Estoy bastante deprimido viendo la situación de la democracia española y la catalana.
La primera, la española, por su involución (desde la Segunda República), y eso lo demuestran las declaraciones de ayer de Alfonso Guerra, el que fue vicepresidente en el gobierno de Felipe González, diciendo que ‘Por dos veces, el rey Juan Carlos I fue el forjador de la democracia. ¿Lo anularemos todo por unas faldillas? Declaraciones vergonzantes, machistas, revisionistas, incultas, antihistóricas y amorales, que demuestran su nulo nivel ético (no hace falta recordar el papel de su gobierno en el caso terrorista del Gal)
En cuanto a la segunda, a la catalana, por las luchas cainitas entre los partidos independentistas, que, desoyendo el grito de ¡UNIDAD, UNIDAD!, que se volvió a repetir ayer en la Plaça de Sant Jaume (Barcelona), en una manifestación convocada por la ANC, siguen en sus trece.
No quiero enrollarme más, pues son de sobra conocidos mis pesares, por eso, creo que es útil leer las dos siguientes fábulas, y que cada lector saque sus propias conclusiones:
Pensando en la situación española:
‘Un lobo democrático.
Un lobo feroz recorriendo hambriento los campos, llegó a un prado cercado por una valla altísima de red metálica. Y dentro del recinto pacían tranquilas las ovejitas.
El lobo recorrió todo el cercado para descubrir alguna malla que por casualidad se hubiera aflojado en la red, pero no encontró ningún agujero. Cavó con las atas para intentar hacer un hoyo en la tierra y pasar bajo la red, pero todo esfuerzo fue vano. Probó saltar la red, pero no conseguía llegar siquiera a la mitad de ella. Entonces se presentó en la puerta del recinto y gritó: ‘¡Paz!, ¡Paz!, ¡Todos somos criaturas de Dios y debemos vivir según las leyes de Dios! Las ovejitas se acercaron, y entonces el lobo dijo con voz inspirada: ‘¡Viva la legalidad!, ¡Acabe de una vez el reinado de la violencia!, ¡Hagamos una tregua!
¿Bien!, contestaron las ovejitas. ¡Hagamos una tregua! Y volvieron tranquilamente a comer el pastito.
El lobo se acostó delante de la puerta del recinto, muy buenito y allí se quedó entreteniéndose en cantar alegremente. De vez en cuando se alzaba e iba a comer el pasto que estaba al pe de la red metálica.
¡Uh, mira qué cosa!, dijeron asombradas las ovejas. ¡También él come pasto como nosotras! Nunca nos habían dicho que los lobos comen pasto’.
‘¡Yo no soy un lobo!, contestó el lobo. Yo soy una oveja como ustedes. Una oveja de otra raza’. Luego explicó que las ovejas de todas las razas debieran unirse, hacer causa común.
‘¿Por qué?, dijo al fin. ¿Por qué no fundamos un Frente Ovino Democrático y le denominamos Movimiento Ovino Renovador y Estandarizador de las Normas Animales, o con sus iniciales ‘MORENA’? Y acepto con gusto, y aunque la idea no es mia, no pretendo ningún puesto de mando. Es hora de unirse para hacer causa común contra el común enemigo que nos esquila, nos roba la leche y después nos manda al matadero’
¡Qué bien habla!, observaron algunas ovejas. ¡Hay que hacer causa común! Y se adhirieron al Frente democrático Ovino, ‘MORENA’, y un buen día abrieron la puerta al lobo, que entró en el cercado, y vuéltose jefe del pequeño rebaño, empezó, en nombre de la Idea, la depuración de todas las ovejas antidemocráticas, y las primeras que cayeron bajo sus colmillos fueron, naturalmente, las que le habían abierto la puerta. Al fin la obra de depuración concluyó, y cuando no quedó ni una oveja, el lobo exclamó triunfalmente: ‘¡Mirad, por fin a todo el pueblo unido y acorde!, ¡Vamos a democratizar otro rebaño!
Guareschi, Giovanni. ‘La vuelta de don Camilo’ (La penitencia). Pág. 25/26. Kraft. Buenos Aires, 1955.
(https://sacerdote-eterno.blogspot.com)
Pensando en la situación catalana actual:
El duende: Una fábula de la democracia.
Había una vez una familia que vivía en una casa grande y bonita. Aunque tenía algunos problemas -¿quiénes no los tienen?- sus miembros eran respetados por sus vecinos y gozaban de una relativa prosperidad. Salían a la calle a sus quehaceres, y decidieron con bastante claridad sobre sus negocios y otras ocupaciones. En la casa siempre se oían risas y música.
Pero entonces vino a la puerta un duende; tocó y le dejaron entrar. El duende dijo:
¿Uds. no sabían que hay enemigos por todas partes? ¡Cierren las ventanas!, ¡Pongan cadenas en las puertas!
Y la familia se asustó, y dijeron: ¿Qué haremos?
Y el duende dijo: ‘Yo les protegeré’
Y se calmaron, y preguntaron: ‘¿Ud. nos puede proteger para siempre?’
Y el duende les aseguró: ‘Claro que sí. Sólo que de ahora en adelante tienen que confiarme todos sus asuntos. Y decidiré por Uds.’
La familia estaba aliviada. Se juntaron alrededor de la mesa del comedor y discutieron cómo entregarle todo el poder de decisión de allí en adelante a su protector. Pero después dejaron de salir a realizar sus ocupaciones anteriores. Se quedaban en casa, mirando asustados por la ventana, mientras el duende se ocupaba de todo.
Se volvían viejos y arrugados, pasando en silencio y con cuidado de cuarto en cuarto para no molestar al duende que ahora tenía muchas responsabilidades. A nadie se le ocurría ni preguntarse sobre sus actividades.
Las risas desaparecieron. En su gran seguridad dejaron de elegir su propio destino. Estaban felices.
(https://reflexiones4-karen.blogspot.com)
Es preciso resaltar que el ejercicio de la democracia, a todos los niveles, es complejo, ya que, salvo que se trate de mayorías absolutas puntuales, siempre se ha de negociar, no hay otra. Se requiere diálogo para llegar a los pactos.
Y eso no es fácil, como vemos en nuestro minúsculo grupo asambleario de la avenida Meridiana, ya que nos falta flexibilidad para saber gestionar los temas cotidianos; y si es difícil no habiendo otros intereses ajenos ni inconfesables, cuando sí que los hay, pasa lo que pasa, claro.
De todos modos, es importante señalar que esta mañana se ha filtrado que parece ser que se ha llegado a un acuerdo entre Pere Aragonès (ERC) y Jordi Sánchez (Junts) para formar gobierno; y que dentro de unas horas harán una rueda de prensa para informar. Así que, bien venido el acuerdo, si al final se confirma.
Nota final a Joan Tardà i Coma (ERC):
En la manifestación de ayer convocada por la ANC, participaron diferentes colectivos, entre ellos, el del corte de la avenida Meridiana. Y nuestro representante del movimiento de la Meridiana, Félix, llevaba una camiseta amarilla con un dibujo en el que se veía a Gabriel Rufián (ERC) en la postura y acción del ‘caganer’ (figura típica de los pesebres catalanes).
Pues bien, a Tardà le faltó tiempo para protestar en twitter, diciendo:
‘Como miembro de la ANC me hace vergüenza que se permita tanta zafiedad y tanto sectarismo’.
Es una vergüenza que cometa tantos errores con tan pocas palabras, ya que la ANC es apartidista, y, lo que es más importante, la libertad de expresión es un derecho fundamental, que debe aceptar. Y, al no hacerlo, muestra su escaso nivel democrático, que recuerda al lobo de la fábula anterior. Y, lo que es ciertamente vergonzosa, es su declaración diciendo que, aunque Pedro Sánchez no conceda el indulto, le seguirán apoyando.
Como es lógico, las redes se han incendiado, muchas con comentarios negativos respecto a la citada camiseta, pero otros muchos a favor, ya que denota un pensamiento compartido por muchos.
Y la democracia se basa en la libertad de expresión, es uno de sus pilares. Y, gusten o no algunas opiniones, deben aceptarse deportivamente. En caso contrario, se demuestra un escaso nivel democrático.
Tenía razón Jordi Cuixart, debemos dejar de insultarnos, pero no de criticarnos.
Así que, como cantaba Lluís Llach:
‘Compañeros, no es eso, (álbum ‘el meu amic el mar’. 1978)
No era eso, compañeros, no era eso
por lo que murieron tantas flores
por lo que lloramos tantos anhelos
es preciso ser valientes otra vez
y decir no, amigos míos, no era eso.
No es eso, compañero, no es eso
ni palabras de paz con garrotes
ni el comercio que se hace con nuestros derechos
derechos que son, que no hacen ni deshacen
nuevos barrotes con forma de leyes.
No es eso, compañeros, no es eso
nos dirán que ahora es preciso esperar
y esperamos, seguro que esperamos
es la espera de los que no nos paramos
hasta que no sea preciso decir: no es eso.
No es eso, compañeros, no es eso
por lo que murieron tantas flores
por lo que lloramos tantos anhelos
es preciso ser valientes otra vez
y decir, amigos míos, no es eso.
No es eso, no, compañeros, no es eso’.