Tras la frustrada primera sesión de investidura de Pere Aragonés, de ERC, ahora todos los partidos, desde este mismo, pasando por la CUP y toda la oposición, catalana y española, han desplegado sus argumentaciones para urgir a JuntsxCat, para que pacte el nuevo gobierno.
Y las argumentaciones que dan todos, coincidiendo, curiosamente, así como todos los medios de comunicación sistémicos, son que la crisis de la pandemia requiere un rápido gobierno que pueda gestionar adecuadamente los problemas que tenemos como sociedad.
Por eso, me parece muy acertado el tuit de Josep Costa (@josepcosta), exvicepresidente primero de la mesa del Parlament (JxCat):
‘Ahora parece que es muy urgente investir un nuevo Gobierno, pero si las elecciones se hubiesen realizado el 30 de mayo, como se consensuó hace dos meses, el debate de investidura habría sido el 9 de julio. Por lo tanto, o nos enredaban entonces, o nos intentan enredar ahora’.
Es preciso recordar que, curiosamente, el único partido que quería realizar las elecciones el 14 de febrero fue el PSOE-PSC, que quería ‘explotar’ el efecto de su candidato, Salvador Illa, exministro de Sanidad. Mientras que todos los otros partidos, avalados por los equipos técnico-sanitarios, acordaron posponer las elecciones a mayo. Pero, finalmente, la decisión la tomó el poder judicial, como ya estamos acostumbrados; y, siempre, en su línea de ir en contra de las propuestas efectuadas por las instituciones catalanas.
Es interesante señalar la diferencia entre una emergencia y una urgencia. En las primeras hay una amenaza inmediata para la vida y la salud; mientras que, en las segundas, no existe un peligro o amenaza inmediata para el paciente, pero que, si no se atiende en los plazos requeridos, puede desembocar en una emergencia.
Lógicamente, estamos en una emergencia sanitaria, desde hace más de un año, pero tenemos un gobierno provisional, dirigido por el citado Pere Aragonés, que gestiona, en la medida que le es posible, la situación. Asimismo, no hay que olvidar que estamos en el estado de alarma, por lo que las principales atribuciones están asumidas por el gobierno central.
En este contexto, tiene toda la razón el mencionado Josep Costa.
Y, a mi modo de ver, lo que se pretende con esta presión, es que Carles Puigdemont y su partido (JuntsxCat) ceda, y apruebe el plan acordado entre ERC y la CUP.
Albert Batet (JuntsxCat) comentó que la situación no dejaba de ser paradójica, ya que entre ERC y la CUP, ‘habían preparado la mesa, elegido el menú y, finalmente, invitaban a JuntsxCat, para que pagase la cena’.
Obviamente, cuanto menos, es chocante, que ERC pactase en primera instancia con la CUP, un partido minoritario y antisistema, antes que hacerlo con su socio actual de gobierno (JuntsxCat)
Así que todo son estrategias interesadas, para dejar al partido de Carles Puigdemont, ante un trágala, sin ningún margen de maniobra.
Muchos, demasiados, estamos hartos de estrategias interesadas y de bulos.
Un ejemplo de bulo es el del ‘mercurio rojo’:
‘Una sustancia ficticia, supuestamente empleada en la fabricación de bombas nucleares. Pero esta sustancia no existe como tal. No existe en la tabla periódica. Su comercialización es meramente una forma de estafa.
Se supone que es yoduro de mercurio, un polvo de color escarlata, venenoso, inodoro, insípido e insoluble en agua, que se vuelve de color amarillo cuando es calentado a más de 126ºC debido al cambio termocromático en su estructura cristalina’.
(fuente Wikipedia)
Realmente, la coyuntura política y social es compleja, máxime considerando que gran parte de la información que circula por las redes sociales y los medios de comunicación, son meras patrañas interesadas. Y, por eso, la ciudadanía carece de un verdadero conocimiento en el que confiar.
Asimismo, y como señala Vicenç Villatoro Lamolla:
‘Fragilidad:
Posiblemente la gran cuestión del siglo XXI es la fragilidad. Un barco encalla en medio del canal de Suez y tiembla todo el comercio mundial. Un virus se escapa de un mercado de la China y cambia la vida cotidiana de toda la humanidad. No es que el mundo en nuestro siglo sea más frágil que nunca. Es que la constatación de esta fragilidad choca de una manera abrupta con la ilusión de seguridad y de solidez que la ciencia y la técnica habían ayudado a crear a finales del siglo pasado. Zweig ya advertía en ‘El mundo de ayer’, que aquello que parecía una sólida casa de piedra podía convertirse, en un instante, en un castillo de cartas que se lleva el viento con una simple ráfaga’
(Ara, 29 de marzo del 2021)
Por todo eso, debemos ser cautos, y no dejarnos engañar, ni por falsas promesas e interesados veredictos y afirmaciones, pues, siguiendo con Villatoro:
‘Cada día descubrimos que lo que nos parecía un camino sólido, de hecho, es la superficie helada de un lago, que en cualquier momento se puede quebrar. Y ni siquiera sabemos el grosor que tiene el hielo’
Por lo tanto, debemos ser cautos, y no caer en pactos forzados, pues ya hemos visto que los últimos gobiernos de coalición entre JuntsxCat y ERC, han mostrado diferencias graves, debido, principalmente, a los recelos de este último partido, tal como expresa Quim Torra en su dietario sobre ‘Las horas graves’, que ya he comentado en un par de escritos anteriores.
En definitiva, que, vista la reacción ultramontana del estado español, apartándose de toda democracia al uso (aunque ellos se autoconsideren que tienen una democracia plena), la mejor lección que podemos extraer los independentistas catalanes es que debemos ser cautos, pero incesantes, persistentes, para ir construyendo una casa republicana verdaderamente sólida, que no se la lleve el primer soplo de viento represor.
Y en este sentido, el consejo para la República con sede en Waterloo, tal como viene funcionando, presidido por Carles Puigdemont, es un buen instrumento, para guiarnos, y establecer directrices más arriesgadas, que aquí no podrían plantear, pero, al estar fuera del alcance legal español, están libres de su presión y represión.
Y hablando de vientos, sabemos que la respuesta está en el viento, como dice Bob Dylan:
‘Blowing in the wind’, de Bob Dylan (1962):
‘La respuesta está flotando en el viento
Cuántos caminos debe recorrer un hombre
antes de que le llames ‘hombre’
Cuántos mares debe surcar una blanca paloma,
antes de dormir en la arena.
Cuántas veces deben volar las balas de cañón,
antes de ser prohibidas para siempre.
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.
Cuántos años puede existir una montaña,
antes de que sea arrasada por el mar.
Cuántos años pueden vivir algunos,
antes de que se les permita ser libres.
Cuántas veces puede un hombre girar la cabeza,
y fingir que simplemente no lo ha visto.
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.
Cuántas veces debe un hombre levantar la vista,
antes de poder ver el cielo.
Cuántas orejas debe tener un hombre,
antes de poder oír a la gente llorar.
Cuántas muertes serán necesarias,
antes de que él se de cuenta,
de que ha muerto demasiada gente.
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.
Y la respuesta que flota en el viento, es el deseo de autodeterminarnos, de poder realizar un referéndum acordado con el estado español; y, si no es posible, ir avanzando por nuestra cuenta, pues el deseo de independencia es lo que gritamos muchos y el viento lleva los ecos por toda nuestra tierra.
