Buscar

Deprimente estado español y su ‘idus’ de marzo

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

Estos días convulsos provocados por Pedro Sánchez, desencadenando una cascada de mociones de censuras y adelantos de elecciones en diferentes comunidades autonómicas, con el fin de debilitar a sus contrincantes, utilizando al partido de Ciudadanos como futura bisagra de cambio (en detrimento de las fuerzas que le apoyaron en su investidura tras la moción a Rajoy), hemos visto que se ha traducido en el despertar de las furias políticas, mediáticas y económicas.

En primer lugar, es preciso señalar que esta estrategia puede estar muy bien definida y diseñada por el gurú Iván Redondo, asesor de Pedro Sánchez; pero está claro que una cosa es el papel, que lo aguanta todo, y otra cosa muy distinta es la realidad.

Y esta realidad, como hemos visto, ha mostrado variables con las que no contaba el equipo de Pedro Sánchez, y es que, en la región de Murcia, tres diputados de Ciudadanos han ‘traicionado’ a su partido, y han pasado a apoyar al gobierno local del PP, para superar la moción de censura, a cambio de un puesto en el gobierno autonómico, al que, esta mañana, ya han accedido.

Para Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos, eso es una muestra más de la corrupción del PP, al que acusan de ‘actitudes mafiosas’, por ‘haber comprado tres bocas con un sueldo anual de 76.000 €’.

Para el PP esa forma de actuar no es nueva, ya consiguieron el gobierno de Madrid en mayo del 2003, gracias al conocido caso del ‘tamayazo’, por el transfuguismo, a última hora de dos socialistas (Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez) que votaron por Esperanza Aguirre (PP).

Todos sabemos que la historia está llena de traiciones, algunas más noveladas que otras, como la de Judas Iscariote, la de Efialtés, la muerte de Viriato (origen de la frase: ‘Roma no paga a los traidores’), el asesinato de Julio César, etc.; y muchas de ellas comportaron cambios sustanciales.

Cada cultura tiene su Caín propio, pues los mitos fundacionales tienen mayor fuerza.

Las traiciones pueden venir de alguien al que uno ha rechazado, como el siguiente caso:

Es curioso señalar que Efialtés, en griego significaba ‘la pesadilla’, y fue el hijo de Euridemo de Mélide, originario de Traquis, en Tesalia. Y ese Efialtés, traicionó al rey espartano Leónidas (480 a. C.).

Efialtés, deforme y jorobado, se salvó de ser arrojado desde el monte Taigeto, como exigían las estrictas leyes espartanas, pero sus padres decidieron no tirarlo, y lo dejaron en el monte, siendo recogido por un pastor.

O de las propias filas y familias, como el caso:

Del asesinato de Julio César, pues, a pesar de estar en pleno idus de marzo (días de buenos augurios), el año 44 a. C, se produjo el asesinato mencionado, por parte de un grupo de senadores, entre los que se encontraba su amigo Bruto; finalizando, así, la República Romana, para empezar el Imperio Romano.

Julio César, según el historiador Lucio Mestri Plutarco de Queronea (45 o 50 d. C. – 120 o 125 d.C.), había sido advertido por un vidente etrusco (arúspice), y por unas premoniciones de su mujer Calpurnia. César contestó que los ‘idus de marzo ya habían llegado’, y el vidente le contestó: ‘sí, pero todavía no han acabado’.

Parece que ni en la actualidad se ha aprendido que ‘Roma no paga a los traidores’, pues se prefiere confiar en el ‘pacta sunt servanda’ (los pactos se han de cumplir), siempre que nos beneficien, claro, pues ya hemos visto que los tres tránsfugas de Ciudadanos no han respetado su pacto inicial con ese partido, para acogerse, ahora, en la órbita del PP. En este caso han preferido seguir los refranes populares: ‘más vale pájaro en mano, que ciento volando’ o al ‘más vale un ‘toma’ que dos ‘te daré’’.

Viendo la actual situación política española y, especialmente, el ‘problema’ catalán, como le llaman los unionistas, me parece válido el siguiente poema, pues, aunque sea sacándolo de contexto e intención del autor (ya que se refería a la visión de la próxima muerte de su esposa); creo que es aplicable a nuestro caso, pues vemos que nuestro presente y futuro también es bastante depresivo.

Querrán que te mueras

Oyes este mar tranquilo al atardecer,

medio órgano, medio violoncelo.

Está oscureciendo. Como todos los viejos, vigilas

tu propio final, mientras a lo largo de la playa

Es mar es una pieza de seda desplegándose.

Escuchas lo que te dicen las olas:

Que los que te querrán, querrán que te mueras.

Porqué los querrás, querrás morirte.

La lógica implacable del amor.

La lógica implacable de la muerte.

El alivio que da saber que están tan juntos.

(Joan Margarit i Consarnau (1938-2021), ‘Tots els poemes (1975-2017), edic. Proa, Barcelona, 2020; pág. 663)

(nota: traducir una poesía, tal como lo he hecho yo, es traicionar al poeta, pues seguro que se pierde la magia, el ritmo; pero no sé si hay una traducción profesional de este poema) y, para los efectos de este escrito, me parece que ya vale).

Evidentemente, los que quieren que desaparezcamos, no nos quieren en absoluto, más bien nos odian, como demostraron con sus gritos del ‘a por ellos’. Y nosotros tampoco queremos desaparecer, obviamente. Pero, sí que el estado de ánimo en el que estamos es muy similar, pues no vemos un futuro ilusionante, ya que todo está demasiado ‘atado y bien atado’ por las fuerzas franquistas.

Y ese nudo gordiano debemos romperlo, como hizo Alejandro el Grande (356 a.C. – 323 a. C.), cortándolo con un golpe de su espada; saltándose, de ese modo, la consigna de desligar el nudo, ya que cortarlo, no es lo mismo. Pero, tras ese hecho, Alejandro conquistó Oriente.

Nosotros, los independentistas catalanes, sabemos que nunca podremos deshacer el nudo españolista, ya que nunca tendremos suficiente fuerza en el conjunto del estado español (como pretenden los llamados constitucionalistas, diciendo, todo dentro de la ley, de la suya, claro); por eso, debemos utilizar el pensamiento lateral, y buscar fórmulas imaginativas, creativas, para hacer prevalecer nuestra voluntad en nuestro territorio, entre nuestra ciudadanía, que, en realidad, es lo único que debería contar.

En mi escrito de ayer, cuando me referí a la muerte metafórica del padre, citando a Sigmund Freud, debería haberme referido, también, a la temible madrastra que es el estado español para los catalanes (independentistas y ‘dependistas’ o unionistas), ya que los diferentes tentáculos quieren conseguir una tierra arrasada, en la que no crezca la hierba; pues, como dice el ‘Cant dels segadors’ (himno de Catalunya), en su versión antigua:

(…)

‘Dando cuenta al virrey,

del mal que aquellos soldados hacían:

Licencia les he dado yo,

mucha más, se pueden tomar’

(…)

En realidad, la situación de los independentistas catalanes tiene una cierta similitud con la oposición demócrata de Hong Kong, pues el estado chino aplica su fuerza sobre la excolonia británica, y todo el mundo mira hacia otro lado, ya que nadie quiere enemistarse con el poderoso estado.

Ahora, el gobierno chino ha impulsado la reorganización del sistema político de Hong Kong, para imponer a la excolonia británica, ‘la democracia con características’ (rompiendo, de ese modo la idea ‘un país, dos sistemas’, pactado en su día), y, de ese modo, garantizar que sólo los ‘patriotas’ fieles a China y al partido comunista, puedan gobernar en Hong Kong, previa modificación de su constitución (ley básica desde 1997); el mismo proceso que efectuaron el año pasado con la ley de seguridad nacional, que llevó a la cárcel a gran parte de la oposición.

Vemos que la promesa del gobierno chino de hacer elecciones democráticas con sufragio universal, no se ha cumplido, ni se cumplirá.

(fuente: Dolors Rodríguez Puerto, Beijing, Ara, 12 marzo 2021)

Está claro que China tampoco hace caso al citado ‘pacta sunt servanda’; y, en nuestro caso, vemos que esa purga, la va ejecutando el poder judicial, encarcelando e inhabilitando a todos nuestros líderes.

El próximo lunes 15, será el idus de marzo y, tal como está la convulsa situación política, aún podemos ver algún otro ‘asesinato metafórico’, en este caso, el de Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, pues se vio obligada a convocar una reunión extraordinaria de la ejecutiva de su partido, en el que aflorará el fracaso de las elecciones catalanas del 14 de febrero y, como no, la división del partido en Murcia, con la consecuente pérdida del cogobierno de la comunidad de Madrid. Y no sería extraño, que a pesar de que el núcleo duro de Arrimadas haya evitado, hasta ahora, hacer autocrítica, el próximo lunes 15, se pueda repetir, ‘metafóricamente’ el idus de marzo del 44 a.C., y le obliguen a dejar el liderazgo.

En Catalunya, los partidos independentistas catalanes, tras la elección, ayer, de la presidenta del Parlament (Laura Borrás, de JuntsxCat), ahora están negociando la composición del futuro gobierno de la Generalitat. Y deberían llegar a acuerdos de forma rápida, para no llegar a situaciones límite.

Pero todo requiere su tiempo, y así como los romanos tenían 4 idus (días de buenos augurios) al año, los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre, pero los de marzo son los más famosos por el asesinato de Julio César; los otros meses también tenían su idus, en ese caso era el día 13.

Ahora, el plazo para formar gobierno con mayoría absoluta finalizará el próximo 26; y sería deseable que pudieran acordarlo, para dar una imagen de unidad (dentro de lo que cabe, por lo que todos sabemos); así que sería interesante que aprovechasen este idus de marzo, para darnos a todos esa alegría.

Tal como explicó Plutarco, al comentar el confiado Julio César que ‘los idus de marzo ya habían llegado’, el vidente etrusco (arúspice) le contestó: ‘Sí, pero aún no han acabado’; cabe entenderlo en el sentido de que las buenas y las malas noticias pueden ir juntas, o ser relativas, en función de la perspectiva, por lo que deberíamos ir con cuidado, pues, citando a Julien d’Huy: el Homo sapiens ‘es una especie fabuladora, que cree en sus mentiras’ (‘Cosmogonies. La préhistoire des mythes’).

Y nosotros no debemos caer más en las mentiras españolistas ni en nuestras autocomplacientes fábulas, debemos ser realistas, y actuar en consecuencia.