- Provee información útil para orientar los procesos de mejora continua de la educación.
- Muestra que uno de los principales retos del Sistema Educativo Nacional es disminuir las brechas entre las poblaciones históricamente vulneradas en sus derechos fundamentales y el resto de la población, a fin de que la educación funcione como un elemento de bienestar individual y colectivo.
- Puede consultarse en www.gob.mx/mejoredu
La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) publicó hoy los Indicadores nacionales de la mejora continua de la educación en México 2020. Cifras del Ciclo escolar 2018-2019, que tiene como objetivo proveer de información relevante, sistemática y consistente sobre el comportamiento del Sistema Educativo Nacional (SEN), e identificar los avances de este sistema en la responsabilidad de garantizar el ejercicio del derecho a la educación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, como un referente para orientar los procesos de mejora continua de la educación.
La obra está integrada por nueve capítulos y un apartado de hallazgos. Los capítulos son: Contexto, Organización y dimensión del SEN, Estudiantes, Docentes y directivos, Formación inicial de docentes, Escuelas, Supervisores, Consejos escolares de participación social en la educación, y Resultados educativos.
En el capítulo Contexto, el compendio destaca que la dinámica demográfica de mediano y largo plazos ofrece un escenario que puede favorecer la provisión de mejores servicios educativos, ya que habrá cada vez menos niñas, niños, adolescentes y jóvenes en edad escolar. A partir de 2020, la población en edad de cursar la educación obligatoria (0 a 17 años) se reducirá gradualmente. Se advierte entonces la necesidad de planear de forma diferenciada espacios y recursos educativos en distintas zonas del país a mediano y largo plazos.
En el tema Organización y dimensión del SEN informa que el crecimiento en el número de centros educativos en educación básica en el periodo que va de 2014 a 2019, con excepción de la secundaria, se debe principalmente al aumento en el número de escuelas de sostenimiento privado. Menciona que el crecimiento promedio anual fue de 10.7, 2.3 y 1.2% en educación inicial, preescolar y primaria, respectivamente. En el caso de la educación media superior el mayor crecimiento de espacios se dio en el ámbito estatal con 8.3%, señala.
Otro punto que se resalta en este capítulo es que aproximadamente 95% de las escuelas preescolares y primarias de servicio indígena se ubican en zonas de alta y muy alta marginación, y que 76.7% de las telesecundarias se encuentran en ese tipo de localidades. En este sentido, Mejoredu considera que el reto es proporcionarles elementos para que operen en las mejores condiciones.
En el apartado Estudiantes se menciona que en los últimos años se observa un incremento porcentual de estudiantes matriculados de manera oportuna, especialmente en secundaria y en educación media superior. En cinco años ―de 2014 a 2019―en ambos casos ascendieron en alrededor de 9 puntos porcentuales: en secundaria la matriculación oportuna pasó de 82.4 a 91.7% y en educación media superior de 63.7 a 72.7%.
Destaca que residir en una localidad rural, de alta y muy alta marginación, así como pertenecer a algún pueblo indígena ―en especial en el caso de los hablantes de alguna lengua indígena― o presentar algún tipo de discapacidad, son factores que se asocian a una menor posibilidad de acceder al SEN. En el grupo de edad de 15 a 17 años, por ejemplo, la tasa de asistencia a la escuela se ubicó en 74.7% a nivel nacional. Sin embargo, los menores porcentajes de asistencia se dan entre la población en extrema pobreza, 44.9%.
Da a conocer que las mujeres acceden a la escuela en mayor proporción que los hombres y que lo hacen de manera más oportuna. Destaca que en la educación media superior 75.2% de ellas se matriculan oportunamente, contra 70.2% de los hombres.
Resalta que el abandono escolar sigue siendo uno de los principales retos del sistema educativo para garantizar el derecho a la educación e informa que durante el ciclo escolar 2017-2018, el SEN no logró retener a más de 1.1 millones de estudiantes. Muestra que este reto adquiere mayores dimensiones en educación media superior, donde 14.5% ―más de 750 mil estudiantes― deja de asistir a la escuela por diferentes motivos.
En el capítulo Docentes y directivos semuestra que existe un magisterio compuesto principalmente por mujeres. Especifica que en los niveles de educación básica los porcentajes de maestras son: 87% en preescolar, 64.4% en primaria y 53.5% en secundaria; sin embargo, los puestos de supervisión escolar están ocupados en mayor medida por los hombres, en primaria 61.2% y en secundaria 70.6%.
En el capítulo Formación inicial de docentes se informa que en el ciclo 2018-2019 en México 147,694 alumnos estudiaban alguna carrera en el campo de la formación docente en 408 escuelas normales públicas y privadas; 70 unidades, 208 subsedes y 3 instituciones descentralizadas de la Universidad Pedagógica Nacional, o en alguna de las 256 instituciones de educación superior autónomas, federales, estatales o privadas. La mayoría de los alumnos eran mujeres: 74.7% en las normales, 79.4% en las sedes de la Universidad Pedagógica Nacional y 56.6% en otras instituciones de educación superior.
En el apartado Escuelas los indicadores elaborados por Mejoredu muestran que hay zonas urbanas con una importante presencia de población indígena en edad escolar, pero que no existen servicios educativos adecuados para su atención. Señala que el caso más representativo es la Ciudad de México. En primarias y preescolares indígenas 7 de cada 100 escuelas no cuentan con docentes que hablen la lengua indígena de los estudiantes.
Menciona que 3 de cada 10 escuelas primarias, secundarias o de educación media superior no contaban con agua potable ni con servicio para el lavado de manos. En estos tipos y niveles se contabilizaron 154,505 escuelas, de las cuales alrededor de 43,000 no contaban con los servicios básicos. Las carencias más apremiantes de infraestructura física y materiales en escuelas correspondían al tema de discapacidad.
En el capítulo Supervisores escolares se da a conocer que en el país alrededor de 1,203 supervisiones escolares de educación básica (8.3% del total), atendían a más de 20 escuelas. En 5,469 supervisiones ―esto es en 4 de cada 10― no se contaba con el apoyo de asesores técnico-pedagógicos. En 2,159 (15.7% del total) los supervisores no contaban con equipo de cómputo.
En lo referente a Consejos escolares de participación social indica que en una proporción importante (alrededor de 90%) de las escuelas de educación básica, se encontraban instalados los Consejos Escolares de Participación Social y en proporción similar se sesionó durante el ciclo escolar. En las escuelas preescolares y primarias del servicio indígena, los porcentajes de los consejos instalados y que sesionaron son menores, pues rondaron en 70% en ambos casos.
En el último capítulo Resultados educativos se muestra que el analfabetismo ha disminuido en las últimas décadas, pero que aún afecta de forma focalizada a las poblaciones de edad avanzada (mayores a 65 años) y a las que se ubican en zonas marginadas, rurales, en condición de pobreza y pobreza extrema. Da a conocer que el nivel de escolaridad se ha incrementado en el ámbito nacional, en promedio de un grado por década y en 0.6 grados entre 2012 y 2018.
Finalmente, informa que la población en pobreza tiene casi cinco grados escolares menos que la población no pobre; los hablantes de lengua indígena tienen un grado de escolaridad de 6 años (equivalente a primaria completa), la población no indígena de 9.6 años (primer año de media superior) y la población con alguna discapacidad cuenta con un promedio de escolaridad que no llega a sexto de primaria, el más bajo entre las poblaciones históricamente vulneradas en sus derechos fundamentales.