Nota previa: en memoria del sacerdote Manel
Pousa Engroñat, fallecido a los 75 años, a causa de una embolia, después de
haber dado positivo del Covid.
Conocido como el ‘Pare (padre) Manel’ ha
dedicado su vida a los más pobres y a los presos.
Mane, Tecel, Fares, estas palabras aparecen en
la Biblia, en ‘La profecía de Daniel’, capítulo V, versículos 25-28 que, en
síntesis, cuenta que:
‘El rey Baltasar, de Babilonia, celebró un gran
banquete, en honor de sus dignatarios (adulantes y adláteres), que eran unos
mil y en el transcurso del banquete bebió en abundancia. Excitado por el vino,
mandó traer las copas de oro y plata que su padre Nabucodonosor se había
llevado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellas el rey, sus dignatarios,
sus mujeres y sus concubinas. Bebían y alababan a sus dioses de oro y plata,
bronce y hierro, madera y piedra (Dn, 5,1-4).
En medio del festín y ante el estupor de todos,
aparecieron unos dedos de mano humana que escribieron Mane, Tecel, Fares. El
rey, al ver la mano que escribía, cambió de color, se inquietó la mente, le
fallaron las articulaciones de sus caderas, y sus rodillas se entrechocaban una
con otra (Dn, 5, 5-6). Ninguno de sus magos, astrólogos ni adivinos pudo
interpretar; entonces la reina … entró en la sala del banquete y dijo: … hay
en tu reino, un hombre … Daniel … con un espíritu superior, saber e
inteligencia, capaces de interpretar sueños, descifrar enigmas y resolver
problemas. Así pues, ordena que venga Daniel, que él interpretará lo escrito (Dn,
5, 10-12).
Daniel pues, fue llamado, y dijo: Guarda oh
rey, tus regalos y da tus obsequios a otro: … en cualquier caso leeré e
interpretaré para el rey lo escrito … el Dios Altísimo concedió a tu padre
Nabucodonosor reino y grandeza, gloria y poderío … Era señor de vida y muerte,
engrandecía y humillaba a su antojo … Y tú su hijo Baltasar … te has levantado
contra el Señor del cielo. Has mandado traer las copas de su templo, las has
profanado y no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu vida y tus
caminos. Por eso él envió la mano que escribió esas palabras (Dn, 5,
17-23).
Y a continuación, siguió: … Esta es la
interpretación: Mane quiere decir ‘contado’: Dios ha contado los días de
tu reinado y ha señalado un límite; Tecel, es decir ‘pesado’: has sido
pesado en la balanza y hallado falto de peso; Fares, es decir
‘dividido’ tu reino ha sido dividido y entregado a medos y persas (Dn,
5, 26-28). Aquella misma noche, Baltasar, rey de los Caldeos … murió
(Dn, 5, 30). (Ciro ya estaba entrando en Babilonia).
“La frase Mane, Tecel, Fares, tiene un
significado premonitorio para quien está amenazado por una catástrofe
inminente. A modo de ejemplo, fue utilizada por Winston Churchill en su
historia de la Primera Guerra Mundial, ‘La crisis mundial’, para hacer
referencia a la vulnerabilidad de Gran Bretaña ante la guerra submarina sin
restricciones emprendida por el Imperio alemán:
‘Hubo un momento en que las curvas de
hundimientos y de entradas en servicio que revelan nuestros gráficos parecieron
un ‘Mane, Tecel, Fares’ escrito en la pared’.
(Wikipedia)
Otro ejemplo, tras la caída de Stalingrado en
1943, gracias a la ayuda militar a la URSS, por parte de los EUA, Inglaterra y
Canadá, Dolores Ibárruri Gómez (la Pasionaria) (1895-1989) escribió:
‘La derrota alemana en Stalingrado grabó en el
palacio de El Pardo el trágico Mane, Tecel, Fares que anunciaba al caudillo
sangriento el hundimiento de su poder’.
Pues bien, esta frase la traigo a colación del
discurso de Pedro Sánchez, este martes, en el senado, hablando sobre la
profunda división que los independentistas hemos provocado en la sociedad
catalana, que, aunque tengamos más diputados en el Parlament, ni siquiera
ganamos en votos, por lo que deberíamos hacer un análisis de conciencia y
volver a la razón; y en eso él no ha parado de trabajar.
Que Pedro Sánchez tenga esa desfachatez,
después de haber apoyado la aplicación del 155 y todas las medidas adoptadas
por Mariano Rajoy; pero, aún, es más, que diga que los independentistas siempre
hemos tomado nuestras votaciones como plebiscitarias, y nunca hemos ganado en
votos, demuestra muy mala ‘milk’, pues:
·
En
las últimas elecciones generales, con una participación del 69.9% (casi dos
puntos menos que en las elecciones anteriores), el PSOE consiguió 120 diputados (3
menos que el 28-A, es decir, siete menos antes).
·
Así
que, de 350 diputados, obtuvo 120.
·
En
término de votos, es estas elecciones se quedó lejos de los 6,5 millones,
cuando en las elecciones anteriores había obtenido 7,5 millones.
·
Así
que, de los 37,9 millones de ciudadanos con derecho a votar, el PSOE obtuvo un
17,15 %; mientras que el voto de los independentistas fue del 30% del censo
(casi el 46,1 % de los votos efectivos).
Que Pedro Sánchez olvide y manipule estos
datos, y que ‘olvide’ que es presidente gracias al voto de los diputados
independentistas demuestra, una vez más, su pensamiento débil, como he citado
en múltiples escritos; es una muestra más de su harmatia, tal como comenté
ayer.
Respecto a las palabras arameas a las que hago
referencia en el presente escrito: Mane, Tecel, Fares, está claro que Pedro
Sánchez se ve con la ‘auctoritas’ suficiente para considerar que el movimiento
independentista está contado, pesado y dividido, y que los líderes están
muertos ‘políticamente’. Esta es la gran visión del ‘estadista’, que no sabe ni
contar, como demostró al referirse a la ‘escasa’ representación de nuestros
políticos independentistas. Por pudor, viendo ‘su’ representación, por pudor,
cuanto menos, debería callar. Y más, como debería saber, que las elecciones en
el estado español no son directas, no son presidencialistas, si no que son
indirectas. Y si nosotros le damos un carácter plebiscitario, es meramente
retórico, para poder contarnos los independentistas, de una forma u otra, pero
formalmente, sabemos que no sirve para nada. Y Pedro Sánchez lo sabe o debería
saber.
Pero tener un pensamiento un consistente y meramente
interesado no son exclusividad de Pedro Sánchez, pues Pablo Iglesias:
El pasado día 4, comentó: ‘Yo no deseo que
Martín Villa vaya a la cárcel, por la edad que tiene’ (Público)
Y ayer, Podemos, como parte acusadora de la
familia de Pujol: ‘Podemos pide 20 años de cárcel para Jordi Pujol por delitos
de corrupción’.
Así que Martín Villa, con ‘presuntos’ delitos
de sangre, por tener 85 años de edad, no debe ir a la cárcel, pero el ex
president de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, por ‘presuntos’ delitos
de corrupción, teniendo 90 años de edad, debe ir a la cárcel. MUY COHERENTE,
otro que tampoco sabe contar.
Por todo eso, creo que es muy ilustrativa la
siguiente fábula de Esopo (s. VII a. C),
que tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias deberían aplicarse:
“Los dos cangrejos:
Un cangrejo tenía un hijo que andaba de
costado, con las piernas torcidas.
Su padre, que lo amaba más que a nada en este
mundo, hacía lo imposible porque su hijo corrigiese ese defecto, diciéndole:
¡No roces tu cuerpo contra las rocas! ¿No sería
mejor que echaras el cuerpo hacia adelante?
¡Padre mío – respondió el hijo – yo no hago
sino lo que veo! Si tú andas de la misma manera ¿cómo quieres que yo me corrija?
Y, sin más miramientos, le continuó objetando:
¡Tú debiste corregirte primero, para yo seguir
tu ejemplo! Si quieres que camine derecho, hazlo tú antes, para que pueda
mirarte e imitarte luego”.
Amadeo Palliser Cifuentes