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En plena crisis, tarifas arriba

Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Desde marzo muchos llevamos encerrados en nuestras casas trabajando o estudiando, por lo que el uso de elementos tecnológicos ha sido gratamente explotado por quienes podemos darnos el lujo de permanecer en nuestro hogar. La pandemia trajo consigo cambios importantes en nuestras vidas y sin duda alguna el uso del internet, para la mayoría de nuestras actividades, es uno de esos; por esto, el internet y los teléfonos celulares –entre otras tecnologías- se han convertido en canasta básica para muchos de los hogares en México; sin embargo, en plena crisis económica y de salud la Cámara de Diputados Federal –con mayoría morenista- aprobó un incremento al cobro de los servicios de internet y teléfono que se aplicaría a partir el próximo enero.

Ciertamente, estos incrementos repercutirán en los bolsillos de los hogares de millones de mexicanos, muchos que ya batallaban por mantener este tipo de servicios, hoy indispensables; que si bien, la iniciativa de origen era con un incremento del 56%, y se aprobó sólo en 6.57%, cualquier aumento en las tarifas muchos van a resentirla y menos podrán pagar.

Recientemente leía el comentario de una maestra que pedía a la SEP cancelar el ciclo escolar hasta que este pudiera ser de forma presencial pues, a pesar de que nota a sus alumnos animados por mantener el ritmo digital, también es evidente que para muchos padres de familia mantener el acceso tecnológico de sus hijos es una tarea titánica casi imposible de cumplir. Otra maestra, querida amiga mía, me platicaba que ha tenido que sacar de su bolsillo para apoyar a los papás y que los alumnos puedan enviar tareas. Y no, en ambos casos, no me refiero a escuelas privadas, estos son los casos de escuelas públicas donde tal vez los alumnos toman sus clases por televisión pero aún así tienen que enviar tareas y trabajos haciendo uso de teléfonos celulares e internet.

La situación es lamentable, pues este tipo de acciones tendrá fuertes repercusiones en los bolsillos de los que menos posibilidades tienen y además, sin duda alguna afectará notoriamente la imagen de Morena y su líder moral, el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues recordemos que han tomado como estandarte, además del “combate a la corrupción”, trabajar “para los pobres”.

Lo triste de todo esto es que, como es costumbre de la actual administración, llegado el momento la culpa del aumento en las tarifas que pagamos los ciudadanos no será de ellos, los culpables serán las empresas que ofrecen el servicio y así, se lavarán las manos de una decisión que se sustenta, claramente, en la falta de recursos que impera en nuestro país; pero, bueno, mientras sigamos dándole dinero a los ninis y al béisbol ¿no?