- Deben quedar enmarcadas en políticas públicas integrales: Francisco Miranda.
- Resaltó que es necesario recuperar la confianza en los docentes.
La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) realiza un trabajo de recuperación, ordenamiento y análisis de conocimientos que ha dejado la pandemia por COVID-19 a través de distintos estudios de diagnóstico y sistematización como la encuesta sobre experiencias de las comunidades escolares en educación básica y media superior(en la que participaron 492 mil personas), la sistematización de recomendaciones de organismos internacionales y de las acciones puesta en marcha en 36 países, además del análisis de guías y protocolos internacionales para enfrentar situaciones de emergencia y la sistematización de estrategias y acciones en el ámbito local.
Lo anterior lo informó el titular de la Unidad de Evaluación Diagnóstica de este organismo, Francisco Miranda López, durante su participación en el foro virtual
“La vuelta a la escuela: COVID-19, niñez y agenda de políticas educativas en América Latina”, organizado por la Fundación Arcor.
Dijo que entre los países hay consenso en la identificación de los problemas, en el diagnóstico de lo que se ha aprendido en esta contingencia sanitaria y, sobre todo, coincidencia en lo que hay que hacer para mejorar la educación. Ahora se necesita sistematizar muy bien los problemas y aprendizajes identificados y con base en ello definir las nuevas intervenciones públicas que se requieren para la nueva normalidad educativa pensando en enfoques integrales y nuevas formas de desarrollar los procesos educativos.
Subrayó que el gobierno de México, a través de la Secretaría de Educación Pública, tomó decisiones para que, al mismo tiempo de cuidar la salud de todos los actores educativos, se diera continuidad a las tareas educativas desde los hogares, a través del programa Aprende en Casa II, para iniciar el ciclo escolar 2020-2021.
Destacó que en México la pandemia evidencio las brechas estructurales que persisten en el país; aceleró procesos de recambio curricular y modos de trabajo, e impulsó nuevos mecanismos de organización y gobernanza dentro de las comunidades escolares.
Comentó que durante la pandemia se logró una gran movilización y compromiso de las comunidades; amplia comunicación y apoyo educativo; creatividad e innovación de las y los docentes, y mayor compromiso de y entre las familias con la educación de sus hijos.
Resaltó que en México es necesario seguir trabajando para enfrentar problemas estructurales que presenta el Sistema Educativo Nacional como son la brecha digital y las restricciones en los recursos y capacidades tecnológicas de las escuelas y las familias; la insuficiente atención de grupos vulnerables y de servicios educativos en localidades de alta y muy alta marginación, así como la revisión del currículum y el replanteamiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como la formación continua de los docentes en el marco de un nuevo trabajo pedagógico que combine la educación presencial y a distancia.
Consideró necesario que todos estos aspectos queden enmarcados en nuevas políticas y acciones educativas acordes con las realidades visibilizadas por la contingencia sanitaria.
Finalmente, Miranda López resaltó que es necesario recuperar la confianza en los docentes y enriquecer sus contenidos de acuerdo con los contextos sociales en los que están inmersos.