La pandemia mundial de coronavirus está transformado al mundo en general, y las formas de hacer y difundir cine en concreto. Tanto es así que las butacas del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por su siglas en inglés) se convirtieron en lanchas.
La sana distancia y el riesgo que representan los lugares cerrados obligaron a los organizadores de este festival, realizado desde hace 23 años en el céntrico estado mexicano de Guanajuato, a exhibir algunos de sus largometrajes en un nuevo formato de cine: el Aquacinema.