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Dysnomia, la España irrevocable

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

En memoria de Guillem Agulló i Salvador (1974-1993), joven valenciano, militante en movimientos independentistas de izquierdas, asesinado hoy hace 28 años por militantes de extrema derecha. Y todavía, pendiente de un juicio completo y justo.

Los independentistas catalanes estamos acostumbrados a las provocaciones de la derecha y de la extrema derecha, si bien, en muchos aspectos ambas son extrema extrema derecha.

Ayer, el autobús fletado por la ANC, amarillo, revindicando el 52% de los votos independentistas, para impulsar la República Catalana, ha sido atacado a pedradas, y parado por bicicletas y patines, para boicotear su recorrido dirigiéndose a la avenida Meridiana; esperemos que no se repita en las dos semanas que tiene previsto circular por toda Catalunya. Esa es la libertad de expresión que ‘aplican’ algunos unionistas.

En nuestras manifestaciones diarias en la avenida Meridiana de Barcelona las sufrimos a menudo, pues es frecuente que nos insulten, y de forma muy puntual, incluso agresiones (de peatones o de vehículos, bicicletas o patinetes). Y esta semana, el jueves, nos ‘visitó’ Josep Bou i Vila, regidor del PP en el ayuntamiento de Barcelona, y no fue la primera vez.

Estas ‘visitas’ tienen un único objetivo: provocar. Bou viene en plan chulesco grabando con su móvil, así queda como un ‘héroe testosterónico’, emulando la reciente actuación de Santiago Abascal (Vox), en Vallecas, Madrid.

Bou se presenta ‘solo ante el peligro’ separatista, creyéndose el Gary Cooper de la película de ese nombre, dirigida por Fred Zinnemann en 1952. Es preciso señalar que nosotros somos pacifistas, y aún así, Bou siempre que ha venido, ‘casualmente’ ha coincidido con un gran dispositivo policial, que hace adecuadamente su trabajo, invitándole a marchar.

Esos provocadores buscan precisamente nuestra reacción verbal, gritándoles ‘franquistas’, si bien seguramente sería más inteligente darles la espalda y ningunearlos.

Bou se quejó, negando su pasado franquista, que no puede ocultar, todos sabemos incluso su pasado en Fuerza Nueva de Blas Piñar López (1918-2014), ministro de asuntos exteriores del dictador y asesino Franco.

Frases famosas del citado Piñar, son:

‘La transición ha conseguido privar a las nuevas generaciones pasar por la segunda escuela del servicio militar, ya que el soldado aprende en los cuarteles no solo el uso de las armas sino a conocer mejor y amar a España’.

‘Franco fue un cristiano modélico, un soldado eminente y un estadista ejemplar. Lo mucho que le odian sus enemigos, es una prueba de lo que fue Franco y de lo que hoy representa y simboliza para muchos españoles’.

‘Nosotros no poseemos la verdad, pero habitamos en ella. No tenemos dudas, sino convicciones; no somos fanáticos, sino convencidos’.

(www.citas.es)

Y, como dice el refrán, por la boca muere el pez, y Bou, en un mitin el 12 de octubre del 2017, en la plaza de Catalunya dijo, entre otras cosas:

‘Los catalanes pertenecemos a la nación más hermosa de la tierra, España es irrevocable (…) por ninguna conjura secesionista y resto de enemigos del estado español’

(www.vocesdelpueblo.com)

Es preciso señalar que esa expresión de ‘España irrevocable’ utilizada por Bou, pertenece a José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), fundador de la Falange Española en 1933:

‘Más aún terminantemente: aunque todos los españoles estuvieran conformes en convertir a Cataluña en país extranjero, sería el hacerlo un crimen merecedor de la cólera celeste.

España es irrevocable. Los españoles podrán decidir acerca de cosas secundarias; pero acerca de la esencia misma de España no tienen nada que decidir. España no es nuestra, como objeto patrimonial; nuestra generación no es dueña absoluta de España; la ha recibido del esfuerzo de generaciones y generaciones anteriores, y ha de entregarla, como depósito sagrado, a las que la sucedan. Si aprovechara este momento de su paso por la continuidad de los siglos para dividir a España en pedazos, nuestra generación cometería para con las siguientes el más abusivo fraude, la más alevosa traición que es posible imaginar.

Las naciones no son contratos, rescindibles por la voluntad de quienes los otorgan: son fundaciones, con sustantividad propia, no dependientes de la voluntad de pocos ni muchos.

(…)

He aquí otra monstruosidad ideológica: se debe, con arreglo a esta teoría, conceder su estatuto a una región -es decir, aflojar los resortes de la vigilancia unitaria- cuando esa región ha adquirido suficiente conciencia de sí misma; es decir, cuando se siente suficientemente desligada de la personalidad del conjunto. No es fácil, tampoco ahora, concebir más grave aberración’.

(Falange Española, 19 de julio de 1934, www.castillaresiste.wordpress.com)

Visto lo visto, España, a mi modo de ver, es un claro reflejo de Dysnomia (o Disnomia), el espíritu que, en la mitología griega, personificaba el desorden civil y la ilegalidad.

‘Como los otros grandes males de la humanidad, Disnomia era hija de Eris, la discordia, sin que se atribuya padre alguno.

En su actuar era compañera de Adikia, la injusticia, de Ate, la ruina y de Hibris, la violencia.

Siendo su espíritu opuesto Eunomia, el orden cívico’.

(Wikipedia)

Pues, me parece claro que la legalidad, como define la constitución, emana del pueblo, e ir contra esa legalidad, contra el pueblo y, en nuestro caso, contra el pueblo catalán que quiere votar su futuro, es la máxima expresión del desorden civil. Mientras que el estado confunde los términos, y cree que el garante del orden civil es la guardia civil.

Disnomia es un término polisémico, y no debemos confundir la mitología griega con cierto trastorno del lenguaje (afásico) que hace que no seamos capaces de recordar el nombre de las cosas. Son diferentes los trastornos del lenguaje de los del habla.

‘Disnomia: dificultad para recordar algunas palabras, con pausas continuas e intentando subsanar el problema, mediante circunlocuciones o rodeos. Con ayudas fonológicas son capaces de encontrar la palabra adecuada (cuando se le dice la primera sílaba de la palabra)

(www.afate.es)

En definitiva, vemos que el pensamiento joseantoniano sigue plenamente vigente, por eso los poderes del estado, los legales, los ilegales y los alegales, defienden la irrevocabilidad de España, pues como ‘depósito sagrado’ debe proseguir por los siglos de los siglos, amén, y nadie puede atentar contra ese ‘destino en la universal’, ya que consideran que España no es un contrato ‘dependiente de la voluntad de pocos ni muchos’.

Y el rey Borbón es el máximo garante de ese pensamiento carpetovetónico, apoyado por la corte de corifeos que tiene como súbditos ayudantes, que le aplauden sus intervenciones, aunque sean ilegales, como sabemos los independentistas catalanes.

Por todo eso, debemos salir de esa cárcel ideológica. Debemos revocar esa irrevocabilidad impuesta. Debemos ser críticos. Debemos asumir nuestra libertad intelectual y sentimental, para poder implantar nuestra Eunomía (nuestro orden cívico). En caso contrario, seguiríamos siendo esclavos de la ‘disnómica’ España y de sus otros espíritus malignos: Adikia (injusticia), Ate (ruina) e Hybris (violencia).