BEIRUT, 5 ago (Reuters) – Trabajadores de rescate libaneses cavaban el miércoles entre los escombros de edificios en busca de supervivientes de la poderosa explosión de un almacén que envió una devastadora ola expansiva en todo Beirut, causando la muerte de al menos 135 personas y dejando más de 5.000 heridos.
Las autoridades dijeron que la cifra de muertos podría seguir aumentando luego del estallido ocurrido el martes en los almacenes portuarios que guardaban material altamente explosivo.
El ministro de Salud, Hamad Hassan, sostuvo que hasta 250.000 personas quedaron sin hogar después de que la onda expansiva destruyó fachadas de edificios y ventanales.
Hassan añadió que decenas de personas siguen desaparecidas, mientras que el primer ministro Hassan Diab declaró tres días de luto a partir del jueves.
Se trató de la explosión más poderosa en asolar Beirut en años, una ciudad marcada por una guerra civil que finalizó hace tres décadas y que sufre por la crisis económica en medio de la emergencia por la pandemia de coronavirus.
El incidente generó una enorme nube en forma de hongo y llegó a sacudir ventanas en la isla de Chipre, en el Mediterráneo, a unos 160 kilómetros de distancia.
El presidente del Líbano, Michel Aoun, dijo que 2.750 toneladas de nitrato de amonio, usado en fertilizantes y bombas, habían sido almacenadas durante seis años en el puerto sin medidas de seguridad, y dijo que eso era “inaceptable”.
Aoun dijo que el Gobierno estaba “resuelto a investigar y exponer lo que ocurrió lo más pronto posible, para hacer responsables y develar la negligencia, y sancionarlos con las penas más severas”.
Una fuente oficial vinculada a las investigaciones preliminares indicó que la explosión ocurrió por “inacción y negligencia”, afirmando que las autoridades judiciales y municipales no habían hecho nada por remover el material peligroso.
El gabinete ordenó que funcionarios portuarios involucrados en el almacenamiento o custodia del material desde 2014 sean puestos bajo arresto domiciliario, dijeron a Reuters fuentes ministeriales. El gabinete también anunció un estado de emergencia de dos semanas en Beirut.
“ESTO SELLA COLAPSO DEL LÍBANO”
Los libaneses de a pie, muchos del cuales han perdido sus trabajos y vieron sus ahorros evaporarse por la crisis financiera local, culpaban a los políticos que han dirigido a la nación durante décadas en medio de una extendida corrupción y administración ineficiente.
“Esta explosión sella el colapso del Líbano. Realmente culpo a la clase dominante”, dijo Hassan Zaiter, de 32 años, gerente del muy dañado Hotel Le Gray, en el centro de Beirut.
La intensidad del estallido lanzó a muchas víctimas al mar, donde equipos de rescate intentaban recuperar cuerpos. Muchos de los fallecidos eran empleados portuarios y de aduanas, personas que trabajaban en el área o que conducían sus autos cerca durante la hora de mayor tráfico el martes por mañana.
La Cruz Roja dijo que estaba coordinando con el Ministerio de Salud la apertura de morgues adicionales porque los hospitales estaban colapsados.
Sara, una enfermera del Centro Médico Clemenceau de Beirut, describió escenas en el hospital donde trabaja “como si estuviera en medio de un matadero, con sangre que cubría los corredores y los ascensores”.
El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, dijo a la cadena LBC que la explosión causó daños por un valor de al menos 5.000 millones de dólares.
“Este es un golpe mortal para Beirut, estamos en una zona de desastre. Más edificios destruidos, pensé que era un terremoto”, dijo Bilal, un hombre de unos 60 años, en el centro de la capital libanesa.
Reportes de Ayat Basma, Samia Nakhoul y Ellen Francis; reporte adicional de equipos de Reuters; escrito por Ghaida Ghantous y Tom Perry. Editado en español por Marion Giraldo y Rodrigo Charme