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Difícil determinar qué estados de EEUU son más eficaces ante virus

Casi un año después de que el gobernador de California Gavin Newsom ordenó el primer confinamiento estatal en Estados Unidos para combatir la pandemia de coronavirus, sigue siendo obligatorio el uso de mascarillas, siguen severamente restringido el cenar bajo techo en restaurantes y Disneyland sigue cerrado.

En contraste, Florida no tiene restricciones a nivel estatal. El gobernador republicano Ron DeSantis ha prohibido que las municipalidades multen a las personas que se niegan a usar mascarillas. Y Disneyworld ha estado abierto desde julio.

Pese a sus enfoques divergentes, California y Florida han tenido resultados casi idénticos en cuando a tasas de casos de coronavirus ¿Cómo es que dos estados con respuestas tan encontradas arribaron a puntos prácticamente similares?

“Eso va a ser una pregunta importante que tenemos que hacernos: ¿Cuáles medidas de salud pública tuvieron realmente el mayor impacto y cuáles tuvieron un efecto mínimo o salieron mal al causar conductas fuera de las órdenes oficiales?”, se preguntó Amesh Adalja, académico en el Johns Hopkins Center for Health Security.

Aunque los estudios han mostrado que el uso obligatorio de mascarillas y los límites en las actividades colectivas como cenas en restaurantes ayudan efectivamente a combatir los contagios, los estados con más restricciones no siempre han tenido mejores resultados que aquellos sin ellas.

California y Florida tienen tasas de casos del virus de alrededor de 8.900 por cada 100.000 residentes desde el comienzo de la pandemia, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). Y ambos están en medio en las tablas de los estados en cuanto a mortalidad por COVID-19: Florida era 27mo el viernes, California era el 28vo.

Connecticut y Dakota del Sur son otro ejemplo. Ambos están entre los 10 peores estados en cuanto a mortalidad por COVID-19, pero el gobernador de Connecticut, el demócrata Ned Lamont, impuso numerosas restricciones en todo el estado el año pasado tras un aumento inicial de las muertes, mientras que en Dakota del Sur, la gobernadora Kristi Noem, republicana, no emitió mandatos al subir las muertes en el otoño.

Mientras Lamont ordenaba cuarentenas para ciertos visitantes al estado, Noem lanzó una campaña millonaria para promover el turismo y dio la bienvenida a los participantes en un masivo desfile de motocicletas, que algunos expertos de salud dijeron que diseminó el coronavirus por el centro-norte de Estados Unidos.

Ambos dicen que su enfoque es el adecuado.

“Incluso en una pandemia, las políticas de salud pública deben tener en cuenta el bienestar económico y social de la gente”, dijo Noem en una convención conservadora.

Lamont anunció recientemente que va a retirar los límites a la capacidad de personas en las tiendas minoristas, restaurantes y otros sitios a partir del 19 de marzo, pero los bares que no sirven comida seguirán cerrados y el mandato de mascarillas seguirá en vigencia.

“Esto no es Texas. Esto no es Mississippi. Este es Connecticut”, dijo Lamont, mencionando estados que han levantado recientemente los mandatos de mascarillas.

“Estamos viendo que lo que da resultados es usar mascarillas, mantener distanciamiento social y vacunaciones”, aseguró.

Al bajan las tasas nacionales de casos de coronavirus, los gobernadores en más de la mitad de los estados han dado pasos en las últimas dos semanas para relajar las restricciones, de acuerdo con un conteo de The Associated Press. Algunos límites a la capacidad terminaron el viernes en Maryland y Oklahoma. Michigan, Minnesota, Nueva Jersey, Nueva York y Wyoming van a aliviar las restricciones a partir de la semana próxima.

En casi todos los casos, los gobernadores han elogiado su propio enfoque hacia la pandemia, mientras que sus respectivos críticos los han acusado de ser demasiado severos o demasiado negligentes.

Se espera que la lenta reapertura en California gane velocidad en abril, pero los republicanos en California están organizando una campaña de revocación de mandato contra el gobernador Newsom que ha conseguido casi 2 millones de firmas de personas frustradas por los límites a los negocios, congregaciones religiosas y otras actividades. Newsom enfrenta además crecientes presiones sobre el cierre de las escuelas públicas y la lentitud de su reapertura.

Al pronunciar su discurso sobre el panorama del estado esta semana en el Dodger Stadium, donde los asientos vacíos equivalieron aproximadamente a las 55.000 muertes por COVID-19 en el estado, Newson aseguró que California ha sido un líder del combate del virus.

“Desde los días iniciales de esta pandemia, California confió en la ciencia y los datos y respondimos al momento”, dijo Newsom y añadió: “No vamos a cambiar de dirección debido a unos pocos detractores y agoreros”.

En su propio discurso al estado, DeSantis dijo que Florida estaba en mejor posición que otros porque sus negocios y escuelas están abiertos. La tasa de desempleo de Florida estaba por debajo del promedio nacional y era significativamente menor que la de California al comenzar el año.

“Mientras tantos estados mantuvieron a la gente encerrada durante todos estos meses, Florida alentó a su gente”, dijo DeSantis.

Determinar cuál enfoque es mejor es más complicado que simplemente mirar las políticas estatales y las tasas generales de casos de coronavirus.

Al igual que Florida, Missouri no tuvo un mandato estatal de mascarillas, suspendió las restricciones a los negocios en junio y tiene una tasa acumulativa de muertes por COVID-19 similar a la de California. En ausencia de órdenes a nivel de estado, muchas de las ciudades grandes en Florida y Missouri impusieron sus propios requerimientos de mascarillas y restricciones a los negocios. En Missouri, eso significó que la mitad de la población estaba sujeta a mandatos de mascarillas.

El gobernador republicano Mike Parson ha alabado lo que llamó un “enfoque equilibrado” hacia la pandemia que les dejó muchas decisiones de salud pública a las autoridades locales y le permitió a la economía de Missouri “recuperarse con fuerza”. Los nuevos casos de coronavirus y el desempleo son bajos y los gastos del consumidor han regresado a los niveles previos a la pandemia, dijo Parson hace unos días.

El director estatal de salud Randall Williams cree que los residentes siguieron el llamado de Parson a usar voluntariamente las mascarillas cuando los casos del virus subieron en Missouri en el otoño a niveles entre los más elevados del país.

Expertos de salud pública dicen que las decisiones individuales pudieran ayudar a explicar los resultados similares entre algunos estados con órdenes estrictas o relajadas de sus gobernadores.

Algunas personas estaban siendo voluntariamente “más atentas en estados donde las directrices eran más relajadas”, dijo Thomas Tsai, profesor de la Facultad T.H. Chan de Salud Pública en la Universidad de Harvard, pero en Estados con más mandatos gubernamentales, “la gente generalmente usaba las mascarillas y seguía las directrices en público, pero en privado bajaban la guardia”.

Imponer medidas estrictas, como prohibir que las personas visiten a sus abuelos y que los amigos se reúnan es similar a adoptar una táctica centrada solo en la abstinencia para combatir el uso de drogas y la transmisión de enfermedades venéreas, dijo Adalja, de Johns Hopkins.

Algunas personas siguen las directrices, pero otras “personas van a hacer esas cosas de todas maneras”, agregó.

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David A. Lieb reportó desde Jefferson City, Missouri. Los periodistas de The Associated Press Brendan Farrington en Tallahassee, Florida; Stephen Groves en Pierre, Dakota del Sur; Susan Haigh en Norwich, Connecticut; y Kathleen Ronayne en Sacramento, California, contribuyeron a este reportaje.