Guadalajara y Jalisco son reconocidos por resguardar los más tradicionales símbolos que han dotado de identidad a todo México dentro y fuera del país, como el tequila, la música de mariachi y por supuesto, la charrería, considerada el deporte nacional.
La Asociación Nacional de Charros define la charrería como la práctica de la equitación a la usanza nacional y de las diversas formas de jaripeo, así como una de las tradiciones más representativas a nivel nacional, en la que se exalta el valor y la intrepidez del charro, además del brío y la estampa del caballo, todo esto enmarcados en una fiesta de música y color.
Las competencias en esta actividad deportiva pueden desarrollarse en distintas modalidades, bien sea individual o por equipos, o en distintas categorías en las que se realizan faenas y suertes, combinando equitación, jaripeo, actividades ecuestres y formas tradicionales de la ganadería.
El origen del traje de charro se remonta a la Nueva España cuando los nativos que trabajaban en el campo empezaron a montar a caballo y su vestimenta se utiliza como una herramienta más para realizar su trabajo. En la actualidad, quienes practican este deporte se rigen bajo estrictos reglamentos de indumentaria y tienen 3 tipos de traje: de faena, traje de media gala y el traje de gala.
La escaramuza charra es la mujer que se encuentra en el equipo de charrería, realiza actividades como coreografías a caballo acompañadas de música. Su vestuario, consiste en sombrero, botas, vestido, crinolina, rebozo, moño para el cabello, calzonera, vara, riendas, una espuela del lado izquierdo y montura.
El arte de La Charrería fue declarada en 2017 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).