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Los poderes españoles revuelven el rio, pues, ‘a rio revuelto, ganancia de pescadores’

Hoy hemos visto, de nuevo, que los poderes del estado siguen aplicando todas sus malas artes para conseguir sus objetivos, es decir, aplicar su venganza contra todo lo que venga de Catalunya, pues:

·       Los eurodiputados del PSOE, PP y Ciudadanos, presionan para modificar las euroórdenes para que incorporen los delitos contra la integridad constitucional de los estados; es decir, intentan modificar las leyes europeas, para beneficio propio. El partido de ultraderecha (Vox) ha considerado esa propuesta como demasiado tímida.

·       El tribunal superior de justicia de Catalunya ha suspendido cautelarmente el decreto que, por los altos índices de la pandemia, retrasaba las elecciones del 14 de febrero, al 30 de mayo.

Evidentemente, cada una de esas decisiones ha generado un sinfín de respuestas interesadas de los diferentes partidos políticos; pero, en todo caso, crispando la convivencia ya que, el común denominador de toda esa frenética actividad de los poderes del estado, lo que buscan es debilitar el movimiento independentista, quieren aniquilarnos por la fuera bruta.

Según la fábula 26 de Esopo (siglo VII a.C.):

‘El pescador que batía el agua:

Explica que un pescador, tras colocar una red de un lado al otro del rio, agitaba el río, agua arriba, para que los peces cayeran en su malla, y así conseguir más pescado en su beneficio y en perjuicio de los demás pescadores.

En la fábula un vecino se le queja: ‘Has enturbiado el agua, y no podemos beber’.

El pescador se defiende: ¿Qué le vamos a hacer? ¡Yo vivo de esto!

E el que puso las moralejas a las fábulas de Esopo, escribió al final de esta: ‘Así también los demagogos de las ciudades cumplen mejor su cometido cuando arrastran su patria a la discordia’

(noteacostarassin.blogspot.com)

En esa misma línea, Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (1398-1458): ‘En los negocios do ay confusión medran los codiciosos y bulliciosos’.

(Wikipedia)

Me parece evidente que lo que pretenden, y están consiguiendo los poderes unionistas del estado español, es provocar el caos entre los independentistas catalanes, prefieren que reviente todo, pero que se note su poder, su fuerza bruta, su venganza, por haber intentando independizarnos.

Y por eso, siguen aplicando, y superando, la instrucción secreta del fiscal del consejo de Castilla, firmado por José Rodrigo Villalpando, el 29 de enero de 1716:

‘Pero como a cada nación parece que señaló la naturaleza su idioma particular, tiene en esto mucho que vencer el arte y se necesita de algún tiempo para lograrlo, y más cuando el genio de la Nación como el de los Catalanes es tenaz, altivo, y amante de las cosas de su País, y para esto parece conveniente dar sobre esto instrucciones y providencias muy templadas y disimuladas, de manera que se consiga el efecto sin que se note el cuidado’

(Wikipedia)

Si bien:

‘Cuando Felipe V de Borbón promulgó en 1716 el Decreto de Nueva Planta, por el que quedaron abolidas las leyes e instituciones de Catalunya, una de las cosas que más preocupó al estado absolutista español fue la lengua catalana.

(…)

Trescientos años después parece que el estado español está más porque ‘se consiga el efecto’, aunque se note, y mucho, ‘el cuidado’ (…) Da igual que la medida tomada pueda causar más daños de los que quiere evitar’.

(José Carlos Monge, amp.segre.com, 1/10/2017)

Por todo esto, me parece que ya estamos en pleno caos.

Pero, según la mitología griega: ‘el Caos fue el principio informe existente desde siempre y del cual se originaron todas las cosas del mundo’. Mientras que, en el momento actual, del caos que están generando los poderes españoles, para mayor gloria y perpetuación de Felipe VI, no surgirá nada positivo.

El Caos (Khaos) mitológico griego era:

‘Un agujero negro sin fondo, donde todo cae de manera inacabable. Es un lugar sin ningún tipo de orientación posible, donde todo cae en todas las direcciones. Es un espacio que divide (…)’

(Wikipedia)

Ante esta situación caótica que nos imponen los poderes españoles, a los independentistas catalanes nos caben dos opciones: conformarnos, aceptar la situación, por estar de acuerdo con el estatus quo. O movilizarnos para modificar este estatus actual.

Los conformistas, a mi modo de ver, pueden ser radicalmente (de raíz) unionistas, mientras que otros pueden ser conformistas acomodaticios.

Y estos últimos, me parece que padecen el síndrome de la rana hervida, analogía incluida en el libro: ‘La rana que no sabía que estaba hervida … y otras lecciones de la vida’, de Olivier Clerc:

‘En su libro, Clerc usa para describir este fenómeno como analogía la situación de una rana en una cazuela llena de agua a la cual se le va aumentando su temperatura lentamente, debido a que la rana regula su propia temperatura y el aumento de la temperatura es progresivamente tan lento que no puede percibirlo durante gran parte del proceso y para cuando perciba el peligro, no tendrá energía suficiente para saltar y escapar de la cazuela porque la habrá gastado en regular su temperatura para adaptarse al agua; en cambio, si la rana hubiese entrado con el agua a altas temperaturas, habría saltado al percibir como un peligro continuar allí’.

(Si la velocidad de calentamiento de la temperatura del agua es menor de 0,02 grados Celsius por minuto, la rana se queda quieta y se muere al final de la cocción, mientras que, a mayor velocidad, la rana salta y se escapa)’.

(Wikipedia)

A mi me parece que muchos catalanes se encuentran en esta tesitura, que va aumentando la temperatura de la represión, pero ya les va bien, pues su nivel de confort es como el de la rana, que se sienten calientes en su casa, en su sofá, y mirando series.

También hay muchos otros que saltarían rápido de la cazuela que, metafóricamente, es el estado español.

Y, afortunadamente, hay muchos más que somos inconformistas, que no queremos seguir formando parte de un estado que nos va cociendo a palos (físicos, legales, económicos, culturales, etc.)

No podemos conformarnos ante un estado que tiene unos objetivos supremos: la sacrosanta unidad española y su monarquía.

Incluso la gestión de la pandemia está subordinada a esos principios, como hemos podido ver en innumerables decisiones, ayer, por ejemplo, lanzando todos los poderes judiciales contra la comunidad de Castilla y León, por ampliar a las 20.00 h el toque de queda (en lugar de las 22.00 h); y para colmo, el ministro de sanidad, Salvador Illa, diciendo que como responsable de sanidad ve correcta esa medida y todas las que intenten frenar el virus, pero que, como ministro del gobierno, debe hacer que prevalezca la ley. Y eso es cinismo en estado puro.

Debemos actuar de forma crítica, debemos saltar de la cazuela, no nos queda otra alternativa, si no queremos ser cocidos.

No podemos aceptar y dar por ‘normal’ tener casi 3000 represaliados ni, por supuesto, aceptar ya más de 18.000 muertos por covid en Catalunya.

Vista la evolución de la pandemia, si tenemos que confinarnos de forma estricta, como en el pasado mes de marzo, pues lo hacemos, ya que salvar vidas ha de ser prioritario. La economía ya la salvaremos después. Eso sí, la Generalitat debe exigir todo tipo de ayudas para salvar a los pequeños empresarios, a los autónomos, y a todos los que tienen unos recursos más precarios.

Tampoco podemos aceptar y dar por ‘normal’ la autocensura que nos imponemos, como, por ejemplo, ayer, al ver la miniserie ‘Altsasu’, dirigida por Asier Urbieta, con varios productores, entre ellos la televisión vasca (ETB 1) y la catalana (TV3), y también el departamento de cultura de la Generalitat de Catalunya. Registrada originalmente en vasco y castellano.

Los hechos narrados son los sucedidos el 14 de octubre de 2016 en Altsasu (Navarra), en plenas fiestas mayores, se produjo una pelea en el bar Koxka, estando involucrados ocho jóvenes y dos guardias civiles de paisano. El estado español acusó de terrorismo, atentado contra la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y odio a los jóvenes. La sentencia concluyó 1 condena de 9 años y medio, dos de 8 años y medio, 2 de 7 años y medio, y otras de 4, 3 y 1 año, respectivamente.

‘La serie que generó polémica política en Euzkadi (…) no pretende tener un valor estrictamente documental sino más bien de denuncia de una injusticia. El relato se posiciona claramente con el bando de los chicos. (…) Pero hay un hecho en la serie Altsasu que es muy relevante a nivel lingüístico. La versión original de la televisión pública vasca se desarrolla de manera casi íntegra en euskera, excepto en el entorno de la guardia civil, que habla en castellano. Y sus diálogos se subtitulan en vasco (…) Este planteamiento contribuye. A un realismo del contexto social y lingüístico.

En TV3, en cambio, el doblaje en catalán ha homogeneizado el idioma de los dos bandos enfrentados. Todos hablan en catalán, tanto los jóvenes como la guardia civil. Puede ser más práctico y fácil, pero es poco natural y realista. Seguramente es la manera de evitar la polémica. Doblar al catalán el euskera y mantener el castellano de los cuerpos policiales y subtitularlos al catalán, como hicieron en ETB, provocaría una crisis. Y se criticaría el hecho de vincular el castellano a los personajes negativos. Posiblemente lo mejor hubiese sido mantener la versión original íntegra de la serie, subtitulando el euskera al catalán’.

(Mónica Planas Callol, Ara, 19 de enero 2021)

Está claro que asumir ciertas posiciones como normales, estar pasivos ante ellas, nos degrada ética y moralmente.

Debemos confiar en nuestras capacidades y posibilidades, pues, como dicen unos proverbios zen:

·       Muévete y el camino aparecerá.

·       Si lo que haces no funciona, haz algo diferente.

·       La tentación de rendirse será mucho más fuerte justo antes de la victoria.

Si permanecemos quietos, los pescadores unionistas nos cazarán y nos pondrán en su cazuela, pero con tapa, por si decidimos saltar antes de que sea demasiado tarde.

Para finalizar, me parece muy ilustrativo el artículo de Salvador Cardús titulado ‘Por si se quiere volver a hacer’ (Ara, de hoy), en el que revisa las posiciones de los diferentes partidos políticos catalanes, señalando que no nos dejemos engañar por sondeos, encuestas, ni por votaciones enmascaradas por otros objetivos, pues, para saber si realmente el independentismo supera el 50 %, sólo hay una posibilidad, hacer un referéndum oficial y claro, con efectos inmediatos. Así la ciudadanía se definiría (como hicimos y ganamos el 9 de noviembre de 2014 y el 1 de octubre de 2017). Cualquier otra opción sería crear y aceptar la confusión unionista.

Y, en esa línea, estoy convencido que no ayuda, en absoluto, la opción de ERC, de aceptar el autonomismo, a la espera de ampliar las bases independentistas. Me parece claro, como dice Cardús, que debemos contarnos, todo lo demás es marear la perdiz. Y querer aumentar las bases, pactando con los Comunes no independentistas, como Ada Colau, Pablo Iglesias, etc., no es más que aceptar el discurso unionista, es autocensurarnos, como se hizo evitando la diferencia lingüística de la serie mencionada.

Y, si seguimos así, acabaremos cocidos del todo, y…. nos comerán.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com