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Los Gremlins españoles

Hablando de la pandemia, tema recurrente y nada original, el kiosquero que me vende el diario me ha dicho que el Covid le recordaba a los Gremlins, ya que también requería respetar tres normas:

·       Covid: mascarilla / distancia de seguridad / limpieza de manos.

·       Gremlins: no les podía tocar el agua / no se podían exponer a la luz del sol / no podían comer después de medianoche.

Esa idea me ha parecido sugerente, para aplicarla en este escrito, intentando hacer algunos paralelismos.

Los Gremlins, como todo el mundo sabe, fue el título de una película estadounidense, dirigida por Joe Dante, estrenada en 1984, y con Steven Spielberg como productor ejecutivo, de la que se hicieron varias películas (secuela y precuela) y series de animación. Esa película, llena de guiños cinéfilos, combina humor y terror.

Seguidamente reproduzco una síntesis de la película:

‘Randall ‘Rand’ Peltzer, un modesto inventor de cuestionable éxito vive en una ficticia comunidad de Kingston Falls y viaja a Chinatown de New York para vender sus inventos y comprar un regalo de Navidad para su hijo Billy. Finalmente, encuentra en la pequeña tienda del Sr. Wing, un anciano chino, un animal Mogwai (que significa en cantonés ‘espíritu maligno’), que se llama Gizmo. El amo de la tienda no quiere venderle el animal, pero su nieto se lo vende en secreto a Rand.

A pesar de que la criatura tiene un aspecto adorable e inocente, el nieto del amo le advierte a Rand que ha de respetar tres normas citadas:

·       Que no le dé la luz. Odia la luz brillante, sobre todo la luz del sol. Le mataría.

·       Mantenerlo lejos del agua, que no se moje.

·       Pero, lo más importante: por mucho que llore, por mucho que suplique, nunca, bajo ningún concepto, debe comer después de la medianoche.

Accidentalmente se saltan las normas y surgen los Gremlins, el lado malo de la criatura, que, además, se multiplica y siembra el pánico en la ciudad. Solo con la ayuda de diversos amigos Billy consigue aislar a los monstruos en un cine, que hacen volar, para volver la paz a la ciudad’

(Wikipedia)

Lógicamente, podemos encontrar ciertos paralelismos, entre el virus del Covid y los Gremlins, pues, si no respetamos las medidas protectoras que nos recomiendan los sanitarios, su multiplicación y propagación es imparable.

Pero a mi me parece que también podemos hacer paralelismos con el estado español, como hago a continuación, para hacer un ‘juego’ metafórico (o, mejor dicho, real, por desgracia).

·       El citado anciano, el Sr. Wing, podría ser un símbolo de la democracia,

·       Gizmo, el Mogwai ‘bueno’, podría ser un símbolo de la constitución,

·       Los Gremlins, las criaturas Mogwai transformadas, podrían simbolizar el ‘franquismo, desde la muerte de Franco)

·       El nieto del Sr. Wing, el que vende, a escondidas la criatura, podría simbolizar a los políticos unionistas, desde el momento 0 de la transición-traición,

·       Rand, el comprador de la criatura, podría representar a la ciudadanía,

·       Billy y sus amigos podrían representarnos a los independentistas catalanes.

Con estos mimbres, seguidamente haré el cesto que tenemos ahora:

Respecto a Wing y a Gizmo, el mogwai ‘bueno’: nada que decir, pues es claramente interpretable.

Gremlins:

‘El inocente regalo será el origen de toda una ola de gamberradas y fechorías en el pequeño pueblo. Todo empieza cuando son infringidas, una tras otra, las tres reglas básicas que deben seguirse para cuidar a un mogwai.

Por un descuido, el mogwai se moja y de él salen varios compañeros iguales que él, pero perversos. Esta pandilla de gamberras criaturas adictas a la nicotina, harán todo lo posible por comer pasada la media noche’.

(sensacine.com)

‘Los mogwai transformados presentan una pesonalidad antisocial orientada a la destrucción y la satisfacción inmediata de los impulsos, a diferencia de los mogwai transformados.

(…)

En la Segunda Guerra Mundial, los soldamos americanos llamaban Gremlins a las piezas que, en el armamento, fallaban en el momento más inoportuno, y que ‘consideraban’ que habían sido colocadas expresamente para que fallasen.

(…)

Un Gremlin es una criatura mitológica de naturaleza mitológica, popular en la tradición de países de habla inglesa y surgida probablemente a comienzos del siglo XV. La historia popular describe a los Gremlins como capaces de sabotear todo tipo de maquinaria’

(Wikipedia)

‘El origen de la palabra gremlin presenta una controversia. Para algunos, deriva del antiguo término beitánico ‘gremian’ (reventar, fasrtidiar, enojar). Otro posible origen es el verbo germano ‘griemelen / grimmelen / gremelen’. Una tercera posibilidad sería su procedencia gaélica, en concreto del término ‘gruaimin’ (pequeño malhumorado).

Sea cual sea su origen, el término gremlin comenzó a utilizarse en el argot de los aviadores de la Royal Air Force (RAF) en Malta, Oriente Medio e India. Una de las primeras referencias escritas de estos seres apareció publicada el 18 de abril de 1942 en el número 13 del Royal Air Frce Journal. Hubert Griffith cuenta que la creencia en los gremlins se remota a la I Guerra Mundial.

13 años antes, el 10 de abril de 1929, la revista Aeroplane publicó un poema en el que se describe a los gremlins de una forma muy peculiar. El siguiente es un extracto de dicho poema:

Esta es la historia de los Gremlins

(…)

Y créeme, patán, es cierta.

Cuando estés a siete millas de altura en el cielo,

lo que es un infierno de soledad,

y estés a cincuenta bajo cero,

lo que no es precisamente calor.

(…)

Cuando estés a miles de millas de ninguna parte.

(…)

Entonces verás a los Gremlins.

verdes, amarillentos y dorados,

masculinos, femeninos, asexuados,

Gremlins jóvenes y también viejos.

No es bueno intentar esquivarles,

lo que has aprendido en la base

no te ayudará a librarte de un Gremlin,

aunque te eleves, bajes o zigzaguees.

El blanco moverá tus alas,

los machos borrarán tus mapas,

los verdes se beberán tu anticongelante,

las hembras agitarán tus alerones.

Los rosas harán piruetas sobre tu hélice,

Hay un gremlin redondo de mediana edad,

Que girará sobre tu cola como una peonza.

Estropearán los objetivos de tu cámara,

masticarán los cables de tu alerón,

los doblarán, romperán y destrozarán,

meterán horquillas entre tus llantas.

Y esa es la historia de los Gremlins,

Como la cuenta la PRU (Probablemente Rara e inUsual para muchos)

pero un hecho, a pesar de todo, para unos pocos.

(…)

Las descripciones de los gremlins eran sorprendentemente parecidas, incluso entre pilotos enemigos: median aproximadamente 40 centímetros, con cabezas y orejas grandes, sonrisa siniestra y enormes colmillos. Reportaron también su intolerancia a la luz brillante’

(escritosdeunhereje.blogspot.com)

Todo lo expuesto, siguiendo con el presente juego, encaja con el tardofranquismo, incluso la norma de evitar que a los mogwai les toque el sol, y, como sabemos, a losa falangistas, con su ‘cara al sol’, también multiplican sus adictos.

Los diferentes poderes del estado no paran de quejarse, de exigir que les den comida después de las horas, es decir, quieren hacer cumplir sus exigencias, y vemos que lo van consiguiendo, ya que, por poner un ejemplo de ayer:

‘La perturbación de una ceremonia religiosa no está amparada por la libertad de expresión, sentencia el tribunal constitucional:

El pleno del TC ha desestimado el recurso de amparo interpuesto por Jaume Roura Capellera, condenado a seis meses de cárcel por interrumpir (el 9 de febrero de 2014) una misa en la iglesia Sant Pere de Banyoles (Girona) con gritos a favor del aborto, y fue condenado por un delito contra los sentimientos religiosos, por la audiencia provincial de Girona (abril de 2017), confirmada por el tribunal supremo (diciembre 2018).

Jaume Roura, junto a una decena de activistas, entraron a la citada iglesia y se sentaron en los bancos esperando a que comenzara la misa de once.

Pocos minutos después del inicio, se levantaron y arrojaron pasquines al grito de ‘Aborto libre y gratuito’, en contra de la reforma de la ley del aborto impulsada por el entonces ministro de justicia Alberto Ruiz-Gallardón, y desplegaron en el altar una pancarta con el lema: ‘Fuera rosarios de nuestros ovarios’.

(…)

El activista, que fue el único del grupo que se sentó en el banquillo, declaró que no querían ofender el sentimiento religioso de nadie, y que ‘fue una protesta política totalmente pacífica’.

La fiscalía pedía dos años de cárcel, mientras que la defensa solicitaba la absolución por considerar que se trató de una protesta amparada en la liberta de expresión’.

(…)

El tribunal constitucional (con tres votos particulares en contra) señala que: ‘la celebración de una misa católica es un acto religioso íntimamente relacionado con la dimensión externa de la libertad religiosa, cuyos participantes tienen derecho a no ser inquietados cuando la ejercen, y el estado tiene el deber de garantizar su pacífica celebración’

(…)

El pasado martes, el tribunal constitucional también concluyó que los ultrajes a la bandera de España no están amparados por la libertad de expresión.

(…)

El tribunal recordó la doctrina del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, relativa a que los derechos fundamentales a la libertad de expresión, reunión y manifestación ‘no son derechos absolutos’ y pueden colisionar con otros derechos fundamentales, como el derecho a la libertad religiosa.

(…)

A partir de dicha doctrina, los magistrados concluyeron que ‘las expresiones y actos realizados’, en principio, ‘están plenamente amparados por la libertad de expresión, que no excluye la posibilidad de exteriorizar ningún punto de vista. Ello, no obstante, debería haberlo llevado a cabo a través de medios necesarios e idóneos y, por lo tanto, no lesivos para otros derechos y valores constitucionales’

(confilegal.com)

Como puede verse, la libertad de expresión y manifestación presenta un difícil equilibrio, inestable. Y tengo claro que deben respetarse siempre los sentimientos de todos. Pero me parece que siempre hay grados y, por ejemplo, el argumento que da el tribunal constitucional de que la libertad de expresión y manifestación no es un derecho absoluto, como el derecho a la libertad religiosa, lo entiendo y asumo; pero no en cuanto se refiere a la bandera. Y menos, todavía, cuando ese mismo argumento lo utiliza la policía urbana de Barcelona para acabar con la manifestación que diariamente, de forma puntual de dos horas, hacemos en la avenida Meridiana, ya que el ‘derecho’ a circular’ no queda vulnerado en absoluto, pues hay alternativas, otras rutas posibles, que, a lo sumo, pueden comportar una demora de 10 o 15’.

Pero, claro, como todo depende de los Gremlins togados, y cargados con muchas puñetas (en todos los sentidos y expresiones), no podemos confiar en absoluto.

El nieto del vendedor, Sr. Wing: poco que añadir, pues todos vemos cada día, como son capaces de ‘vender’ su propia alma, por cuatro chavos o por lo que sea. A nivel general no tienen escrúpulos.

Rand, el padre de Billy: simbolizando a la ciudadanía, presenta diferentes características ambivalentes, pues exige y se empeña en la compra, desoyendo a Wing, pero se aprovecha de su ausencia y lo compra de todos modos, y lo regala a su hijo, quedándose plenamente satisfecho.

La ciudadanía, en general, somos muy exigentes, pero, también, excesivamente cómodos y camaleónicos, pues enseguida nos adaptamos, y, claro, no queremos arriesgar nada.

Billy con su amigo Kate y el propio Gizmo:

‘Consiguen colarse en las calderas del edificio y prenden fuego al gas inflamable, explotando el cine y matando a todos los gremlins’, por lo que, Billy, siguiendo con el juego, simbolizando a los independentistas, necesitamos que el resto de la ciudadanía fuercen a los gremlins de las cúspides de los diferentes poderes, que dejen de tener a su Gizmo, su constitución, como si fuera la Biblia, cuando en un estado que debería ser aconfesional, no debería seguir ideologías religiosas ni dioses materiales ni espirituales, ya que éstos últimos deben seguir en un plano íntimo y personal.

Y finalizando con el juego de paralelismo, vemos que, en la película, los Gremlins acaban desapareciendo. Nosotros no queremos eso, en absoluto, queremos convivir, que nos dejen votar y se respete la mayoría.

De todos modos, en este momento estamos en el momento de sufrir las gamberradas de los Gremlins, por lo que debemos actuar, espabilar, para acabar con ese estatus quo.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com