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42 años de una constitución española corcada, como todo el estado

Hasta hace unos pocos años, no se calificaba a ningún partido o persona, como ‘constitucionalista’; pero, desde el resurgir del independentismo, los unionistas se han atribuido ese calificativo, apropiándoselo. Y después nos dicen que nosotros, los independentistas, somos los excluyentes.

Hoy, en la celebración descafeinada, Pedro Sánchez ha seguido con ese ejercicio de apropiarse de la constitución, ya que, en el homenaje realizado en la puerta del congreso de los diputados, ‘ha emplazado a cumplir toda la constitución, que salva vidas y permite presupuestos con alma social’.

Utilizar la constitución para avalar su política sanitaria ante la pandemia, cuando, objetivamente, la ratio de muertos de España es de los más altos del mundo, tiene tela.

Efectivamente, el marco legal le ha permitido aplicar la estrategia que ha considerado la más adecuada, pero Sánchez no se refería a ese aspecto burocrático – administrativo, obviamente; él pretende tomar la constitución como un aval a su discutible gestión. Y eso es una tergiversación y perversa utilización, para engañar a la ciudadanía, propia de un sujeto con unos niveles éticos y morales ínfimos.

Y exactamente lo mismo se puede decir respecto a su afirmación de permitir un presupuesto con alma social, cuando él mismo, antes de su investidura dijo que un gobierno de coalición con Unidas Podemos, le quitaría el sueño; claro que, en aquel momento estaba en campaña electoral y ‘cortejaba’ el pacto con el partido derechista de Ciudadanos. Ese es otro ejemplo del camaleónico e inconsistente Pedro Sánchez, del que está claro que pocos se pueden fiar, ya que ha demostrado no tener ni palabra.

Respecto a la constitución, que los ‘constitucionalistas / unionistas’ consideran que sigue teniendo una salud de hierro, por lo que no es preciso tocar ni una coma, cabe señalar que, precisamente es al revés, pues una constitución que no se puede tocar ni actualizar, pues no hay acuerdos entre los partidos, y nadie, ni Pedro Sánchez se atreve a abrir el melón, pues todo el castillo de naipes se caería a trozos. Esa es la salud de un texto que está infectado, no por el covid-19, sino por todos los virus terráqueos.

Por eso, siguen anclados en las telarañas de la transición / traición, con todos sus defectos: la inviolabilidad del rey para todas sus acciones privadas, la asignación al ejército la función de garantizar la unidad de su sacrosanta unidad española, el ‘problema’ territorial y sus disfunciones, el poder judicial y sus prerrogativas, la línea hereditaria masculina prioritaria del rey, etc.

En definitiva, una ley corcada, con más agujeros que el queso emmental, aunque popularmente se diga que es el de Gruyère. Y ese es el pilar que aguanta y ‘justifica’ lo injustificable e indefendible.

Todos sabemos que esa fragilidad escondida, nos recuerda la siguiente fábula de Esopo (s. VII a.C.):

‘El asno y el lobo:

Un lobo fue elegido rey entre sus congéneres y decretó una ley ordenando que lo que cada uno capturase en la caza, lo pusiera en común y lo repartiese por partes iguales entre todos; de esta manera ya no tendrían los lobos que devorarse unos a otros en épocas de hambre.

Pero en eso lo escuchó un asno que estaba por ahí cerca, y moviendo sus orejas, le dijo: ‘Magnífica idea ha brotado de tu corazón, pero ¿por qué has escondido todo tu botín en tu cueva? Llévalo a tu comunidad y repártelo también, como lo has decretado.

El lobo, descubierto y confundido, derogó su ley.

Moraleja: si alguna vez llegas a tener el poder de legislar, sé el primero en cumplir tus propias leyes’

Y esa misma fragilidad permite que los poderes aprovechen esos agujeros ‘negros’ para beneficio propio, de su partido, etc. Nadie sigue la moraleja. Y ejemplos tenemos muchos, pero hoy, precisamente, el día del aniversario de la constitución, y en medio de un macropuente festivo, la casa real ha desvelado que el rey emérito está tramitando su regularización por la utilización de tarjetas bancarias con fondos opacos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause; tarjetas que ha seguido utilizando tanto él como otros miembros de su familia (Felipe y Leticia, por lo que se sabe, no; pero ya sabemos cómo funciona la censura, pues durante el mandato de Juan Carlos, tampoco se podía hablar de ninguno de sus trapicheos). Claro, ahora quiere regularizar sus actos desde la pérdida de su inviolabilidad:

‘Juan Carlos presenta una declaración para regularizar su situación fiscal.

Hacienda analiza un escrito de su abogado sobre el uso de tarjetas con fondos opacos.

Cuatro meses después de su marcha de España a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), el rey emérito, Juan Carlos I, ha presentado una declaración ante la agencia tributaria para regularizar su situación fiscal.

El escrito, remitido a través de su abogado, Javier Sánchez-Junco, aún está siendo analizado por Hacienda, que debe responder en los próximos días si acepta la regularización o solicita aclaraciones y cuál es el importe a pagar.

Según fuentes conocedoras del caso, la declaración no está relacionada con sus bienes en el extranjero, sino con el uso de tarjetas bancarias por parte de Juan Carlos I y sus familiares con fondos opacos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, que está siendo investigado por la fiscalía del tribunal supremo.

(…)

Hasta el pasado setiembre, el último ejercicio fiscal no prescrito era 2015 (…) que fue precisamente el primero en el que ya no gozaba de inviolabilidad como jefe de estado.

(…)

Sánchez-Junco espera que la fiscalía acabe archivando la investigación abierta por el supuesto cobro de comisiones del AVE a La Meca, ya que los hechos se remontan a 2012, cuando Juan Carlos I gozaba de inviolabilidad.

(Miguel González, 6 dic. 2020, El País)

Y esa fragilidad mencionada también la utilizan los diferentes poderes, como he dicho; y, en estos momentos vemos que el poder judicial se lleva la palma, tergiversando todas las leyes y sobreentendiéndolas a su gusto, para perseguir a los independentistas catalanes, especialmente a los líderes presos.

Un ejemplo de esa tergiversación lo podemos ver en la siguiente poesía de Ramón de Campoamor y Campoosorio (1817-1901), en su libro tercero, sección política; en el bien entendido que, en este caso, aconsejo efectuar la lectura como una metáfora en la que la ley en cuestión es la constitución, y el populacho del poema, son los jueces:

‘Insuficiencia de las leyes:

El reino de los beodos

Tuvo un reino una vez tantos beodos,

que se puede decir que lo eran todos,

en el cual por ley se previno:

‘Ninguno cate el vino’

Con júbilo el más, loco

aplaudiose la ley, por costar poco:

acatarla después, ya es otro paso;

pero en fin, es el caso

que la dieron un sesgo muy distinto,

creyendo que vedaba sólo el tinto,

y del modo más franco

se achisparon después con vino blanco.

Extrañando que el pueblo no la entienda,

el senado a la ley pone una enmienda,

y a aquello de ‘Ninguno cate el vino’,

añadió blanco, al parecer, con tino.

Respetando la enmienda el populacho,

volvió con vino tinto a estar borracho,

creyendo por instinto ¡más que instinto!

que el privado en tal caso no era el tino.

Corrido ya al senado,

en la segunda enmienda, de contado:

‘Ninguno cate el vino,

sea blanco, sea tinto’, les previno;

y el pueblo, por salir del nuevo atranco,

con vino tinto entonces mezcló el blanco;

hallando otra evasión de esta manera,

pues ni blanco ni tinto entonces era.

Tercera vez burlado,

‘No es eso, no señor’, dijo el senado;

‘o el pueblo es muy zoquete o muy ladino:

‘se prohíbe mezclar vino con vino’.

Mas ¡cuánto un pueblo rebelado fragua!

¿Creéis que luego mezcló con agua?

Dejando entonces el senado el puesto,

de este modo al cesar dio un manifiesto:

‘La ley es red, en la que siempre se halla

descompuesta una malla,

por donde el ruin que en su razón no fía,

se evade suspicaz… ¡Qué bien decía!

Y en lo más colijo

que debiera decir, si no lo dijo:

‘Jamás la ley enfrena

al que a su infamia su malicia iguala:

si se ha de obedecer, la mala es buena;

mas si se ha de eludir, la buena es mala’

Nosotros, los que en su momento votamos la constitución ilusionados, y nos hemos visto desengañados y abandonados por tanto fraude, como muy bien se reflejaba en una pancarta del movimiento del 15 M del 2011: ‘No hay pan para tanto chorizo’, vemos que la ultraderecha ha venido, justamente hoy, a manifestarse en la Plaza de Sant Jaume, donde están las sedes de la Generalitat de Catalunya y del Ayuntamiento de Barcelona.

Y para esa manifestación han venido de Madrid Santiago Abascal y otros líderes de Vox, saltándose todo tipo de prohibiciones, ya que estamos con confinamientos en los perímetros municipales, para evitar la propagación de la pandemia. Por eso me pregunto: ¿qué permiso han tenido? ¿Los Mossos (policía autonómica) los han multado, como debiera? ¿Qué controles sanitarios han mostrado, (seguro que ninguno)? ¿Cómo es que se les autoriza a manifestarse delante de la Generalitat? ¿Tendrían ‘bemoles’ para manifestarse ante el árbol de Gernika (seguro que no)? ¿Les autorizarían a ello (seguro que tampoco)? (nota: dicho árbol, Gernikako Arbola o Gernikako Zuhaitza, es un roble situado delante de la Casa de Juntas de la localidad de Gernika, País Vasco)

Pero ya sabemos que las leyes y sus interpretaciones siempre benefician a los herederos y seguidores del franquismo, como vemos con los militares jubilados que, de forma más numerosa, se van manifestando contra el poder judicial, los independentistas, los comunistas, los proetarras, etc.; es decir, contra todos los que no sean a su imagen y semejanza: nacionalistas españoles con raíces en la falange y las jons del 1936.

Y así nos va. Por eso, tenemos, debemos irnos, independizarnos, aunque después debamos vagar por el espacio sideral, como nos auguró el pepero José Manuel García-Margallo, otro de los vividores del cuento, de su cuento. Y estaremos mejor allí, que en la sede del mafioso club de estados que es la UE.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com