CIUDAD DE MÉXICO, 16 oct (Reuters) – El exsecretario de Defensa de México, Salvador Cienfuegos, usó su poder en el cargo que ocupó entre 2012 y 2018 para proteger al cártel de los hermanos Beltrán Leyva, dirigiendo operaciones militares contra grupos rivales e incluso encontrando transporte marítimo para enviar drogas, dijeron fiscales estadounidenses.
Cienfuegos Zepeda, arrestado en el principal aeropuerto de Los Ángeles el jueves, aceptó sobornos a cambio de protección que incluía advertir al cártel sobre las investigaciones de Estados Unidos, según fiscales en Nueva York que lo acusaron de tres cargos de narcotráfico y uno de lavado de dinero.
Durante una breve audiencia el viernes, el militar retirado de 72 años, que compareció a través de videoconferencia usando una mascarilla, recibió la orden de permanecer bajo custodia estadounidense al menos hasta que se lleve a cabo una audiencia formal sobre su detención el martes de la próxima semana.
El arresto Cienfuegos, apodado “El Padrino” y “Zepeda” en una acusación fechada en agosto de 2019 que fue clasificada hasta que estuvo bajo custodia estadounidense, marcó la primera vez que un exministro de Defensa mexicano ha sido acusado y detenido.
Su caída tendrá implicaciones de gran alcance para la guerra contra las drogas en México, que ha sido liderada por las fuerzas armadas durante más de una década.
“A cambio del pago de sobornos, permitió que el cártel H-2 (Beltrán Leyva), un cártel que habitualmente se dedicaba a la violencia generalizada, incluida la tortura y el asesinato, operara con impunidad en México”, dijeron los fiscales estadounidenses en un expediente judicial.
El grupo, liderado originalmente por los hermanos Beltrán Leyva, es una organización criminal nacida en el estado noroccidental Sinaloa. Inicialmente estuvo aliado con el Cártel de Sinaloa, del apresado Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero posteriormente se enfrentaron a sangre y fuego.
Tras conocer sobre la detención, cuyos preparativos no fueron compartidos con autoridades del país latinoamericano, según fuentes del Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó el caso de “muy lamentable” y prometió limpiar las Fuerzas Armadas, aunque respaldó su liderazgo actual.
“Si se demuestra que hay una red, una relación de complicidades y si salen a relucir nombres, ya sea de civiles o de militares (…) van a ser suspendidos en tanto se termine el proceso de investigación y en caso de ser responsables se procederá en contra de ellos”, dijo el mandatario el viernes.
No obstante, expresó su confianza en los actuales secretarios de Defensa y de Marina, y en las Fuerzas Armadas en general, que definió como fundamentales para el país.
General de Brigada del Ejército, alto, de rostro y mirada severas, Cienfuegos alguna vez prometió combatir el narcotráfico y era considerado intocable, en un país donde el Ejército ha participado activamente en la lucha contra el crimen organizado en los últimos tres mandatos presidenciales, incluido el actual.
“El arresto (…) confirma lo que durante mucho tiempo han alegado traficantes y civiles por igual: que el Ejército del país, que juega un papel enorme en la lucha contra el crimen organizado, ha incurrido en corrupción”, opinó Parker Asmann, de InsightCrime, una organización que investiga al crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.
La detención de Cienfuegos se produce a menos de tres semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El mandatario Donald Trump, que busca un segundo período, ha hecho de la represión a los cárteles de la droga una prioridad, aunque sin grandes avances desde que asumió el poder en 2017.
AL SERVICIO DE UN CÁRTEL
Los fiscales estadounidenses aseguran que, entre 2015 y 2017, hubo vínculos muy estrechos entre Cienfuegos y el cártel Beltrán Leyva, fundado por primos de “El Chapo” Guzmán.
Su protección ayudó al cártel a manufacturar y enviar toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos sin una interferencia significativa del Ejército mexicano, dijeron los fiscales en un memorándum que acompaña a la acusación en el Tribunal del Distrito Este de Nueva York.
De acuerdo con los documentos judiciales, que citan evidencia interceptada de teléfonos celulares, Cienfuegos se aseguró de que las operaciones militares no tuvieran como objetivo al cártel, y enfocó las ofensivas en grupos rivales.
También está acusado de presentar a los principales líderes de la banda criminal a otros funcionarios mexicanos a cambio de sobornos.
Entre las miles de comunicaciones interceptadas, según los fiscales, había muchos mensajes directos entre Cienfuegos y un alto líder del cártel Beltrán Leyva, incluidos algunos en los que el militar retirado habló sobre su asistencia a otra organización del narcotráfico.
La cónsul mexicana en Los Ángeles, Marcela Celorio, aseguró que se entrevistó en dos ocasiones con el militar retirado para revisar su estado de salud y condiciones de reclusión y que se le proporcionó “la debida” asistencia consular.
El embajador estadounidense en México, Christopher Landau, quien informó sobre la detención de Cienfuegos al canciller mexicano, escribió el viernes que a ambos países les “urge trabajar hombro a hombro”, en ambos lados de la frontera, para acabar con el crimen organizado y el narcotráfico.
Desde que llegó al poder en diciembre de 2018, López Obrador ha ido otorgando progresivamente cada vez más poder a los militares, ratificando su incorporación previa a la lucha contra la delincuencia organizada con una reforma legal y entregándoles obras de infraestructura centrales de su gestión.
Cienfuegos es el segundo alto mando castrense mexicano aprehendido en Estados Unidos en los últimos meses, tras la captura de Genaro García, exsecretario de Seguridad Pública durante el mandato de Felipe Calderón (2006-2012).
En el juicio que se le sigue, García, de 52 años, se ha declarado inocente de participar en un esquema de sobornos multimillonarios para proteger al Cártel de Sinaloa, dirigido por el ahora encarcelado “El Chapo” Guzmán.
Reporte adicional de Raúl Cortés Fernández y Ana Isabel Martínez en Ciudad de México y de Steve Gorman en Los Ángeles