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Los farisaicos y cínicos políticos españoles

Los fariseos:

‘Abogaban por el cumplimiento riguroso del Halacá (ir por la vía recta), la ley mosaica, que posteriormente fue codificada en el Talmud. Se enfrentaron con la opinión de los saduceos que negaban la validez de la ley oral. Según los evangelios, su minuciosidad y casuismo les valió la condena de Jesús, que les acusó de respetar más la letra que el espíritu de la ley.

(…) No haber tenido los judíos una jerarquía unificada (desde los tiempos del Sanedrín) y unos jueces supremos, en la práctica, las opiniones de los diversos rabinos hacen que para seguir el Halacá, el creyente judío se adapte a las opiniones de unos rabinos determinados.

(…) Los fariseos eran personas que creían tanto en la ley, que dejaron a Dios de lado y pusieron a la ley como su dios’.

(Wikipedia)

Pues bien, todos sabemos que, tanto en el estado español como en nuestro entorno más próximo, tenemos especialistas fariseos, que consideran la ley, la constitución, como si fuera la Biblia. Asimismo, también sabemos que predomina el cinismo, pero no según especificaba la escuela filosófica cínica de la antigua Grecia en el siglo IV a. C.

La escuela cínica recibió esta denominación despectiva por el tipo de vida frugal que defendían sus seguidores y por su actitud a menudo anticonvencional y extravagante.

Su fundador fue Antístenes de Atenas (444 a.C.-365 a.C.) y Diógenes de Sínope (entre el 391 y el 399 a.C. – 323 a. C.), uno de los representantes más conocidos.

La escuela cínica es una escuela socrática menor; sus seguidores consideraban que para conseguir la felicidad se había de vivir según la naturaleza, por eso rechazaban la civilización por perniciosa. (…) Aspiraban a la ataraxia (literalmente ‘no perturbación’).

(Wikipedia)

La palabra cinismo puede ser sinónimo de desvergüenza, descaro o insolencia. De ahí, pues, todas las valoraciones negativas asimiladas por la palabra cinismo.

Según la RAE, ser cínico implica actuar con falsedad y desvergüenza descarados. Por ello, actualmente, decir que alguien es cínico, suele implicar una denotación negativa hacia esa persona.

Un ejemplo ético, muy alejado de la interpretación actual del término ‘cínico’, lo tuvimos ayer con el mensaje del anterior president de la Generalitat, Quim Torra, inhabilitado por la injusticia española, por no retirar una pancarta pidiendo la libertad de los presos políticos, del Palau de la Generalitat.

En ese mensaje, ‘oficioso’, registrado en una antigua farmacia-museo, del Hospital de Santa Caterina de Girona:

‘Calificó a la legislatura que ahora acaba como la de ‘más grande represión vivida desde el franquismo’. Afirmó que ‘tres años después tenemos presos políticos, tenemos exiliados y más de 2800 represaliados en procesos judiciales y con violencias de estado’.

Se refirió también a la monarquía, ‘Mientras pasaba todo esto en Catalunya, en España han ayudado a escapar a un rey perseguido por una inmensa mancha de corrupción’.

Se refirió a la pandemia del coronavirus como ‘la gran crisis humana, sanitaria, económica y social’ para denunciar falta de competencias del gobierno catalán: ‘La pandemia del Covid-19 nos ha dejado bien claro que las competencias y los recursos de que disponemos son tan limitados, que no podemos responder a una amenaza como esta’.

Torra ha sostenido que ‘ante la pandemia, el principal objetivo es salvar vidas, no hay ningún interés superior a este. No podemos hacer pactos con la muerte. No podemos asumir, como un pacto de tolerancia, que hay unos intereses que pasan por delante de la vida de las personas’

‘Delante de un gobierno español, que no ha dejado de hacer llamamientos a la unidad y a decir que el virus no entendía de fronteras ni de territorios. Lamento y vivo con una tristeza íntima y profunda la gestión que se ha hecho, interesada y frecuentemente mezquina, de esta crisis que todavía vivimos. No me cansaré de repetirlo nunca: para salvar una sola vida hay que darlo todo, sacrificarlo todo, ponerlo por delante de todo’.

(www.elnacional.cat)

Y es verdad, debemos ir a lo esencial, al cuidado de toda vida, sin poner por delante otro tipo de intereses. La economía ha de ir por detrás. Lo que tienen que hacer los políticos es administrar adecuadamente los recursos. Y si hay que eliminar partidas de gastos, adelante, se elimina el ejército, la casa real, y todo tipo de gastos superfluos.

No debemos dejarnos engañar por falsos espejismo, como nos hacen creer los políticos trileros. Debemos aprender, a reconocer lo esencial. Por eso me parece interesante la siguiente fábula:

Fábula: Ni agua ni Luna

‘La monja Chiyono dedicó años al estudio, pero fue incapaz de alcanzar la iluminación. Una noche, acarreaba un viejo cubo lleno de agua. Mientras caminaba, contemplaba la luna llena reflejada en el agua de cubo. De pronto, las tiras de bambú que sujetaban el cubo se rompieron, y el cubo se hizo pedazos. El agua se derramó, el reflejo de la luna desapareció, y Chiyono se iluminó. La iluminación siempre es repentina: No hay un progreso gradual hacia ella, porque toda gradación es de la mente y la iluminación no es de la mente.

Más tarde escribió este poema:

De una y otra forma, intenté mantener íntegro el cubo,

Esperando que el frágil bambú nunca se rompería.

De pronto, el fondo cedió.

Se derramó el agua; se acabó la luna en el agua

(vacío en mi mano)’

(Magyan Darshana, ‘Diez historias zen’, Osho)

Vicenç Villatoro, empieza su columna del Ara de hoy, 31 de diciembre:

‘A la hora de despedir este dramático 2020, me vienen a la cabeza unos de los versos más conocidos de Jaime Gil de Biedma: ‘Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde…’

Y me ha parecido interesante buscarlo y reproducirlo íntegro, ya que considero que puede ser muy estimulante en este final de año, como muy bien dice Villatoro: 

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio

uno lo empieza a comprender más tarde

-como todos los jóvenes, yo vine

a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería

y marcharme entre aplausos

-envejecer, morir, eran tan solo

las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo

y la verdad desagradable asoma;

envejecer, morir,

es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma (1929-1990)

(Poemas póstumos, 1968)

Feliz año 2021, si se pueden erradicar todas las epidemias: la del covid, la de la pobreza, la de la falta de libertad, etc., PUES LA VIDA VA EN SERIO Y NOS DAMOS CUENTA DEMASIADO TARDE.  

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com