BRASILIA, 8 oct (Reuters) – Brasil se las arregló para aliviar la pobreza con pagos de emergencia durante la pandemia de COVID-19, pero si los esfuerzos gubernamentales de apoyo a los ingresos no continúan, 15 millones de brasileños volverán a caer en la extrema pobreza en enero, advirtió un economista el jueves.
La extensión de los generosos subsidios está estancada en el Congreso y enfrenta algún grado de oposición dentro del gobierno, cuyo equipo de política económica teme por un descontrolado déficit presupuestario.
“Estamos entre la espada y la pared”, dijo a Reuters el economista Marcelo Neri, jefe de políticas sociales de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) en Río de Janeiro.
Un estudio de la FGV publicado el jueves dijo que el número de brasileños pobres, aquellos que ganan menos de la mitad de un salario mínimo, o 515 reales (92 dólares) al mes, bajó un 23,7% a un mínimo de 50 millones de personas gracias a los pagos mensuales que comenzaron en 600 reales, pero que ahora han bajado a 300 reales y que expiran el 31 de diciembre.
El presidente derechista Jair Bolsonaro, cuya popularidad ha aumentado gracias a las entregas de dinero, lucha para encontrar una forma de mantener los pagos, pero no hay forma de financiarlos sin romper un límite de gasto constitucional y empeorar un ya desbocado déficit presupuestario.
Brasil fue más generoso que otros países de América Latina con sus pobres durante la pandemia, pese a que su situación fiscal era peor y a que el ministro de Economía, Paulo Guedes, intentaba mantener su campaña de austeridad fiscal, dijo Neri.
“Guedes resultó ser un administrador sorprendentemente generoso de políticas keynesianas. Ahora, tenemos que seguir siendo mitad keynesianos, pero no tenemos el dinero”, agregó Neri.
Brasil, que había visto una fuga de capitales a gran escala de la bolsa de comercio de Sao Paulo a inicios de este año, corre el riesgo de inquietar aún más a los inversores si aumenta demasiado el gasto durante 2021, advirtió el economista formado en la Universidad de Princeton.
Los pagos de COVID-19 habrán costado al Tesoro brasileño 321.800 millones de reales (unos 57.600 millones de dólares) para finales de año.
Como en la mayor parte de América Latina, la pandemia ha reducido el tamaño de la clase media tradicional, con 4,8 millones de brasileños bajando de estrato social debido a la pérdida de ingresos, dijo Neri.
Millones de latinoamericanos de clase media están siendo arrastrados a la pobreza por el brote de COVID-19, que ha golpeado el mercado laboral de la región con más fuerza que en otras partes del mundo. Se prevé que la pobreza vuelva en la región a los niveles de 2005.
Reporte de Anthony Boadle y Gabriel Pontes, Editado en Español por Manuel Farías