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Pedro Sánchez, el líder de los estados fallidos.

Intentaré no caer en los viejos estereotipos, ni en fábulas simplonas, tipo ‘La cigala y la hormiga’ (de Esopo -s. VII a.C.-, y recreada por Jean de la Fontaine y Feliz María Samaniego).

Tampoco entraré en el fondo histórico expuesto en la “Ética protestante y el espíritu del capitalismo” (1905), donde su autor Max Weber elogia la austeridad que, junto al trabajo y la racionalidad, son los pilares, según el autor, de la buena gobernanza, a nivel familiar y nacional.

Pero la diferenciación entre países frugales y fallidos o amigos de la cohesión, la verdad es que da mucho juego, máxime cuando Pedro Sánchez, jefe de gobierno de uno de estos últimos estados (junto con Italia), aparece sonriente después de la negociación, y es aplaudido por sus ministros (ayer) y en el congreso (hoy), como si fuera una estrella de cine o un héroe.

Un personaje, que fuerza la negociación, reclamando la mayor ayuda, que no créditos, por sus enormes necesidades y debilidades; es obvio que, al finalizar la larga cumbre, resulte uno de los más beneficiados. Pero, obviamente, eso no es una virtud. Eso es el reconocimiento de las carencias del estado, debidas, principalmente, a muchos años de mal gobierno.

Psicológicamente, es lógico y humano, que cuando una persona realmente necesitada, recibe una ayuda, se alegra, y, posiblemente, de las gracias; pero sería anormal que hiciera grandes ostentaciones. Llegado a su casa, con la ayuda o limosna, su familia se alegraría, también, pero nunca harían la ‘ola’ al componente familiar que portase la ayuda mencionada.

Es evidente que, en política, impera la falsedad, el doble discurso; y, en eso, Pedro Sánchez si que es un gran artista, un gran filibustero.

Por consecuente, los ciudadanos, por propia higiene mental, deberíamos ser críticos, exigentes, y no dejarnos engañar con los discursos de personajes de esa ralea.

Situación de base:

Los países ‘frugales’ de la UE, es decir, los Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca, a los que se les ha juntado Finlandia, son unos países con un déficit estructural cercano a 0 y más margen fiscal. Y su presión ha hecho rebajar las transferencias del fondo de recuperación; han llegado a calificar a los países del sur de Europa como ‘estados fallidos’ o “amigos de la cohesión” (España e Italia).

El apelativo frugal, según el diccionario (RAE): parco, sobrio, moderado, templado, mesurado.

La denominación de ‘frugales’ es debida a que estos últimos años han sido los más austeros, tienen unos gobiernos más socialdemócratas y aliados de los verdes; son contribuyentes netos de la UE. Están a la cabeza de la UE en PIB per cápita por habitante (entre 43 y 53.000 €; mientras que España está en 26.000 €.

Los citados países ‘frugales’, están gobernados por primeras ministras, Dinamarca, Suecia y Finlandia tienen primeras ministras socialdemócratas (Mette Frederiksen, Stefa Löfven y Sanna Marin; y los verdes cogobiernan en Finlandia, también con liberales y la Alianza de la Izquierda, Suecia y Austria. Este último país es el único de los frugales gobernado por populares (Sebastián Kurtz), y los Países Bajos tienen un liberal Mark Rutte), al frente de una coalición de cuatro partidos.

“No en vano, tres de los cuatro frugales, además, son miembros de la Nueva Liga Hanseática, un club de ocho países, halcones fiscales, algunos de los denominados vikingos o de las tierras del ‘mal tiempo’, pero no solo: Finlandia, Suecia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Lituania, Holanda, Irlanda, República Checa y Eslovaquia (Dinamarca y Suecia no son del euro).

La vocación de los hanseáticos es la de ser un contrapeso al empuje carolingio de Francia y Alemania; su inspiración, la alianza comercial ideada hace casi diez siglos por Enrique el León; y su credo, un remedo de aquel espíritu librecambista medieval: la ortodoxia fiscal, el equilibrio presupuestario, el déficit y la deuda saneada y nada de veleidades expansivas.

Un contrapeso, eso sí, fundamentado en principios económicos ortodoxos y en una regla básica: los tiempos de bonanza no son para gastar más, sino para ahorrar más con vistas a la próxima crisis o, como dijo un negociador en una cumbre del euro, ‘más talibanes que los talibanes’.

Como ha escrito Elisabeth Braw, del Royal United Services Institute (RUSI) , la Liga Hanseática es hoy en día ‘la moderna encarnación de lo que imaginó Enrique el León en 1161: un mosaico de cooperación entre los pequeños Estados Bálticos y algunos vecinos cercanos. La lección es que un bloque no necesita ambiciones federales o supranacionales para ser exitoso, y no necesita que sea tampoco muy numeroso. De hecho, en una época en la que los ciudadanos están muy alejados de las instituciones y las grandes alianzas pelean bajo el peso de su diversidad, el modelo pragmático de la región báltica entre países de cosmovisiones semejantes tiene potencial para otras regiones donde los vecinos están unidos por amenazas y oportunidades regionales”.

(Huffington Post)

Notas:

·       “Enrique el León, Heinrich der Löwe (1129-1195), fue miembro de la casa de Welf y duque de Sajonia, desde 1142 y duque de Baviera, desde 1156, hasta 11809. Fue el más poderoso príncipe alemán de su época, hasta que la dinastía rival de los Hohenstaufen consiguió aislarle y privarle de sus ducados.

·       Imperio carolingio, término historiográfico usado para referirse al reino franco que dominó la dinastía carolingia del siglo VIII al IX en Europa (…) Carlomagno no logró dotar a su imperio de una organización política que pudiera subsistir por sí misma las amenazas que se ceñían sobre él. Toda la organización del imperio descansaba sobre una condición necesaria: la fidelidad de los nobles al Emperador y Rey de los Francos y de los Lombardos. Todo ello en un contexto económico y social en el cual los condados se volvían cada vez más autónomos.

(…) El legado carolingio: la unificación de la mayor parte de lo que hoy conocemos como Europa central bajo el mando de un solo líder, sirvió de sustrato para la continuación de lo que se conoce como ‘Renacimiento carolingio’ (…) manteniendo sus ideas originarias de un pasado con raíces de tradición germánica y romana.

(…) Pero históricamente, la pugna por la hegemonía política en Europa Central y Occidental, librada entre Alemania y Francia (…) si bien, en la actualidad, compartiendo 451 Km de frontera, con más de 2000 ciudades hermanadas, fueron el fundamento de la integración política de Europa. Los dos países son recíprocamente su principal socio comercial y juntos constituyen el motor económico de la UE”.

Fuente Wikipedia)

Ante una complejidad como la vista, con dos ejes culturales tan definidos, el hanseático y el carolingio, es evidente que la mayoría de los estados no acepten lecciones de moralidad y ética, como argumento para la configuración del fondo de cohesión establecido únicamente en plan de ayudas sin retorno.

Finalmente el acuerdo ‘histórico’ para salir de la crisis económica y social, comportada por el coronavirus, ha consistido en pactar la movilización de 750.000 millones de €, 390.000 en subvenciones (el 70% entre los años 2021 y 2022; y el 30% restante en el 2023) y 360.000 en préstamos.

“A España le ha correspondido 140.000 millones en los próximos años, más del 10% del PIB, 72,7000 millones en forma de subsidios y el resto en préstamos baratos a devolver. A cambio de la cesión de los ‘frugales’ en las ayudas, el plan incluye ‘un freno de emergencia’ que permitirá a cualquier Estado miembro paralizar durante tres meses el desembolso de las ayudas y llevar el debate al Consejo Europeo si considera que uno de los países beneficiados no ha hecho las reformas y ajustes prometidos en el marco de las recomendaciones por país. ‘Los desembolsos de las ayudas sólo tendrán lugar si los objetivos acordados fijados en el plan de recuperación se cumplen’, señala el pacto”. (El Periódico).

Afortunadamente para los españoles y más concretamente para los catalanes, ese control finalista, evitará que el gobierno español distribuya esos millones de forma arbitraria y…que se pierda parte por el camino.

Y, evidentemente, Pedro Sánchez no ha explicado, esas condiciones, pues, en el fondo, no deja de ser una intervención por la puerta de detrás. Pero, claro, eso no vende. Y lo que busca Pedro Sánchez, es el autobombo.

Para finalizar, creo que es importante señalar que, moral y éticamente, un estado no puede ir solicitando ayudas y, al mismo tiempo, beneficiarse con la venta de armas indiscriminadamente, por ejemplo, o, incrementando los salarios un 20% de forma retroactiva desde enero a las fuerzas de seguridad, como hizo recientemente Sánchez, para ‘evitar’ el mal de fondo tras el cese del coronel de la guardia civil Pérez de los Cobos, olvidando, en este caso, al personal sanitario. Tampoco podemos permitirnos el lujo de la gira de mero marketing de la casa real, ya que, por ejemplo, las menos de dos horas de la visita de los reyes, ayer, al Monasterio de Poblet, con la ingente cantidad de fuerzas de seguridad, comportan un coste excesivo, que podría tener una finalidad positiva.

Por eso, es importante ese control europeo, ya que evitará actividades tan discutibles como esas.

Tanto social, como personalmente, debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y de nuestras fragilidades. Por eso me parecieron muy acertadas las declaraciones de Jordi Cuixart, presidente de Ómnium, en prisión, si bien ahora en tercer grado (hasta que el gran inquisidor Marchena lo revoque), ya que, entre otras afirmaciones, de su estancia en prisión dijo:

“Yo tengo una celda de 9 m2, con cuatro mudas de recambio y una tableta de chocolate. Pero es que posiblemente la felicidad era eso, la pastilla de chocolate que se te deshace en la boca. A mí no me han robado la felicidad”

Personal y socialmente tenemos mucho que aprender. No debemos vivir por encima de nuestras posibilidades. Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones. Y eso es lo que le falta a Pedro Sánchez.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com