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En España, el dilema salud vs. economía, en realidad se centra en la imagen del gobierno.

‘Estamos peor, pero estamos mejor. Porque antes estábamos bien, pero era mentira. No como ahora que estamos mal, pero es verdad’.

(Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes, ‘Cantinflas’)

En España sabemos que este genial actor sigue siendo el maestro de políticos como Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, etc., pues:

’¿Ustedes piensan antes de hablar o hablan tras pensar?’. ‘Haré todo lo que pueda y un poco más de lo que pueda si es que eso es posible, y haré todo lo posible e incluso lo imposible si también lo imposible es posible’

(Mariano Rajoy)

“España no se merece el cambio que propone Podemos, con Iglesias de vicepresidente controlando el CNI y con el apoyo de los independentistas’. ‘Aunque fuera verdad que el programa ‘Sálvame’ sólo lo ven mujeres mayores e incultas, ¿cuánto vale su voto? ¿No es el principio de la democracia el de ‘una persona, un voto’?’

(Pedro Sánchez)

En el estado español no hay sentido del ridículo, está claro, como hemos visto y veremos con la siguiente muestra:

“España renuncia a pedir ahora 70.000 millones en créditos europeos.

El Gobierno de Pedro Sánchez solo reclamará a corto plazo el dinero comunitario a fondo perdido.

‘Es un gran acuerdo: logramos 140.000 millones para España, 72.700 en transferencias’, anunció el presidente Pedro Sánchez tras la cumbre de julio en Bruselas.

(…)

El Gobierno español confía en el maná europeo para aprobar un Presupuesto ultraexpansivo que aclare el lúgubre panorama y alargue el horizonte de la legislatura. Pero finalmente es muy probable que España nunca alcance la cifra de 140.000 millones. El Ejecutivo renuncia a casi la mitad de esa cifra por ahora, confirman fuentes de la Moncloa y de Economía: reclama las ayudas directas a fondo perdido, pero no pedirá -al menos a la corta- los casi 70.000 millones en préstamos.

Traducción bíblica: España quiere ya, para 2021-2023, las transferencias que no haya que devolver, pero declina pedir ahora los créditos -que a la postre suponen más deuda- asociados a los fondos europeos. ‘La Comisión Europea permite pedir los préstamos hasta julio de 2023. ¿Qué ganamos pidiéndolos ahora? Lo haremos si lo necesitamos, para el período 2024-2026’, admiten fuentes gubernamentales”.

(Claudi Pérez, El País, 19 octubre 2020)

“La CEOE (patronal empresarial) pide al Gobierno que no renuncie a los 70.000 en créditos europeos.

La patronal asegura que los 140.000 millones que corresponden a España ya están ‘asumidos’ por la sociedad y los organismos internacionales”.

(El País, mismo día)

“El Gobierno prioriza los fondos europeos en ayudas frente a los préstamos.

Economía se centra en la obtención de 70.000 a corto plazo y deja para la siguiente legislatura los otros 70.000 millones en créditos con condiciones y que elevan la deuda.

(…)

Esta renuncia temporal no es baladí: el primer tramo será de ayudas directas de la UE a España; el segundo, en forma de préstamos, con sus correspondientes requisitos y condicionantes que, por ahora, el Ejecutivo no tendrá que cumplir”.

(José María Camarero, El Comercio, 19 oct. 2020)

El profesor Xavier Sala i Martín, en una entrevista radiofónica, comentó que Pedro Sánchez ha renunciado a los 67.300 millones de créditos, sólo quiere los 72.700 de regalo.

Así, las ayudas a los restaurantes y pequeñas y medianas empresas quedan en el alero, pues sólo las grandes empresas, hidroeléctricas, constructoras, etc., pueden presentar proyectos que cumplan los requisitos impuestos por la UE, es decir, que sean para innovación tecnológica, medioambiental, etc.

Y el profesor puso el ejemplo de Amancio Ortega, propietario de Zara, que ya ha presentado un proyecto para construir una nueva fábrica innovadora y sostenible.

(fuente RAC1)

Asimismo, es preciso recordar los siguientes puntos sobre diferentes ayudas:

‘Sorpresa en Bruselas ante la renuncia del Gobierno a financiar la Sanidad con los 25.000 millones del MEDE.

La Unión Europea ofrece un préstamo blando a diez años a tipo casi cero y con mínimas condiciones.

(…)

Estos créditos ya están disponibles para quien requiera asistencia. Tras semanas de negociaciones acaloradas, la junta de gobernadores del MEDE ha aprobado este viernes definitivamente este instrumento. Cada Estado miembro de la eurozona puede pedir hasta un 2% de su PIB para gasto sanitario con mínimas condiciones”.

(El Español, 16 mayo 2020)

“España pide 20.000 millones al fondo europeo para financiar los ERTE (expediente regulación temporal empleo).

La cantidad final dependerá de las peticiones del resto de los países solicitantes del programa, dotado con 100.000 millones.

(…)

España ha sido el primer país de la UE en solicitar formalmente a la Comisión Europea los fondos del SURE, el instrumento comunitario ideado de forma temporal para mitigar el golpe de la covid en el empleo”.

(Antonio Maqueda, El País, 3 agosto 2020)

Observaciones generales:

Pedro Sánchez, alardeando de haber conseguido 140.000 millones de euros, y siendo recibido en el consejo de ministros y en el congreso entre aplausos de sus acólitos, como si fuera el héroe que volvía victorioso de la guerra; todo muy infantiloide.

Y multiplicándose en sucesivas entrevistas televisivas y de todo tipo de medios, explicando el gran éxito conseguido, como si fuera Aladino disponiendo de la lámpara maravillosa, no dejaba de ser una muestra más de su carácter de Peter Pan.

Ahora, en el momento de la verdad, decidir reclamar únicamente el montante de ‘regalo’, el que no tiene condicionantes impuestos, y que, por lo tanto, podrá disponer a su antojo y libre albedrío, es un riesgo pues, como sabemos, con muchas posibilidades, esos millones acabarán ‘invirtiéndose’ de forma partidista y, en definitiva, perdiéndose en el gran magma burocrático.

Y, por lo tanto, demorar el montante de créditos con condiciones muy favorables es debido, en parte, a cálculos de calendario electoral, a esperar al último instante, antes de julio del 2023, y así pasar el déficit a la siguiente legislatura, sea del mismo o de otro partido.

Y al mismo tiempo, de ese modo retrasará el control externo (los llamados ‘hombres de negro’), para verificar el cumplimiento de los requisitos impuestos por la UE, pues las condiciones de Bruselas para poder acceder a los créditos, es que deben proponerse proyectos que vayan en la línea de mejorar los siguientes puntos:

1-    Ajustar las cuentas públicas a medio plazo.

2-    Frenar la temporalidad laboral.

3-    Reforzar la sanidad.

4-    Reforzar la financiación de las pensiones, para evitar el colapso.

5-    Mejorar la eficiencia de las ayudas sociales.

6-    Impulsar la lucha contra el cambio climático.

7-    Reforzar la educación.

8-    Aumentar la inversión en I+D+i y reducir burocracia.

y es evidente que cumplir esas exigencias y tener que someterse al control externo, es un ‘peaje’ que Pedro Sánchez quiere demorar en lo posible.

Pero, asimismo, esa demora comporta un perjuicio a la economía española, pues retrasar la potencial recuperación, tiene una incidencia negativa en el empleo y, comparativamente con los otros países, representará ampliar el margen diferencial, ya que se perderá competitividad.

Y si todo esto es grave, mucho más grave me parece que en su momento, Pedro Sánchez rechazase los créditos MEDE, para mejorar y reforzar la sanidad en estos tiempos de la pandemia; y esto es gravísimo, dadas las carencias que han evidenciado los responsables sanitarios. Esto es imperdonable.

Y comparativamente, si vemos que, para financiar a los ERTE, España fue el primer país para solicitar su parte de créditos del SURE. Es evidente que urgía ayudar a los trabajadores que habían perdido temporalmente su empleo; pero lo triste es que aún hay cientos de miles de esos trabajadores que no han cobrado esas ayudas, siete meses después de iniciada la crisis. Y si bien esta ayuda era y es necesaria, pero correr para estas ayudas y no para las de la sanidad, es muy difícil de explicar.

Me parece que, en España, el dilema salud vs. economía, en realidad se centra en la imagen del gobierno y, en especial de la imagen de Pedro Sánchez, y eso es una muestra más del mal que padecemos, que, en el siguiente cuento queda muy bien reflejado:

“Una inda niña llamada Lolita se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino, por 300€.

El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente. Pero al día siguiente, el campesino le dijo: Lo siento, Lolita, pero tengo malas noticias, el burro murió.

Bueno, dijo Lolita, entonces, devuélveme el dinero. Y el vendedor replicó: no puedo, ya me lo gasté.

Lolita le dijo: bien, da igual, entrégueme el burro.

¿Y para qué?, preguntó el anciano. ¿Qué vas a hacer con él?

Lo voy a rifar, contestó Lolita.

Estás loca, ¿cómo vas a rifar un burro muerto?

Es que no le voy a decir a nade que está muerto, por supuesto, contestó Lolita.

Un mes después de ese suceso, el campesino se encontró nuevamente a Lolita, y le preguntó.

¿Qué pasó con el burro?, Lolita respondió: Lo rifé, vendí 1000 números a 20 € cada uno y gané 20.000€.

¿Y nadie se quejó?, preguntó el anciano.

Solamente el ganador, le dijo Lolita, pero a él le devolví sus 2e.

Lolita creció, y de repente se hizo política, hasta llegar a diputada y de la misma forma utilizó el dinero de todos que iban a parar a sus bolsillos, pues encontró muchos burros muertos en su camino y los fue rifando a mucha gente ingenua.

Usted no puede dejar que le sigan vendiendo burros muertos, estén alerta, abran sus ojos y mejor su mente, piensen en su familia y sus hijos.

Y el este cuento, que corre por las redes sociales, acaba con una cita de George Orwell:

‘Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice’”

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com