Desde que surgió el coronavirus en China, que después pasó por Europa y Estados Unidos, México tuvo semanas para prepararse. Y es que la forma en que se fueron dando los brotes en distintas latitudes del planeta, alertaban sobre lo que sería la llegada de la nueva cepa y sus terribles consecuencias.
Hoy somos testigos de una nueva llamada de atención sobre lo que está aconteciendo en Europa y que, sin duda, llegará a nuestro país. La denominada segunda ola de contagios, favorecida por el periodo invernal, ha exponenciado el número de enfermos y decesos a causa del covid-19.
No es para menos que los organismos de salud a nivel internacional estén exhortando a los gobiernos a no bajar los brazos y reforzar los cuidados y estrategias encaminadas a reducir el avance de la enfermedad entre la población. Los anuncios de nuevas cuarentenas en muchos países no se hicieron esperar, es una situación de emergencia que debe ser tomada como tal.
¿Qué está haciendo México al respecto?, ¿en realidad, se están reforzando los mecanismos gubernamentales para hacer frente a la pandemia o hay una laxa atención de la enfermedad que ya ha cobrado la vida de más de 90 mil mexicanas y mexicanos? En el aire se escucha fuerte y claro: Segunda llamada, segunda.
Mientras tanto, en nuestro país sigue en discusión un tema que, además de ser lamentable por el uso populista que se le dá, ya debería estar superado, si se atendiera única y exclusivamente a la evidencia científica. ¿Se debe o no usar cubrebocas? Claro que sí, no hay duda de ello. Se debe no solo usar, sino promover y defender como una herramienta de máxima utilidad para salvar vidas.
Pero los mensajes contradictorios sobre el covid-19 continúan esparciéndose de forma irresponsable por algunos servidores públicos, que valga el término, poco sirven. Así, el vocero de atención a la emergencia provocada por el coronavirus, Hugo López Gatell, deleitó a todos con esta perla relativa al uso del cubrebocas: “No digo que no sirva. Lo que digo es: sirve para lo que sirve y no sirve para lo que desafortunadamente no sirve…” No, puees sí.
¿Usted, le entendió? No se sienta mal, nadie lo hizo. La verborrea que busca justificar los desplantes e incongruencias del Presidente López Obrador ha hecho que los integrantes del gabinete se conviertan en verdaderos malabaristas. Detrás de todo esto, el populismo hace su acto de aparición, generando patrones simplistas y burdos de lo que a su juicio debe —sí, y solo sí— ser la realidad, o sea, su realidad.
Y como al inicio de la epidemia, México hoy tiene una nueva oportunidad para adelantarse a la inminente aparición de los rebrotes. La prioridad es salvar vidas —que tienen nombre y apellido, y no son simples números—, disminuir las afectaciones en todos los aspectos y, sobre todo, ser capaces de responder como sociedad a esta prueba histórica que nos tocó vivir.