El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su catálogo de enfermedades mentales, por lo que la fecha fue establecida, años después, como el Día Internacional contra la Homo, Lesbo, Bi y Transfobia, con el objetivo de visibilizar y denunciar las múltiples violencias que la población LGBTTTI+ enfrenta de manera cotidiana en los distintos espacios y estructuras socioculturales, debido a los prejuicios y estigmas vinculados con su orientación sexual, expresión o identidad de género.
A pesar de los continuos avances en la protección de los derechos humanos a nivel internacional y nacional, el odio contra personas gays, lesbianas, bisexuales, travestís, transexuales, transgénero, intersexuales, queer o no binarias persiste al interior de las familias, la escuela, el trabajo, la calle, la política, el gobierno, las leyes, la religión, los medios de comunicación, la internet, la ciencia, el deporte, el arte, el entretenimiento, la cultura o el lenguaje.
Porque aunque en México, el artículo 1° de la Carta Magna prohíbe la discriminación por cualquier característica de la personalidad, un beso entre una pareja del mismo sexo en un espacio público sigue siendo motivo para una detención arbitraria por parte de la policía, ser una persona trans parece causa suficiente para que se cuestione su identidad y se someta a una “terapia de conversión” o, peor aún, vivirse abiertamente como una persona LGBTTTI+ se mantiene como justificación para ser asesinada.
La homo, lesbo, bi y transfobia no son un invento, como sugieren algunos discursos, representan la lastimosa realidad cotidiana en un país donde los crímenes de odio permanecen con altos niveles de impunidad, uno en el que solo la Ciudad de México y el Estado de México cuentan con leyes para prohibir y sancionar las “terapias de conversión”, en el que en un tercio del territorio
nacional sigue sin reconocerse el matrimonio igualitario, donde solo 13 estados cuentan con normativas relacionadas a la identidad de género o en el que grupos ultraconservadores buscan cercenar libertades y restringir derechos.
Hoy vemos con preocupación, el aumento de discursos de odio provenientes de distintos sectores y movimientos sociales que descalifican, estigmatizan, minimizan e invisibilizan a las personas LGBTTTI+ con argumentos falsos, supuesta supremacía moral e ideas sectarias, cuyo único fin es justificar su aberrante y repulsiva violencia.
Por ello, desde esta palestra, rechazamos y condenamos enérgicamente las declaraciones y posturas de toda aquella persona, grupo o institución que promuevan cualquier acto, cuyo fin sea la negación, el menoscabo y la anulación de las prerrogativas fundamentales de otras personas por ser quienes son o por amar a quien aman.
De la misma manera, en el marco del actual proceso electoral, hacemos un llamado urgente a los partidos políticos, candidatas y candidatos, a nivel local y federal, especialmente del Estado de México, a incorporar acciones afirmativas, programas, políticas públicas, iniciativas de leyes, entre otras, en sus propuestas y plataformas, centradas en la atención de las problemáticas y necesidades particulares de las personas LGBTTI+. No es una concesión ni un favor; es una exigencia ciudadana, al margen de colores o ideologías.
Las campañas se van a terminar, pero el movimiento LGBTTTI+, no. Los comicios concluirán, pero a quienes alcancen un cargo de elección popular, les exigiremos que cumplan con lo que mandatan los ordenamientos jurídicos internacionales, nacionales y locales para proteger la vida de todas las personas y garantizar el acceso pleno a sus derechos humanos. La democracia no existe sin nosotras.
No pedimos limosnas ni privilegios. No nos conformamos con acciones a medias o concesiones; el acceso a la justicia, la no discriminación y el trato igualitario no permite obstáculos o peros de por medio. En tanto las personas LGBTTTI+ no tengamos acceso pleno a nuestros derechos o sigamos siendo asesinadas, seguiremos peleando para que el Estado deje de ser omiso ante el tema.
Alzamos la voz para exigir al gobernador de la entidad, Alfredo Del Mazo Maza, a la LX Legislatura del Estado de México, al Poder Judicial, a los órganos autónomos, medios de comunicación, partidos políticos, instituciones educativas, empresas y organizaciones religiosas, a actuar de inmediato, a dejar de permitir la discriminación sistematizada en nuestra contra. Manifestamos nuestro hartazgo ante la displicencia de sus palabras, omisiones y acciones que vulneran nuestra integridad o ponen en riesgo nuestra vida.
A las diputadas y diputados locales, particularmente a quienes buscan la elección, a pesar de que este año, es la primera ocasión en que se conmemora el Día Estatal contra la Homo, Lesbo, Bi y Transfobia, siguen avalando la creación de una ciudadanía de segunda porque leyes, como el matrimonio igualitario o el reconocimiento a la identidad de género no han sido avaladas. Su actuar, por decir lo menos, ha sido hipócrita, pese algunos avances, como la prohibición de las “terapias de conversión”. Por cada segundo que pase y sigan perpetuando leyes discriminatorias, les hacemos responsables de la vida de cada persona LGBTTTI+ que es vulnerada.
Acabar, prevenir y sancionar la homo, lesbo, bi y transfobia implica esfuerzos colectivos, la responsabilidad para reconocer dichas actitudes, incluso frente al espejo, conlleva eliminar los prejuicios de la cisheteronormatividad. No toleramos ni debemos seguir permitiendo que exista la discriminación como regla perpetúa e inamovible. Las personas LGBTTTI+ no somos una burla, chiste, cuota ni moneda de cambio. Tampoco somos estrategia mercadotécnica o grupo minoritario. Somos personas y, por ende, sujetas de derechos.
Asumamos la responsabilidad para reconocer y destruir desde adentro el odio, para visibilizar a quienes no tienen voz, para diseñar acciones prioritarias a personas LGBTTTI+ que son niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, indígenas con discapacidad, migrantes, en situación de calle, privadas de la libertad o que tengan otra característica que les coloque en un lugar de mayor vulnerabilidad.
La homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia no tienen cabida en el presente ni el futuro. Combatiremos por quienes nos antecedieron, por las futuras generaciones y por la dignidad de nuestras vidas. Defenderemos férreamente las libertades que nos pertenecen. La lucha continúa. Nos han quitado todo que hasta el miedo nos arrebataron. Nunca más permaneceremos en el clóset del silencio. Las personas LGBTTTI+ seguiremos peleando por orgullo.
ATENTAMENTE
FUERA DEL CLÓSET A.C.