El oído humano soporta entre 60 y 80 decibeles de forma normal; exceder estos rangos nos coloca en un estado de vulnerabilidad: Dra. Jimena Atuán.
Ciudad de México a 19 de agosto de 2020.- Nuestro día a día está permeado de sonidos y ruidos, que podemos oír o escuchar, ¿no es lo mismo? No, no lo es. De acuerdo con la RAE, el primero se refiere a la capacidad de percibir el sonido a través del sistema auditivo, mientras que el segundo está relacionado con la atención que se presta a lo que se oye. De ahí que oigamos ruidos y escuchemos sonidos.
El impacto de los ruidos le pasa grandes facturas a la calidad de vida, empezando por la capacidad de escuchar, así como otros impactos fisiológicos como la alteración del ciclo del sueño, presión arterial e incluso hasta en la digestión o puede provocar afectaciones graves en el desarrollo de un feto. Al percibirlos, no estamos prestando atención; sin embargo, como aparecen de repente pueden causar daños permanentes.
Si bien no todos los ruidos son peligrosos para nuestra audición, sí se generan estados de tensión y enojo. No obstante, ¿cómo se sabe cuándo un sonido ya se convierte en ruido? De acuerdo con el portal Volver a escuchar, no hay una diferencia física entre un ruido y un sonido agradable, pero sí se puede identificar cómo reacciona el oyente a los sonidos[1].
De forma simple, el ruido es cualquier sonido que no queramos escuchar, es decir que no le estamos prestando atención, ya que nos representa desagrado; sin embargo, existen sonidos que superan los 80 decibeles (dB), como el que pudiera provocar un camión pesado moviéndose o una perforadora eléctrica, que con una exposición prolongada pueden ocasionar pérdida permanente de la audición, porque no dejamos de percibir sonidos en ningún momento señala la Dra. Jimena Atuán Rodas; Especialista en Audiología, Foniatría y Otoneurología de MED-EL.
De acuerdo con el Centro Nacional de Metrología (CENAM), se sabe que el ruido es considerado como un agente invisible y contaminante de la modernidad, por lo que debería de controlarse y regularse debido a los efectos negativos que produce[2].
Debemos entender que el ruido no es una acción individual, sino colectiva y por lo tanto frenarlo es complejo; sin embargo, en medida que sepamos cómo cuidarnos, es posible que la contaminación auditiva disminuya. Añade la especialista.
El oído humano puede soportar entre 60 y 80 dB de forma normal; no obstante, exceder de estos rangos nos coloca en un estado de vulnerabilidad. Por ejemplo, si el personal de tierra de un aeropuerto no usara protección, inevitablemente quedaría con daño auditivo permanente ya que el ruido que genera el despegue de un avión va de los 110 a 150 dB, es decir, el sonido normal se intensifica más del 150%, enfatiza.
Algunas recomendaciones para disminuir la cantidad de ruido en nuestros oídos:
- Evitar lugares donde el ruido supere los 100 dB o usa protección adecuada
- Usar los audífonos a volúmenes bajos
- Llevar en nuestra bolsa o mochila tapones de silicón (no usarlos al manejar, andar en bici o al caminar por la calle, ya que puede ser peligroso)
Si el daño auditivo por ruido ya está presente, recomendamos que las personas acudan con un especialista inmediatamente para que pueda brindarles la solución auditiva necesaria. MED-EL refrenda su compromiso con los mexicanos y los invita a cuidar su audición y no exponerse a ruidos innecesarios.
[1] Volver a escuchar, ruido y sonido.
[2] CENAM,2018.
Acerca de MED-EL
MED-EL, con sede principal en Innsbruck (Austria) y 30 oficinas distribuidas por todo el mundo, es un proveedor internacional líder en sistemas de implantes auditivos. En 1977, la Dra. Ingeborg Hochmair y el Prof. Dr. Erwin Hochmair, científicos austríacos y fundadores de la empresa, desarrollaron el primer implante coclear multicanal, mientras que en 1990 sentaron las bases de la historia de la empresa con la contratación de los primeros empleados. Actualmente, la empresa dispone de 2,000 empleados.
El implante coclear fue y sigue siendo la primera sustitución eficaz y factible de un órgano sensorial. Los implantes cocleares, los implantes de oído medio, el sistema EAS (Estimulación Acústica Eléctrica combinada), el implante de tronco cerebral (ABI), así como el primer implante activo de conducción ósea, conforman la gama de productos más amplia del mundo que MED-EL ofrece en el sector de soluciones implantables para el tratamiento de los distintos tipos de pérdidas de audición. Hoy en día, los pacientes de más de 123 países en todo el mundo pueden oír gracias a los productos de MED-EL.
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