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Memoria selectiva española: falta de respeto y de empatía.

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

En apoyo a nuestro compañero Marcel, primer condenado en la av. Meridiana

‘Quien controla el pasado, controla el futuro. Quien controla el presente, controla el pasado’. George Orwell (1903-1950)

Para conmemorar el primer aniversario del referéndum catalán del 1 de octubre del 2017, el grafista y pintor Eudald Serrasolses (Eudald Humà), un vecino del barrio de Sant Andreu del Palomar (Barcelona), nacido en 1926, autor de más de un millar obras, en buena parte depositadas en los Archivos de la Biblioteca de Catalunya, la Enciclopedia Catalana y en el Museo del Diseño de Barcelona, diseñó un mural representando una serie de personas con papeletas en la mano haciendo cola para votar. Lo acompañaba el resultado de la votación en ese colegio, la frase ‘aquí defendimos el derecho del pueblo a decidir’ y un lazo amarillo.

Los vecinos decidieron que el lugar para su ubicación debía ser delante de la Escuela Pública Mestre Gibert i Camins (calle Irlanda), ya que ese fue un local de votación el 2017, por lo que el autor lo realizó con la ayuda vecinal.

El texto del mural dice:

‘Aquí defendimos el derecho del pueblo a decidir:

4462 votos: 38, nulos; 123, blanco; 292, no y 4009, si.

Libertad presos políticos y exiliados. Amnistía’.

Siendo inaugurado el 1 de octubre del 2018.

Pero, a las pocas horas, el mural fue atacado, ya que fue borrado por la brigada de limpieza municipal. Hecho que fue recogido por algunos diarios locales (los unionistas y sistémicos, no, claro).

‘Críticas a Colau por borrar un mural de recuerdo al 1 de octubre del 2017, en un colegio de Barcelona:

Los CDR han denunciado este lunes que el Ayuntamiento de Barcelona, encabezado por Ada Colau, ha ordenado la retirada de un mural de recuerdo del 1 – O que algunos padres y madres de alumnos habían pintado el domingo en la fachada del Colegio Mestre Gibert i Camins, en el barrio de Sant Andreu.

‘Ni 24 horas, qué gran trato y respeto’, han protestado los CDR en un mensaje dirigido a la alcaldesa a través de Twitter, y acompañado de fotografías en las que se ve el antes y el después.

El mural consistía en una representación de una fila de personas con papeletas en la mano haciendo fila para votar. Lo acompañaba el resultado de la votación en ese colegio, la frase ‘aquí defendimos el derecho del pueblo a decidir’ y un lazo amarillo.

(www.elindependiente.com, 1 oct. 2018)

Y obviamente, el ataque fue criticado por diferentes partidos:

‘Operarios de la empresa municipal Barcelona Neta han borrado un mural sobre el 1 – O que habían pintado el domingo anterior, padres y madres, y también vecinos, en la escuela Mestre Gibdert, según ha denunciado ERC de Sant Andreu, con el siguiente tuit:

‘Queremos la misma diligencia para todos los servicios públicos que la mostrada hoy por Barcelona Neta, para borrar el mural conmemorativo que los padres, madres, vecinos y vecinas de Sant Andreu pintaron ayer delante del Mestre Gibert.’

(www.elnacional.cat, 1 oct. 2018)

‘La citada actuación municipal, fue denunciado por la presidenta del PDeCAT de Sant Andreu, Anna Satorra, a través de Twitter.

Después de las críticas, la regidora Laia Ortiz negó que hubiese ninguna orden política para borrar el mural. Ortíz lo atribuyó a una decisión de la brigada de limpieza, todo y que en estos casos el protocolo establece que primero los trabajadores de la limpieza han de recibir la autorización correspondiente.

Después de la polémica, el mural, que representa unas siluetas votando, fue repintado en la misma pared, pero ‘dos días más tarde, alguien pintó encima ‘Golpistas’, y arrancaron el lazo amarillo enganchado en el muro’

(www.liniaSantAndreu, 9 oct. 2018)

Los vecinos, padres y madres de los niños del colegio, repintaron el mural; pero a los pocos días volvió a aparecer afectado, habían arrancado el lazo amarillo y, con espray rojo, pintaron encima la palabra ‘golpistas’, justo encima de la fila de las siluetas que representaban a los votantes del referéndum.

En cuanto hace al lazo amarillo, el original estaba hecho con pintura en la pared, pero cuando los vecinos repintaron el mural, no pudieron volver a pintarlo. La sorpresa se la encontraron al día siguiente: alguien había enganchado uno en el muro. Dos días después, volvió a desaparecer.

Los vecinos que rehicieron la pintada afirmaron que: ‘este tipo de acciones eran previsibles y esperables’ (Beteve)

Los citados vecinos persistieron, y junto con el autor, lo repintaron de nuevo; pero meses después fue agredido de nuevo:

‘Atacan un mural del 1 – O en Sant Andreu: ‘Muerte a la democracia’

El mural que recuerda el 1 – O ha estado atacado este viernes con diversas pintadas donde se pueden leer mensajes como: ‘Muerte a la democracia’ y ‘Contra los nazis, organizados y puñaladas’. Además, también se pueden apreciar cruces que tachan las papeletas y urnas dibujadas en el mural.

El mural, diseñado por Eudald Serrasolses, ha sido atacado en diversas ocasiones, éste ha sido el tercer ataque recibido’

(www.elnacional.cat, 6 de set. 2019)

Restablecido de nuevo el mural, hace unos días ha vuelto a sufrir nuevas agresiones, ya que apareció tachado con pintura verde (el color propio de Vox, partido de extrema derecha; si bien, se desconoce su autoría).

Seguidamente reproduzco unos fragmentos de un artículo publicado ayer, en el que se efectúa una sinopsis de la historia de este mural:

‘Un mural del 1 – O se convierte en un símbolo de tenacidad:

Treinta de setiembre. Un grupo de vecinos de Sant Andreu del Palomar, pintan un mural conmemorativo del 1 – O, (…) La brigada de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona repinta la pared con una celeridad insólita, según los vecinos.

Explota la indignación y la polémica al barrio y las redes sociales. La regidora de Sant Andreu, Laia Ortiz, niega ninguna orden política y admite que ha fallado el protocolo, que prevé que antes de borrar un mural, se informe al consistorio. Los vecinos vuelven a pintar el mural aquella misma noche, pero el jueves apareció con una pintada roja diciendo ‘golpistas’

(…)

Por suerte, el autor del mural, el grafista Eudald Serrasolsas, vecino del barrio, de 92 años, se lo ha puesto fácil con un diseño ‘con figuras pensadas, dice, para que se puedan pintar fácilmente’

Y según admiten los defensores del mural, es muy posible que la operación de repintarlo lo hayan de repetir a menudo. Están dispuestos a hacerlo tantas veces como sea preciso. Por cabezonería, no será, dicen.

(Raül García i Aranzueque, El Punt Avui, 14 abril 2021)

Como podemos ver, algunos unionistas no toleran la libertad de expresión, y mucho menos aceptan la realidad del referéndum que efectuamos el 1 de octubre del 2017. Consideran que, como dijo Orwell (y que he recogido en la frase que he indicado al inicio de este escrito), que, controlando el presente, controlarán el pasado y el futuro.

Quieren borrar el presente, el mural, pretendiendo, de ese modo, borrar el pasado, la votación y la represión realizada aquel día. Craso error, lógicamente, pues la ciudadanía es resiliente, como vemos.

Otro gravísimo error cometido por los agresores del mural es efectuar esas fechorías delante de un colegio de párvulos y EGB, es decir, niños de hasta 14 años; niños que, junto con sus padres y madres, se dedican a repintar el mural. Si esa es la educación que los agresores quieren dar a los niños, si ese es el valor ético y moral que quieren impartirles, obviamente, es muy grave.

En cuanto se refiere a la actuación de la brigada de limpieza, el Ayuntamiento de Barcelona volvió a hacer de las suyas, repitiendo esa misma agilidad el pasado 8 de febrero, para borrar también el mural de Roc Blackblock, culpando, a la guardia urbana, que requirió a la brigada de limpieza la rápida eliminación, que la ejecutó en menos de 9 horas (una nueva muestra de diligencia extrema)

Esa pintada en la zona de las Tres Chimeneas, en Poble Sec (Barcelona), fue convocada por una quincena de grafiteros, para reivindicar la libertad del rapero Pablo Hasél, encarcelado por sus canciones criticando al rey emérito, por sus cuentas en el extranjero, presuntas comisiones, etc.

La utilización de ese espacio requiere unas normas, como es comunicarlo, y guardar ciertos límites éticos, por ejemplo, no reivindicando el nacismo, ni negando el holocausto.

En concreto, el mural que pintó Roc reflejaba la imagen del rey Juan Carlos I, con unas flechitas en la cara, unas de ellas aguantando un letrero en la frente, que ponía ‘ladrón’. Y al lado, los siguientes mensajes: ‘Hijo putativo de dictador. Asesino de elefantes. Chorizo. Parásito. Libertad Pablo Hasél’.

Como es lógico, las redes sociales divulgaron el mural eliminado y las críticas fueron numerosísimas, por eso:

‘El grafitero Roc comentó que ‘aquí se censura, reprime y tortura como en la dictadura.

El Ayuntamiento, finalmente se disculpó y ofreció a Blackblock los medios para volver a pintar. Desmarcándose del ofrecimiento, el artista ha creado una versión alternativa de la obra donde ha dibujado los bustos de Franco y el rey emérito, entre otros. A su lado, otros artistas han pintado también murales a favor de la libertad de expresión.

(…)

Blackblock atribuye el borrado de su pintada a que haya ‘temas intocables, como el ejército o la monarquía’ y aseguró que ‘alguien tomó la decisión’ de tapar su mural, más allá de que dentro del Consistorio haya ‘diversidad de opiniones al respecto’. ‘Este ya es un problema del Ayuntamiento, pero no el objeto de nuestra protesta’, comentó tras admitir que el gobierno municipal le ofreció costear su nuevo mural’

(kaosenlared.net, 23 febrero 2021)

Muchos no creemos en las casualidades, y menos, cuando vemos el nivel de dejadez que presenta la ciudad de Barcelona, con pintadas en muchos lugares y con muchos motivos, y permanecen, sin más, sin ningún problema.

Pero, sabemos que, como dice Roc, para Ada Colau y los Comunes, hay temas intocables, como la independencia, la monarquía y el ejército. Y en estos puntos se encuentran con la derecha y la extrema derecha.

Y también sabemos que Colau siempre intenta eludir sus responsabilidades, siempre encuentra culpables para todo, desde la Generalitat, y en este caso, la brigada de limpieza; y eso sí, siempre intenta ponerse todas las medallas, ya sean propias o ajenas.

Y evidentemente, si el protocolo de limpieza no está claro, que lo actualicen. No debe haber discrecionalidad censora.

Igualmente pasa con el autobús independentista fletado por la ANC (Assemblea Nacional Catalana), y que ayer la guardia urbana hizo desviar cuando estaba en la avenida de Roma (Barcelona), para apoyar la manifestación en ese punto, en el que también diariamente (pero sin cortar la circulación) se reúne el grupo denominado ‘Enriqueta Gallinat’, que ya expliqué en un anterior escrito.

A muchos nos parece evidente que por mucho que censuren, de una forma u otra, los mensajes, y mientras no maten a los mensajeros, seguiremos haciendo lo posible y lo imposible para recordar la represión, la falta de libertad, etc.

Por mucho que tachen ciertos murales o pongan todo tipo de problemas para impedir ciertas manifestaciones, no cambiarán la historia, pues una buena parte de la ciudadanía está empoderada, como se dice, aunque esta expresión no me gusta.

Los poderes unionistas quieren pasar página, y es comprensible, en ello va su futuro, sus privilegios, por eso quieren controlar el presente, siguiendo el mencionado mensaje de Orwell; pero es incomprensible que eso también intenten hacerlo algunos partidos independentistas, que pretenden bajar unos peldaños y limitarse a pactar con el estado que, como sabemos, nunca, y nunca es nunca, negociará un referéndum de independencia.

Está claro que a todos los niveles se precisa una gran empatía, pero con el significado actual, no con el original, pues el término ‘empátheia, en griego, significa pasión, afectado, emocionado. Galeno, en el siglo II d. C. le dio el valor de ‘dolencia o enfermedad’, pasando, por lo tanto, de estar expuesto a las pasiones a el estar enfermo.

En el siglo XX, la expresión empatía hace referencia a la habilidad cognitiva, emocional y afectiva, para ponerse en el lugar de otro, permitiendo ‘entender’ su situación emocional.

La falta de empatía deriva en comportamientos propios de la psicopatía y la personalidad antisocial. Y, evidentemente, cuando esta falta de empatía la tienen los máximos responsables de los diferentes poderes, se produce, mediante el efecto de los vasos comunicantes, el fluir de las peores actividades vía las cloacas del estado.

Evidentemente, la empatía también requiere un cierto control, ya que involucrarse totalmente, asumiendo los sentimientos y emociones de los otros, hasta el extremo de dejar de ser nosotros, también es patológico e invalidante.

Para concluir este escrito, está claro que la ciudadanía debemos asumir nuestro poder ante los abusos del estatus quo, ya sean los que he comentado, como el que publicó el actor Pep Cruz, en su tuit el pasado día 12:

‘Eran pasadas las 18.00 h, al SORLY de Marina 147. Compro por 24,29€. Pido para ir al WC. Tengo una urgencia, 72 años y alrededor, todo cerrado. Se niegan. Suplico. Se niegan. Apelo a su humanismo. Se niegan. No puedo más. Se niegan. SORLY en contra de la 3ª edad. Lloro.’

Este es el nivel de deshumanización al que hemos llegado y, tristemente, no podemos confiar con el estatus quo, ni en los partidos que cogobiernan o están en la órbita del poder central. Sabemos que Pedro Sánchez, sigue y seguirá la estela fijada por el sistema, conservando la España, ‘una, grande y libre’, ‘atada y bien atada’, como dijo el dictador y asesino Franco en su discurso de navidad de 1969, refiriéndose a su sucesión, en la monarquía y a la perpetuación de su ideología.

Y al usar el término atar, reflejó, claramente, que no había ni habría libertad. Y así seguimos, hasta que los independentistas catalanes nos decidamos cortar, de cuajo, el nodo gordiano, como hizo Alejandro Magno (356 a.C.- 323 a.C.) en el año 333 a.C., al cruzar el Helesponto.

Tomando ese nudo como metáfora, los independentistas catalanes tenemos claro que mediante negociaciones no desharemos el nudo, la única forma es la que adoptó Alejandro, cortándolo con la espada. Y así, nosotros debemos romper todas las amarras y navegar solos.

No podemos seguir asumiendo como inevitable que se vaya aplicando la represión, como, por ejemplo, la de esta semana, que han juzgado a un manifestante de la avenida Meridiana, acusado por unos hechos de hace más de un año (octubre del 2019), y por los que le piden un año y medio de prisión. Y que esa represión la efectúe la fiscalía del gobierno más progresista de la galaxia, como se autodenomina, no nos viene de nuevo, pero que sea la propia Generalitat, como acusación particular, la que apoye esa petición de prisión y pida 5000€ de indemnización al agente (cabo) presuntamente herido, no deja de ser vergonzante.

Lógicamente, los colectivos Alerta Solidària y Arran, que ejercen la defensa, han considerado ‘más que cuestionable el informe médico en el que se ha basado la petición, y han criticado que se fundamenta, exclusivamente, en la declaración del agente, quien afirmó que aún tiene molestias en el dedo a raíz de la lesión, por la que estuvo de baja diez días’. Y el juez ha desconsiderado tanto los argumentos del acusado, como los de un testigo suyo, denegado por ser su amigo. Vaya justicia, que siempre penaliza a la disidencia catalana.

Finalmente, la sentencia, promulgada esta mañana, condena a Marcel a un año y medio de prisión (que no hará, por no tener antecedentes) y a pagar 360 € de multa por el delito de lesiones, e indemnizar al agente herido con 1350 €.

Y esto me recuerda a las ‘miradas de odio (…) peores que en el más duro momento de la guerra contra ETA’ que la guardia civil argumentó repetidamente en el juicio farsa contra nuestros representantes políticos y sociales.

El argumento de que la Generalitat ‘defiende’ a sus funcionarios, tiene una cierta lógica, que abandonó, cuando le interesó, como el caso del exconseller Santi Vila. Pero, en el caso Marcel, el manifestante, pensar que, en un corte pacífico, un manifestante pueda lesionar a un mosso de la brimo (brigada móvil), que va ‘acorazado’, es inverosímil.

Y también es incongruente, cuando el propio expresindent Quim Torra dijo que ‘no aflojemos’, como nos recuerdan periódicamente, consellers en activo y los presos políticos en prisión o en el exilio.

Si vamos aletargando a nuestras respectivas conciencias, al final, pasará como explicó Martin Niemöller (1892-1984) en su famoso poema ‘Primero vinieron…’, que posteriormente popularizó Bertolt Bretch (1898-1956), y que no repetiré, pues ya lo he incluido un par de ocasiones en escritos anteriores, y, como sabemos, refleja, claramente, el tema de la cobardía y de la preservación de ciertos privilegios y, consecuentemente, la corresponsabilidad en los hechos.

Visto todo esto, los que nos manifestamos en la Meridiana seguiremos persistiendo, como hacen nuestros vecinos de Sant Andreu repintando el mural del colegio Mestre Gibert; moral no nos falta.

En caso contrario, si pasamos de todo, nos iremos deshumanizando, como señaló el actor Pep Cruz, y al final, veremos bien y asumiremos, no poder ni orinar, y así, iremos pasando página y olvidando todas las actividades realizadas en esta década histórica y, en definitiva, confirmaremos la irrevocabilidad de España, como señaló el pensamiento joseantoniano, fundador de la falange.

El resultado final de la situación en la que estamos depende de la mayoría silenciosa que se queda en casa, en el sofá, mirando la tele. En sus manos está el poder de decantar el fiel de la balanza hacia la irrevocabilidad o hacia la revocabilidad del estado español actual, en definitiva, de nuestro futuro dependiente o independiente.