La diputada Ingrid Krasopani Schemelensky Castro, del Grupo Parlamentario del PAN en la 60 Legislatura mexiquense, organizó la videoconferencia ‘Trastornos de ansiedad y conducta en los tiempos del covid-19’, impartida por el especialista Antonio Isaac Olguín Rubio, quien planteó que es un error asumir que síntomas como el insomnio, la irritabilidad, la sensación de intranquilidad y de presión en el pecho, los cambios de humor o los problemas en la interacción con los demás como consecuencia del aislamiento y de los cambios que trajo consigo la pandemia son normales, por lo que se deben identificar y buscar ayuda.
El egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, con maestría en Prevención y Tratamiento de Adicciones explicó que la ansiedad es un estado afectivo displacentero acompañado de cambios físicos y mentales que se presentan como una reacción ante situaciones que provocan estrés o ante un mal manejo de las emociones. Precisó que alrededor de 20% de la población produce algún tipo de trastorno de ansiedad a lo largo de su vida, que suele iniciarse entre los 20 y 40 años de edad y que afecta en mayor medida a las mujeres.
Isaac Olguín, quien actualmente es médico de la Unidad Atizapán de Zaragoza de los Centros de Integración Juvenil, A.C., afirmó que los cambios que trajo consigo la pandemia, como la incorporación del uso del cubrebocas, la sana distancia, el trabajo en casa o el aislamiento, producen estrés, “y no saber manejar el estrés produce ansiedad”. Esto, al detallar que todo lo que se percibe en el entorno, repercute en el aspecto fisiológico de las personas, lo que explica que su comportamiento ahora sea diferente al habitual.
Entre los síntomas físicos de la ansiedad destacó las taquicardias, sudoración, sequedad en la boca, dilatación de las pupilas, palidez, contracción de esfínteres, mareos, dolor de cabeza, sensación de adormecimiento de algunas partes del cuerpo, crisis hipertensivas, náuseas y vómito, mientras que entre los psicológicos enumeró la preocupación, aprensión, sensación de agobio, irritabilidad, inquietud, desasosiego, bloqueo psicomotor, dificultad de concentración, obsesiones o compulsiones.
Por todo ello, el ponente recomendó a las personas estar atentas a sus emociones y a sus cambios físicos y psicológicos para poder identificarlos, al igual que a los síntomas, para posteriormente realizar ejercicios de respiración profunda mediante técnicas como la conocida como “6,3,9”, que consiste en inhalar en 6 tiempos, mantener en 3 y exhalar en 9; la técnica “4,7,8”, en el mismo sentido, para una crisis un poco más severa, o bien la técnica de contracción muscular pausada.
Planteó que si las técnicas recomendadas no funcionan, se debe buscar un acercamiento profesional, para identificar qué tan grave es el trastorno y qué tipo de manejo requiere.
Entre otras recomendaciones para estos días, destacó la autorregulación de las actividades diarias, limitar el uso de tecnologías, no excederse en el uso de redes sociales, incluir en las rutinas tiempos de relajación, establecer espacios y tiempos de calma y no automedicarse.