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Informe Global sobre Crisis Alimentarias advierte del preocupante aumento de la inseguridad alimentaria aguda en 4 países de Centroamérica y Haití

El Informe Global sobre Crisis Alimentarias advierte del preocupante aumento de la inseguridad alimentaria aguda en 4 países de Centroamérica y Haití 

11,8 millones de personas se encuentran en estado de inseguridad alimentaria aguda en El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Nicaragua. 

5 de mayo de 2021, Santiago de Chile – En 2020, la inseguridad alimentaria aguda aumentó significativamente en El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Nicaragua, con 11,8 millones de personas en estado de crisis o peor (fase 3 o superior de la clasificación integrada de la seguridad alimentaria, IPC), frente a los 8,1 millones de personas de 2019, según el Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias 2021 (GRFC, por sus siglas en inglés).  

De los cinco países, tres de ellos están clasificados como crisis alimentarias graves: Haití, Guatemala y Honduras. 

Las estimaciones de inseguridad alimentaria aguda de este año para Venezuela no se incluyen en el GRFC, ya que no se han facilitado nuevos datos desde 2019, cuando se informó de que 9,3 millones de personas, o el 32% de la población total, necesitaban asistencia alimentaria. Los datos parciales sugieren que la situación general puede haber empeorado en 2020. 

A nivel mundial, 155 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda y necesitan asistencia urgente (fase 3 de la IPC o superior) en 55 países y territorios en 2020, un nivel sin precedentes en comparación con las cinco ediciones anteriores del informe GRFC. 

Esto representa un aumento de 20 millones de personas en comparación con los 135 millones de 2019. En los 55 países y territorios cubiertos por la GRFC 2021, alrededor de 16 millones de niños menores de cinco años tenían retraso en el crecimiento. 

Principales causas detrás del aumento en América Central y Haití 

Los graves fenómenos meteorológicos de finales de 2020 afectaron a más de 8 millones de personas en toda América Central, impactando en zonas con inseguridad alimentaria que ya habían experimentado varios años de sequía, así como la reducción de los ingresos debido a las restricciones del COVID-19.  

Las repercusiones económicas de la pandemia aumentaron las vulnerabilidades preexistentes, precipitando una importante crisis económica y del mercado laboral.  

Más de tres cuartas partes de los hogares analizados en el Corredor Seco informaron de una reducción de los ingresos durante octubre-diciembre debido a la pérdida de empleo y a la baja rentabilidad de las actividades comerciales informales.  

Para 2021, se esperan niveles de inseguridad alimentaria aguda atípicamente altos para Haití, Guatemala, Honduras, El Salvador y probablemente Nicaragua.  

El Salvador | Guatemala | Haití | Honduras | Nicaragua 

En 2020, Haití se mantuvo entre las 10 peores crisis alimentarias mundiales. De agosto de 2020 a febrero de 2021, alrededor de 4,1 millones de personas estaban en crisis o peor (fase 3 de IPC o superior), lo que representa el 40 por ciento de la población analizada. La situación puede deteriorarse para junio de 2021 con 4,4 millones de personas en crisis o peor, si no se implementa una respuesta adecuada. 

En Guatemala, más de 3,7 millones de personas estaban en crisis o peor (fase 3 de la IPC o superior), de las cuales casi 428 000 personas estaban en emergencia (fase 4 de la IPC) en noviembre de 2020-marzo de 2021. En Honduras, alrededor de 2,9 millones de personas estaban en crisis o peor (IPC Fase 3 o superior), de las cuales 614 000 estaban en Emergencia (IPC Fase 4) en diciembre de 2020-marzo de 2021. 

En El Salvador, alrededor de 684 000 personas estaban en crisis o peor (IPC Fase 3 o superior), de las cuales 95 000 estaban en Emergencia (IPC Fase 4) en noviembre de 2020-febrero de 2021 (IPC, diciembre de 2020). En Nicaragua, alrededor de 400 000 personas estaban en Crisis o peor (IPC Fase 3 o superior) en septiembre-octubre de 2020.  

La inseguridad alimentaria en Venezuela sigue siendo muy preocupante 

Aunque no hay nuevas cifras disponibles para 2020, el informe de la GRFC afirma que el colapso económico y la pobreza que se ha generado, exacerbado por las restricciones del COVID-19, y la escasez de combustible han alimentado una crisis humanitaria ya grave en Venezuela. 

Existe una proporción importante de personas quienes tienen un problema de acceso económico para asegurar una alimentación adecuada. Además, se nota también una tendencia inquietante hacia una dieta menos diversificada con menor valor nutricional, lo que impacta al crecimiento de los niños y salud de las mujeres embarazadas y en lactancia.   

En 2019, Venezuela estuvo entre las 10 peores crisis alimentarias a nivel mundial, con 9,3 millones de venezolanos que necesitaron asistencia alimentaria de emergencia, lo que representa 32 por ciento de la población total. 

Efectos en la migración 

Según el informe de la GRFC, en Centroamérica, los años de sequía consecutiva, la pobreza y el deterioro del entorno de seguridad han llevado a unos 470 000 guatemaltecos, salvadoreños y hondureños a emigrar al extranjero hasta julio de 2020. 

Otras 319 000 personas en El Salvador y Honduras estaban desplazadas internamente a principios de 2020. La evolución de la crisis humanitaria en Venezuela probablemente seguirá fomentando la migración hacia el exterior; debido a la pandemia en curso y a las condiciones económicas regionales, alrededor de 5 millones de personas de toda la región afectadas por la crisis venezolana necesitarán asistencia de emergencia para su seguridad alimentaria en 2021.