policía que, a nivel federal y local, desarrollan permanentemente capacidades de investigación e inteligencia, así como una cultura de proximidad social.

La demanda generalizada para colocar la defensa de los derechos humanos como altísima prioridad nacional, debe convertirse también en la defensa de quienes integran nuestros cuerpos de seguridad. Por lo tanto, exigimos que los gobiernos, federal y locales, se coloquen a la altura de su mandato, y promuevan las reformas que les brinden plenos derechos laborales, y facultades suficientes para recibir denuncias e investigar delitos. Exigimos también que se aboquen a mejorar sueldos y prestaciones, a brindar la capacitación necesaria, y a garantizar que nuestros policías cuenten con las condiciones materiales, de equipamiento, de infraestructura, de estabilidad laboral y de protección institucional indispensables; sí, absolutamente indispensables para que puedan realizar sus funciones y para que el resto de la ciudadanía pueda exigirles resultados. No basta con escribir funciones en un papel. Se requiere concretar los mínimos para que nuestros policías y, para el caso, cualquier servidor público, cumplan con sus encomiendas.

Las autoridades políticas del país deben asumir, de una vez y plenamente, sus responsabilidades frente al crimen, y promover el desarrollo y fortalecimiento de nuestras corporaciones civiles de seguridad. Por ello, llamamos al gobierno federal a elaborar y poner en marcha un verdadero programa nacional de desarrollo policial, mismo que sólo tendrá sentido a partir de la corresponsabilidad de todos los responsables políticos en los tres ámbitos de gobierno. Para eso existe el Consejo Nacional de Seguridad Pública, para integrar y coordinar esfuerzos a partir de las obligaciones que por ley tienen todas nuestras autoridades. Y también para eso existe el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hoy inoperante, pero que tiene la responsabilidad de dar seguimiento puntual a los acuerdos del Consejo Nacional por lo que se refiere al desarrollo policial, ministerial y penitenciario.

México va muy tarde para actuar con la contundencia que requiere la emergencia de seguridad que hoy nos abruma. Si no se reconocen la crisis, si no se renuncia a los pretextos, si no se deja a un lado la simulación, y si no se actúa en consecuencia, el país continuará descendiendo por la espiral de la indefensión y la ingobernabilidad. Ojalá lo entiendan de una vez, porque ya se nos acabó el tiempo.

Atentamente:

Organizaciones

1.       Agenda Cero, A.C.

2.       BORDE Jurídico

3.       BORDE Político

4.       Causa en Común

5.       CEAS México

6.       Colectivo BUSCAME (Buscando Desaparecidos México)

7.       Colegio de Policía y Fuerza Pública Profesional

8.       Colegio Nacional de Licenciados en Administración Policial AC

9.       Comité Ciudadano del Estado de Colima, A.C.

10.   Comité de Participación Ciudadana de Baja California Sur

11.   Comité de Participación Ciudadana de Quintana Roo

12.   CONAPROSEG Michoacán

13.   Convivencia Joven A.C.

14.   Fundación Find

15.   Fundación Mexicana de Reintegración Social (Reintegra, A.C.)

16.   Horizontes Creativos

17.   IGAVIM Observatorio Ciudadano

18.   Incuba ONG

19.   Instituto de Justicia Procesal Penal, A.C.

20.   Instituto para la Seguridad y la Democracia INSYDE A.C.

21.   Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad

22.   México Evalúa

23.   MUCD

24.   Mujeres y Punto

25.   Observatorio Ciudadano

26.   Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC)

27.   Observatorio Sonora por la Seguridad

28.   Red Nacional de Profesionistas en Seguridad Pública AC.

29.   UAQ

30.   UNE México

31.   Unidos X la Seguridad A.C.

32.   Unión Nacional de Policías

 A título personal

1.       Adriana Gutiérrez Pérez

2.       Alberto Guerrero Baena

3.       Alberto Téllez Girón

4.       Alejandra Vanegas Rodríguez

5.       Alejandro Espinosa

6.       Alejandro Olivera Polo

7.       Alejandro Sánchez Gómez

8.       Alfredo Peña

9.       Ana Laura Magaloni

10.   Andrea Olivera Polo

11.   Angélica de la Peña

12.   Antonio Vázquez Herrera

13.   Armando Santacruz González

14.   Belém Barrera González

15.   Carlos Daniel Torres Álvarez

16.   Carlos Garza Falla

17.   Catalina Pérez Correa

18.   Ciro Mayén

19.   Clara Torres

20.   Claudia Polo Oteyza

21.   Claudio X. González G.

22.   Cynthia Patricia Aguirre Santiesteban

23.   Daniel Serrano de Rejil

24.   Daniel Vázquez

25.   David Blanc Murguía

26.   David Chong

27.   David Sánchez Camacho

28.   Dolores Ruiz Bracamontes

29.   Doris Castillo

30.   Eduardo Cano Camacho

31.   Eduardo Castillo

32.   Eduardo Vadillo Polo

33.   Emiliano Polo Anaya

34.   Emilio Regidor

35.   Ernestina Polo Oteyza

36.   Eynar De Los Cobos Carmona

37.   Felipe Vadillo Ortega

38.   Fernando Belaunzarán

39.   Fernando Ramos Casas

40.   Francisco De Villa

41.   Gabriela Sodi

42.   Gerardo Cándano Conesa

43.   Grace Fernández Morán

44.   Guadalupe Acosta Naranjo

45.   Hannia Novell

46.   Hugo Israel González García

47.   Ignacio Núñez Pliego

48.   Iliana Guerrero Gómez

49.   Irak Vargas

50.   Isidro Cisneros

51.   Ivette López Sroor

52.   Javier Mancera Arrigunaga

53.   Jesús Zambrano Grijalva

54.   Jimena Cándano Conesa

55.   Jorge Javier Romero

56.   Jorge Triana Tena

57.   José Antonio Polo Oteyza

58.   José Luis Peralta Higuera

59.   José Luis Porras Armentia

60.   Juan Francisco Torres Landa Ruffo

61.   Juan José Hernández López

62.   Juan Manuel Orozco Moreno

63.   Laura Carrera

64.   Leopoldo Hernández Romano

65.   Leopoldo J. Hernández Elizondo

66.   Lisa Sánchez

67.   Lorena Polo Velasco

68.   Luis Antonio García Chávez

69.   Luis Daniel Vázquez

70.   Luis Oliver Navarro

71.   Luz Elvira Viñas Solano

72.   Ma Amparo Casar

73.   Maite Azuela

74.   Manuel Emilio Hoyos Díaz

75.   Manuel Molano Ruiz

76.   Marcela Villalobos Andrade

77.   Margarita García

78.   María Elena Morera Mitre

79.   Mayra Eternod

80.   Miguel Ángel Herman

81.   Miguel Ángel Regidor

82.   Miguel Antonio Galán Reyes

83.   Miguel Garza Flores

84.   Obdulio Ávila

85.   Orlando Betancourt Escalante

86.   Pablo Girault Ruíz

87.   Paola Lilí García Alanís

88.   Paola Migoya Velázquez

89.   Pilar Deziga

90.   Rafael Velasco Chávez

91.   Raúl Cázares

92.   Raúl Rosales

93.   Renata Vadillo Polo

94.   Ricardo Pascoe Pierce

95.   Rodolfo Basurto

96.   Rodolfo Higareda

97.   Sara López Cerón

98.   Sonia Polo Oteyza

99.   Susana Donaire

100.    Tania Luna

101.    Tere Vale

102.    Teresa García

103.    Teresa Troncoso

104.    Thilo Vogt

105.    Ximena Fernández Noreña

106.    Yolanda Morán Isais