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España y el 12 de octubre

Siguiendo con mi escrito de ayer, a estas horas de ese día, del año 1492, los nativos de la isla de Guanahaní sufrieron una invasión de unas gentes que es debieron parecer, cuanto menos, alienígenas, por tratarse de invasores el espacio exterior a su mapa mental de conocimientos.

Alienígena, etimológicamente, deriva, del latín ‘ali’ (otro, extraño, ajeno, no natural), y ali-gen (engendrado en otra tierra); que es diferente del extraterrestre (fuera de la tierra). Y así debieron ver a esos invasores. Los invasores, conocedores de nativos de otras culturas y civilizaciones, asiáticas y africanas no tuvieron ese shock.

Ayer comenté que, tras 36 días de navegación, la noche del 11 al 12, Juan Rodríguez Bermejo, de Triana, un marinero de 23 años, gritó el deseado ‘Tierra a la vista’, y, lógicamente, esa noche la tripulación se preparó para la invasión guerrera; mientras que los nativos guanahaníes, si pudieron ver las velas de los tres navíos, debieron pasar una noche con gran temor, huyendo la mayoría; y si no las vieron, durmieron plácidamente sin temer al gran tsunami, que les iba a caer.

Es importante destacar que, muchas veces, los grandes cambios individuales y sociales, se nos aparecen de improviso; ya sean los cambios positivos como los negativos.

Y, evidentemente, para los nativos, ese cambio no podía ser más negativo, pues fue el fin de su cosmovisión; un final cruento y salvaje, pues las conquistas y la cristianización se hacía a golpe de espada.

Un whastsapp que corre hoy, dice:

“En 1492 los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un Dios de otro Cielo, y que ese Dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado quien adorara al Sol, a la Luna, a la Tierra y a la Lluvia que la moja”

(Eduardo Hughes Galeano, 1940-2015)

Es verdad que, en la cultura europea en expansión, si el ‘descubridor’ no hubiese sido Cristóbal Colón, hubiese sido otro, quizás un inglés, un holandés, etc.; pero, hacerlo bajo los auspicios de los llamados Reyes Católicos, en este caso concreto, la responsabilidad es de los colonizadores del reino de Castilla y, ahora, del estado español.  Responsabilidad que nunca se ha asumido, ya que aquí sólo se ha querido ver y enseñar uno de los lados de la moneda, olvidando la historia negra y vergonzante.

Obviamente, y como ya he comentado en otros escritos, no es correcto hacer una lectura presentista de la historia, así que, Colón y sus tripulantes hicieron lo que culturalmente ‘debían’ hacer. Y no hay más qué decir.

Pero es evidente que incluso en aquellos tiempos había personas con un más elevado nivel moral y cultural, pues sólo dos décadas después tenemos una muestra con el propio fraile Bartolomé de las Casas (1484-1566), pues su padre, Pedro de las Casas participó en el segundo viaje de Colón; y en 1499, Pedro llevó a su casa de Sevilla, a un indio, regalado por Colón, y que permaneció esclavizado por la familia. Bartolomé, ordenado sacerdote en 1510, viajó a Cuba en 1512; y en 1514 se le encargó la administración de una encomienda donde los indios trabajaban en la minería. Gradualmente Casas fue tomando consciencia de la injusticia del sistema, volvió a Castilla, se entrevistó con Fernando el Católico y con el Cardenal Cisneros, y fue nombrado ‘Protector de los indios’, en 1516. Pero su programa de colonización pacífica fracasó. Posteriormente, Carlos I promulgó en 1542 las Nuevas Leyes, prohibiendo la esclavitud.

Pero todos sabemos que esa ley no tuvo efecto, ya que no fue hasta 1837 que se abolió legalmente la esclavitud en la España peninsular, ya que se excluyeron los territorios de ultramar, por presiones de la oligarquía de Cuba y Puerto Rico, que amenazaron con anexionarse a los EUA. Por lo que prosiguió la esclavitud» y el tráfico negrero español, hasta 1886.

(fuente: Wikipedia)

Y, desgraciadamente, la ‘cultura’ hidalga española, sigue ‘impasible en su ademán’, pues aún hoy día no ha efectuado una disculpa pública, que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha reclamado en una carta dirigida al Papa Francisco, en la que le emplaza a él como representante de la Iglesia Católica y a la monarquía española, que ofrezcan una disculpa pública, a los pueblos indígenas por las atrocidades y saqueo de la conquista:

“‘Aprovecho para insistir que, con motivo de estas efemérides, tanto la Iglesia Católica, la Monarquía española y el estado Mexicano, hemos de ofrecer una disculpa pública a los pueblos originarios que sufrieron las más oprobiosas atrocidades para saquear sus bienes y tierras y someterlos, desde la Conquista el 1521 hasta el pasado reciente’, indica la misiva. La carta ha sido trasladada personalmente al Papa por la esposa del presidente de México, Beatriz Gutiérrez Müller.

(…)

La petición de López Obrador en concreto a España, se efectuó a principios del 2019, cuando escribió una carta al rey de España, pidiéndole un reconocimiento de los agravios duran te la conquista de México. En aquel momento, el entonces ministro de asuntos exteriores, UE y cooperación, Josep Borrell, respondió afirmando que, ‘obviamente, España no presentará estas extemporáneas disculpas’ “   

(Elnacional.cat)

Este es el carácter del orgulloso hidalgo español, del cual Borrell es un claro ejemplo, aún siendo catalán, ya que aquí también tenemos de todo, como en botica.

No en vano, unos párrafos más arriba he escrito ‘impasible el ademán’, que forma parte del Cara al sol, falangista: ‘Formaré junto a mis compañeros, que hacen guardia sobre los luceros, impasible el ademán, y están presentes en nuestro afán’. Y es triste ver que esa impasibilidad sigue en gran parte de la ciudadanía unionista española, pues siguen tan ufanos celebrando, con cabra y todo, el día de la hispanidad, y antes, de la raza. Y lo hacen por todo lo alto, con gran orgullo.

Y eso lo hacen todos los unionistas, sin diferencias, si bien, los de Vox, como es lógico, sacan hasta a los pronazis.

Es preciso recordar que ya en tiempos de Franco, se hacía broma del ‘impasible ademán’, cantando ‘impasible el alemán’; pero eso siempre fue minoritario y en círculos reducidos, lógicamente.

Aquí seguimos, mayoritariamente instalados en la cultura del conquistador empobrecido, pero, simulando y añorando las grandezas pretéritas, cuando en el fondo, seguimos menospreciando al diferente. No nos damos cuenta que los alienígenas que destruyeron un mundo y una civilización, fueron nuestros antepasados, y que aún en la actualidad, las grandes empresas del Ibex 35, siguen expoliando, explotando, abusando y aprovechándose de los descendientes de los nativos.

Y ese racismo / clasismo, lo seguimos manifestando, como muy bien expresa el citado Eduardo Galeano:

Sueñan las pulgas con comprarse un perro

y sueñan los nadies con salir de pobres,

que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,

que llueva a cántaros la buena suerte;

pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana ni nunca,

ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,

por mucho que los nadies la llamen

y aunque les pique la mano izquierda,

o se levanten con el pie derecho,

o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados,

Corriendo la Liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no practican cultura, sino folklore.

Que no profesan religiones, sino supersticiones.

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen casa, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies que cuestan menos que la bala que los mata.

‘Los Nadies: los hijos de nadies, los dueños de nada’

(Eduardo Galeano, 1940)

Y en España, hasta que el rey y todos los unionistas, no superen el sentimiento de superioridad, que, psicológicamente, es un mecanismo de defensa inconsciente, pero que los unionistas, además, lo tienen asumido y transmitido culturalmente, no se podrá superar esta situación, seguirán con la cabra y sus legionarios (que este año, gracias al covid, no han llevado a pasear por Madrid). Y, consecuentemente, seguirán considerando a los otros como nadies.

Y si Borrell desconsideró pedir disculpas por extemporáneas, por los hechos de 1492 hasta nuestros días; tampoco nunca las pedirán por los agravios impuestos a Catalunya desde 1714 hasta la actualidad. Nos siguen considerando nadies, ya que no nos consideran ni sujetos políticos.

Por todo eso, debemos dejarlos solos, que sigan con sus historietas; nosotros ya tendremos trabajo con nuestra república catalana, más limpia, y sin copiar, ni de lejos, nada que se parezca a la ‘imperial’ española.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com