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El sinsentido y el desatino del estado español

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, como hacían también sus predecesores, recurre habitualmente al ‘sentido de estado’, solicitándolo a todos los demás.

Es evidente que ese ‘sentido de estado’ se refiere al suyo, a su punto de vista, a su ideología, como si fuera generalizable transversalmente.

Y ese ‘sentido de estado’, Sánchez lo utiliza tanto para salvar a la corona, a la unidad del estado, a la lucha contra el independentismo catalán, en su ‘guerra contra el virus’ y, ahora, ante la amenaza de la extrema derecha (Vox) y los repetidos envíos de balas y navaja.

Pero claro, la hemeroteca no perdona, y recordamos claramente que, en el pasado mes de febrero, Pedro Sánchez sacó adelante los presupuestos generales ‘más progresistas’, gracias a la abstención de Vox (el PP había votado en contra). Por eso, en el congreso, Sánchez dijo a Pablo Casado (líder del PP) que:

‘Incluso Abascal le da lecciones de responsabilidad y sentido de estado’

(El País, 3 de febrero del 2021)

Y no debemos olvidar, tampoco, que:

‘Atresmedia ha convocado para el martes 23 a un gran debate electoral al PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos y Vox. Es el primer grupo (PSOE) en solicitar que participen candidatos de los cinco partidos que cuentan con mayor intención de voto, según todos los sondeos.

‘Los socialistas no tienen inconveniente en que Vox participe en los debates electorales. ‘No vamos a vetar a nadie, queremos hablar de política y cuantos más actos haya, mejor’, manifestó el secretario de organización y ministro de fomento, José Luís Ábalos, ‘En principio los socialistas no hacen ascos a un debate a cinco con Vox, en el que también participe Pedro Sánchez’

(amp.elmundo.es, 26 de febrero de 2019)

Decisión que no fue compartida por la junta electoral central, que:

‘Ha reclamado cambios para el debate electoral que ha organizado Atresmedia para la próxima semana y al que ha prometido acudir el presidente Pedro Sánchez, ya que considera que su diseño actual es contrario al principio de proporcionalidad porque la presencia de Vox no está justificada y debe mejorarse la compensación a las formaciones excluidas’

(amp.elperiodico.com, 16 de abril del 2019)

Pero Pedro Sánchez siempre hace prevalecer sus intereses personales y de partido, por delante de cualquier otro tipo de argumentaciones, incluso legales, ya que, por aquel momento Vox no tenía representación en el congreso, y por eso no debía participar en los debates. Y no pudo participar en TVE, pero, tramposamente, Pedro Sánchez ‘organizó’ otro en una cadena privada. Y todo ello con el objetivo partidista del PSOE de dividir a la derecha, de debilitar al PP, claro.

De este modo, el gran valedor de Vox, desde su origen, fue precisamente el PSOE de Pedro Sánchez.

Y de ‘esos polvos esos lodos’, como dice el refrán. Ese es el sinsentido / desatino de Pedro Sánchez que, a pesar de ello, camufla como ‘sentido de estado’.

Por eso, que ‘ahora’ el filibustero Pedro Sánchez considere un ‘sentido de estado’ hacer un cordón sanitario a Vox, no es más que una muestra de desatino, de sinsentido, como explico seguidamente, atendiendo a las definiciones del diccionario de la RAE, escogiendo las acepciones que son de interés para el tema de este escrito:

Sentido: Razón de ser, finalidad o justificación de algo.

Sentido de estado: Respeto profundo al modelo de convivencia que emana, por ejemplo, de la constitución española de 1978.

Sinsentido: Cosa absurda y que no tiene explicación.

Desatino: Dicho o hecho muy equivocado o desacertado, falto de tino, tiento, prudencia o acierto. Locura, despropósito o error.

Es preciso destacar que, atendiendo al significado de ‘sentido’ y ‘sentido de estado’, parece evidente que por razón de estado debe entenderse, claramente, que la razón de ser o finalidad ha de ser la convivencia, no la aplicación estricta y reductivista de la ley.

Por eso, la citada constitución española, en su artículo 1, determina:

1.     España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

2.     La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

3.     La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

Y en su artículo 2:

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Por lo que el objetivo primordial es el reconocimiento de la sociedad, en segundo lugar, la monarquía y en tercer lugar la unidad.

Ahora bien, cuando se toma como justificación del estado la forma del mismo, es decir, la unidad y la monarquía, por delante de los valores sociales y democráticos, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, se está cometiendo un fraude de ley, aunque se amparen en el concepto de ‘estado de derecho’.

Por lo tanto, cuando Pedro Sánchez y toda la derecha, subvierten los valores, como está pasando, vemos que el ‘sentido de estado’ al que se refieren, no deja de ser una estafa, pues significa poner la ley por encima de todo, incluso del pueblo; cuya voluntad es reprimida, precisamente por los partidos unionistas, que tienen secuestrado el congreso. Y la consecuencia es la que tenemos, que el estado español es un estado jurídico, legalista, leguleyo y policial; pero ni democrático ni social.

Por eso, el ‘sentido de estado’ de los unionistas, se ajusta más a la definición que el RAE da al ‘sentido acomodaticio’ (si bien, ajeno a la espiritualidad), pero lejos del ‘sentido común’, por lo que, si no fuera un tema grave, lo tomaríamos con ‘sentido del humor’.

En mi escrito de ayer comenté los conceptos ‘serendipia’ y ‘zadig’, que se pueden entender en el siguiente cuento Oriental:

Los tres príncipes de Serendip:

Hace mucho tiempo, vivió en Serendip, en el Lejano Oriente, un poderoso rey llamado Giaffar. Tenía tres hijos a los que amaba profundamente. El rey les dio la más delicada educación para que acompañaran a su poder todas las virtudes que son necesarias a un príncipe. Fueron adornados con la sabiduría y la maestría en las artes y alcanzaron el dominio de todas las ciencias. Aún así, su padre pensó que la sabiduría de los príncipes no estaría completa hasta que no caminaran por el mundo y conocieran a sus gentes, así que les hizo emprender un viaje.

En su camino se toparon con las huellas de un camello, a la vista de las cuales supieron deducir que el animal estaba cojo, ciego de un ojo, le faltaba un diente, llevaba a cuestas una mujer embarazada y, además, acarreaba miel en un lado y mantequilla en el otro.

Poco después, un mercader que había perdido el camello les preguntó por él, y ante la respuesta tan meticulosa de los tres príncipes, los acusó de habérselo robado.

Los príncipes fueron llevados a presencia del emperador Beramo. Éste les preguntó cómo pudieron saber con exactitud tantas cosas sobre el camello sin haberlo visto nunca y ellos le refirieron sus deducciones:

El camello había comido hierba del lado del camino en que este era menos verde, así que debía haber sido ciego de un ojo. Había a lo largo del recorrido montoncitos de hierba masticada, del tamaño del diente de un camello, que debieron caer por el hueco del diente que le faltaba a éste. Las huellas mostraban que arrastraba una pata, así que debía de ser cojo. Había hormigas en un lado del camino, atraídas por la mantequilla derretida, y moscas en el otro, comiendo la miel derramada. Junto a las huellas del lugar en que el camello se había arrodillado, estaban las de unos pies y, junto a ellos, orina de una mujer. Había también huellas de manos, por lo que supusieron que la mujer estaba embarazada y tuvo que apoyarse en sus manos al orinar.

El juicio fue interrumpido por el anuncio de que el camello había sido encontrado.

El emperador Beramo, encantado por la sabiduría de los tres hermanos, los despidió colmándolos de regalos y ellos siguieron sus aventuras’.

(www.yorokobu.es)

Como cité en mi escrito anterior, Serendip es el nombre persa de Sri Lanka, y el cuento es el origen de la palabra serendipity, serendipia, las casualidades afortunadas; término que Voltaire (François Marie Arouet, 1694-1778) recogió en su obra ‘Zadig’, y que fundamenta el método científico detectivesco (forma de obtener conocimiento de los hallazgos casuales, las coincidencias felices, es decir, de las serendipias), como explicó Thomas Henry Huxley (1825-1895) en su teoría de la ‘profecía retrospectiva’, abuelo de Aldous Leonard Huxley (1894-1963), autor de ‘Un mundo feliz’.

Y tristemente, la realidad del estado español está en las antípodas del anterior cuento, ya que aquí la monarquía lo tiene todo, menos la inteligencia y la empatía.

Pero, a pesar de todo, no falta el humor, como lo muestra un mensaje que corre por las redes sociales, ahora que la derecha madrileña centra su campaña electoral contra los ‘mena’ (menores no acompañados):

‘El 9 de noviembre de 1948, el ‘mena’ de origen italiano Juan Carlos llegaba a Madrid procedente de Lisboa. Tenía solo 10 años de edad, y vino acompañado de su hermano menor Alfonso, también italiano. Era la primera vez que pisaban suelo español. Hasta la fecha, aquel ‘mena’ fue el que más gasto ha supuesto para las arcas públicas’.

Vox ha puesto un gran cartel en el metro de Madrid, con la foto de una señora mayor y un joven camuflado, con el siguiente texto:

‘Un mena 4700 euros al mes

Tu abuela 426 euros de pensión/mes’

Y claro, ni la policía ni la fiscalía han visto delito de odio, por lo que no han ordenado retirar la valla publicitaria.

(Es importante señalar que el joven de la foto, que presentan como un ‘radical’ (por ir con capucha y un pañuelo), es un amigo del fotógrafo Ahnaf Piash, y se trata de un bangladesí de 20 años, estudiante de informática en la Universidad de Manitoba, Canadá. El autor de la fotografía, que había divulgado sus fotos, se ha mostrado indignado por el uso indebido de la imagen, y comentó que emprendería medidas legales, si bien con escasa posibilidad de éxito, ya que las colgó en las redes.

Pero es evidente que el humor solo sirve para hacer llevadera la situación, que no deja de ser lamentable, culpa de muchos serviles servidores de la monarquía, que han asegurado y acomodado a la familia Borbónica, sin ningún escrúpulo.

Andreu Barnils, en un artículo de ayer en Vilaweb, titulado ‘Màrius, el majordom’ (Mario, el mayordomo), explica la presentación del libro ‘El camarote del capitán’, de Màrius Carol, en el Círculo Ecuestre’ de Barcelona, acompañado de Xavier Sardà. Y tal como explica el articulista, Carol (director de La Vanguardia durante los años 2013-2020), hizo gala de su gran afinidad y confianza con el rey emérito, explicando anécdotas propias no de un mayordomo, sino de un simple criado.

Y esas fueron sus ‘virtudes’ para ser nombrado director de La Vanguardia, y desde ese puesto, intentar influir en la sociedad catalana, con sus diatribas anti-independentistas, claro. Así se cierran los círculos viciosos que debemos derruir.

Toda esa caterva de personajes son los verdaderos herederos del franquismo y de sus asimilados posteriores que, una vez alcanzado el poder, muestran sus peores fauces, como la alcaldesa Ada Colau, antes activista, pero, una vez llegada a la alcaldía de Barcelona, no ha hecho más que criticar todo activismo, entre otros, los cortes de la avenida Meridiana, aduciendo que somos unos pocos que perjudicamos a muchos. Pero, ahora, debe estar súper satisfecha con que apenas media docena de coches esté boicoteando nuestra manifestación.

Y si tuviera un mínimo de ética y de moral, nunca más debería abrir la boca para criticarnos, basándose en el número de manifestantes.

De todos modos, sabemos que la cantidad, si bien es importante, es menos relevante que la calidad, pues nosotros nos manifestamos por la amnistía de los políticos y representantes sociales encarcelados injustamente, mientras que los anti-cortes, se manifiestan contra nosotros, gritándonos, desde el coche ‘que así aprenderemos lo que es la democracia’.

Y precisamente, esa ‘democracia’ o su ‘democracia plena’ es la que no queremos sufrir más, ya que no es más que una copia de la ‘democracia orgánica’ franquista.

Pero esto es lo que tenemos, ya que, nosotros, por lo visto, somos los malos, los violentos, ya que los ‘mossos’ (policía autonómica) nos mantiene acordonados, mientras que los pocos ‘aplaudidores’ que están en la acera de enfrente, con su bandera española, no tienen ese cordón policial.

Por lo tanto, aquí, a nuestros políticos, también les hace falta una buena dosis de serendipia y de zadig, pues el colmo de los colmos es que al final, se doblegan a todo, ahora, por ejemplo, vacunando a los policías nacionales y guardias civiles, en sus propios cuarteles y con la vacuna Moderna, la mejor, destinada a las personas más vulnerables, que padecen graves enfermedades. UNA VERGÜENZA MÁS,Y VAN…