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El caos español

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

Ayer, tras el aleteo ‘mariposil’ de Ciudadanos y el PSOE con la presentación de una moción de censura en la región de Murcia, para desbancar al PP, la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso hizo su jugada, proclamando la final de su legislatura, rompiendo con su socio de gobierno (Ciudadanos); y, sucesivamente, igual en la comunidad de Castilla-León, en la que el PSOE presentó una moción de censura contra el gobierno del PP y Ciudadanos.

La jugada de Díaz Ayuso, realmente no parece bien pensada, ya que al anunciarla ayer a las 11.45 h, no ha entrado en vigor hasta ser publicada hoy en el boletín oficial de la comunidad. Por eso, dio opción a que la oposición le presentase dos mociones de censura.

Y, ahora, como ha pasado en Catalunya, se judicializará toda la política, para determinar la validez de finalizar (oficialmente hoy) la legislatura, una vez la mesa del parlamento madrileño aceptó ayer la entrada de las dos mociones de censura; o si ve ‘oportunistas’ y ‘de mala fe’ esas mociones, y las desatiende, por presunto fraude de ley.

Obviamente, no parece muy moral, finalizar una legislatura para evitar una posible moción de censura, y ver que le puedan anular ese final de legislatura, precisamente por otras mociones. Asimismo, es inconcebible que Díaz Ayuso cometiese el error de finalizar la legislatura y, estando teóricamente ya en funciones, cesase a sus miembros de Ciudadanos, socios de su propio gobierno; cese del todo irregular, estando en funciones. Y si todavía no estaba en funciones, cabe deducir que la validez de la finalización de la legislatura tiene fecha de hoy, así que tendrán validez las mociones presentadas. En efecto, todo un galimatías, que no entienden ni sus propios protagonistas.

Por eso me he referido al ‘efecto mariposa’ iniciado en Murcia, y cuyos efectos llegan a todos lados; pero también podría haber citado ‘el efecto dominó’, ya que las caídas de los otros gobiernos, así como la diputación de Alicante, también se ajustan a ese efecto.

Ahora bien, me parece que, viendo el conjunto de la política española, lo que más se ajusta, es a la ‘teoría del caos’, que:

‘En matemáticas y física trata el comportamiento de determinados sistemas dinámicos no lineales que, bajo ciertas condiciones, presentan un fenómeno conocido como caos, que se caracteriza, especialmente, por la sensibilidad a las condiciones iniciales, es decir, que un pequeño cambio en las condiciones iniciales del sistema da lugar a una evolución posterior muy diferente. Como resultado de esa sensibilidad, el comportamiento del sistema tiene una apariencia aleatoria, a pesar de que el sistema es totalmente determinista’

(Wiipedia)

También ee parece interesante reflejar las siguientes explicaciones:

‘La transición del orden al caos: Mitchell Feigenbaum, físico teórico y matemático demostró en 1975 la existencia de una constante que aparece en una clase amplia de funciones matemáticas, antes del inicio del caos. Son dos números reales o constantes de Feigenbaum. Ambos expresan cocientes que aparecen en los diagramas de bifurcación de la teoría del caos.

(…)

La primera constante está definida como el límite de los cocientes entre dos intervalos sucesivos de la bifurcación, y vale, aproximadamente:

d » 4,669201609102990671853203821578439….

La segunda constante se define como el límite de la relación entre dos distancias sucesivas entre las ramas más cercanas de Xm (el máximo de la función f), y vale, aproximadamente:

a » 2,502907875095892822283902873218478…

(Wikipedia)

‘El caos observa que realmente existen movimientos sin orden (…) Gracias a la teoría del caos, hemos comprendido que puede haber movimientos erráticos que no son aleatorios, sino que corresponden a reglas fijas.

(…)

Si, efectivamente, son fenómenos sin orden aparente -como, por ejemplo, el clima planetario-, cuya motivación causal puede ser incomprensible y cuyas leyes se nos escapan, pero en absoluto son fenómenos derivados del azar. También el caos tiene sus normas internas, y eso es precisamente lo que los físicos teóricos tratamos de descubrir’

(Óscar Menéndez, entrevista a Mitchell Feigenbaum, abril de 1996, núm. 179 de Muy Interesante)

Lógicamente, para mí, todo esto es muy complejo, ya que mis conocimientos matemáticos son los básicos, y ya me parece mágica la constante del número pi (p), la constante de Arquímedes, que relaciona el diámetro de la circunferencia, con la longitud de su perímetro:

Perímetro = diámetro x p

Siendo el valor de p » 3,1415926535898…

(La letra p es la primera del término perímetro o periferia, en griego)

(Fue usado primero por William Oughtred (1574-1660), aunque lo popularizó Leonhard Euler (1707-1783), antes era conocida como la ‘constante’ de Ludolph (en honor al matemático Ludolph Van Ceulen), y anteriormente como ‘constante de Arquímedes’

(Arquímedes, en el siglo III a. C., llegó a determinar el valor de p con un error de solo entre el 0.024% y el 0,040% sobre el valor real; Claudio Ptolomeo, en el siglo II d. C., lo afinó a 3,14166; y a finales del siglo V, el matemático y astrónomo chino Zu Chongzhi lo ajustó a 3,1415927).

(En un escrito anterior, me referí al día internacional de la mujer, el pasado día 8; pues bien, el próximo 14 de marzo se celebrará el día internacional del número p, día elegido por la coincidencia del calendario, en la forma mes/día: 3/14, que coincide, asimismo, con el día de nacimiento de Albert Einstein: 14 de marzo de 1879)

(Wikipedia)

Entiendo que los especialistas apliquen la teoría del caos para el estudio de los comportamientos de los fluidos, la evolución de las temperaturas, etc.; y puedo entender que determinados aspectos que consideramos que son caóticos o aleatorios, puedan ser cuantificados, al fin y al cabo, es cuestión de tener la máxima información y programas de computación potentes. Y el conocimiento nos hace rebajar el nivel de aleatoriedad, obviamente.

Ahora bien, en aspectos como la dinámica de poblaciones, en la que interviene una teórica voluntad individual, ya sería otro cantar, muy interesante y que daría para profundizar más; pero ya me estoy desviando mucho del tema objeto de este escrito.

Y volviendo al tema político del estado español, es decir, al caos que el sistema dinámico nos está mostrando, es que hay incógnitas que se van despejando, como ya señalé ayer, y tiene su origen en la Moncloa, en el diseño efectuado por Iván Redondo, asesor y jefe del gabinete de Pedro Sánchez, con vistas a un adelantamiento de las elecciones generales, como recogí ayer:

·       Desestabilizar al PP, apoyándose en Ciudadanos; y así, conseguir una oposición más debilitada en el PP, que se verá forzado a conseguir apoyos de la extrema derecha, Vox, con el consiguiente descrédito y pérdida de su pretendido centralismo,

·       Debilitación de Ciudadanos, por sus bandazos y divisiones, ya que en Andalucía no han roto el pacto,

·       Dejar fuera de juego a Unidas Podemos, que ve toda esta partida de ajedrez desde fuera, y que, al final, puede acabar perdiendo su papel de cogobernante.

Pero también es preciso señalar que cuando se desencadenan las furias, la reacción acumulativa, en cadena, como los explicados por los mencionados efectos dominó y mariposa, pueden acabar con resultados imprevisibles, ya que no hay matemáticas que puedan explicar y garantizar, al menos de momento, cómo responderá la ciudadanía; ya que los ciudadanos presentamos una multiplicidad de variables que dejan en un juego de niños la constante de p, pues es fácil entender que a doble diámetro, doble perímetro, y que la constante en cuestión se mantenga, pero las sociedades presentamos mayor complejidad.

Obviamente, visto matemáticamente, todo sería puro determinismo y, con el preciso conocimiento, eliminaríamos el azar. Pero, claro, eso es una pura ilusión; máxime cuando se introduce la variable humana, ya que el observador, al ser un humano, rompería la neutralidad y objetividad, e introduciría nuevas variables.

Para mi, la constante que queda nuevamente en evidencia es el interés de los políticos y de sus respectivos partidos, para mantener sus poltronas, sus retribuciones, sus privilegios; que siempre los tienen por encima del interés de la ciudadanía. Ya que, en plena epidemia, el PSOE desencadene este tsunami, me parece del todo irresponsable. Y nos criticaba a los catalanes por nuestro ‘caos’…

En un escrito de meses atrás expliqué el cuento de ‘La lotería de Babilonia’, de Jorge Luis Borges (1899-1986), publicado en 1944, en ‘El jardín de senderos que se bifurcan’ y en Sur’, y que acaba reflejando el riesgo y el azar, por lo que no incidiré en él, de nuevo.

Otra curiosidad, ya que en este texto he hablado bastante de geometría, es que el ‘cerebro’ de Pedro Sánchez sea Iván Redondo, y el de Inés Arrimadas, sea Carlos Cuadrado, vicesecretario general del partido de Ciudadanos y hombre de confianza de Arrimadas. Así que estamos entre redondos y cuadrados, es decir, los tahúres buscando la cuadratura del círculo, buscando una solución simple a un problema complejo.

Y me parece que a ambos les puede pasar como al sujeto del siguiente cuento, ya que, concentrados en encuestas y en sus estudios de opinión, pueden acabar enfermos, por su propia confusión:

El espejismo

Una vez un hombre fue invitado a casa de un amigo. En el momento en que iba a beber el vino que le habían ofrecido, creyó ver una pequeña serpiente en el fondo de la copa. Para no importunar a su anfitrión, no le dijo nada y se lo tragó todo.

Cuando regresó a su casa, comenzó a sentir fuertes dolores de estómago. Le prescribieron numerosos medicamentos, pero, como cada vez se sentía peor, creyó que moriría.

Su amigo, alertado por lo sucedido, lo invitó nuevamente a su casa. Lo hizo sentar en el mismo lugar y le ofreció una copa de vino, avisándole que era medicina.

En el momento en que el enfermo se llevaba la copa a los labios, vio nuevamente, en el fondo de la misma, a la pequeña serpiente.

Esta vez se lo comunicó a su convidante, quien, sin decir ni una sola palabra, señaló un arco que colgaba del techo.

De pronto, en enfermo se dio cuenta de que la ‘cría de serpiente’ era el reflejo del arco que colgaba encima de él.

Los dos hombres se miraron y se pusieron a reír, y el enfermo recuperó la salud’

(narrativabreve.com)

Es decir, que llegado el momento de las posibles elecciones y pactos que se vayan produciendo, motivados por el tsunami que han provocado, el resultado puede, y deseo, que les acabe explotando en la cara, por su ambición desaforada, y por su alejamiento de los problemas reales de la ciudadanía.

Todos sabemos que, como dice el enunciado de termodinámica, ‘en un universo aislado, el desorden (la entropía) siempre aumenta’, y que el universo tiende, irremisiblemente al caos y al desorden; pues en la naturaleza hay procesos irreversibles, por ejemplo, podemos dejar caer un vaso al suelo y se rompe en mil pedazos; si los recogemos y los lanzamos de nuevo al aire, la ley de conservación de la energía impide que podamos considerar que el vaso volviera a reordenarse de nuevo, juntando todos los trocitos.

Y en el caos, se producen formas fractales, ordenadas, y aquí lo vemos claramente, pues muchos de los partidos políticos, como de todos los poderes del estado, acaban reproduciendo los mismos patrones.

Y por todo esto, debemos huir de España, independizarnos, evitar su caótico estado, y de sus fractales. Nosotros, irremisiblemente, tendremos nuestro desorden, pero será el nuestro.