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Catalunya ni olvido ni perdón

Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

Desde el pasado octubre del 2017, que los catalanes tuvimos la valentía democrática de votar si queríamos o no, la independencia de Catalunya (y ganamos los independentistas), la represión que estamos sufriendo no ha parado ni un momento, no ha perdido su velocidad de crucero, de forma implacable van aplicándola, sin pudor ni vergüenza (ni ética, ni moral, pero eso hace décadas que la perdieron, desde la Segunda República española).

Ahora ya son más de 3860 los independentistas imputados. Y la INjusticia española busca su ruina económica familiar, ya que las multas que se van imponiendo son millonarias.

Ante esta situación, los independentistas deberíamos movilizarnos, ya que no podemos aceptar ese tsunami represivo.

No podemos aceptar que los indultos parciales que pueda aprobar el gobierno de Pedro Sánchez, si finalmente se atreve a aceptarlo, ya que muchos de los ‘varones’ de su partido le aconsejan que no lo haga, ya que les haría perder votos. Ese es su nivel ético y moral, pues sólo tienen en cuenta sus propios intereses. Y eso es vergonzoso. Pero, no olvidemos que Pedro Sánchez, el oportunista pragmático, se ve obligado a aprobar los indultos, aunque sea descafeinándolos, si quiere tener sus dos últimos años de legislatura ‘asegurados’, y con los correspondientes presupuestos generales aprobados.

Ese indulto parcial, está revolucionando a los nacionalistas españoles, pues les hace segregar sus peores bilis negras, fomentadas por el tripartito de derechas y sus medios de comunicación estatales.

Y esos nacionalistas españoles, ahora, están envalentonados, claro.

Nosotros lo vemos a diario en nuestra manifestación en la avenida Meridiana. Manifestación que estos días no podemos hacer en el lugar habitual, ya que ellos habían comunicado una manifestación rodada anónima, con coches sin ningún distintivo y silenciosa (así sumaban a todos los coches que pasaban).

Pero, esta vez, para evitar caer en su trampa, y quedarnos reducidos en una placeta, rodeados de ‘mossos d’esquadra’ (policía autonómica), decidimos comunicar un corte en otro punto de la misma avenida. Y ayer vimos que, por hacerlo así, el corte fue más efectivo, ya que provocamos un colapso circulatorio mayor. Y, ellos, quedaron en evidencia, ya que no vimos circular apenas ningún coche, pues los que querían salir de Barcelona, lo hacían por rutas alternativas.

Pero ayer vimos que, al efectuar nuestro corte en un punto más alejado del centro, a medio kilómetro del punto habitual, se perjudicaba la circulación de autobuses, por lo que muchos pasajeros, ajenos a la manifestación, debían andar un tramo. Y, claro, como todos somos muy cómodos, y nos disgustan las incomodidades y reveses, al pasar andando por nuestro punto, nos insultaban.

Ese fue el gran ‘triunfo’ del movimiento ‘Meridiana sin cortes’, acabar perjudicando más a la ciudadanía.

Mientras que, por nuestra parte, pudimos realizar, tal como estaba previsto, un acto reivindicativo y pedagógico con el apoyo de los compañeros del Consell per la República y activistas de Poble Lliure.

Como comenté ayer, ésta es la ilógica administrativa, funcionarial, que permitió esa manifestación en nuestro punto habitual, desde hace 544 días. Y, como pregunté en mi escrito de ayer, ¿cómo se puede autorizar una manifestación ‘fantasma’, con el único objetivo de impedir la nuestra?, en ese caso, ¿nosotros podríamos solicitar una en Madrid, y no asistir?

Tenemos claro que debemos resistir, pues resistir es vencer (como dijo Juan Negrín López (1892-1956), presidente de la Segunda República española)

Máxime cuando vemos que los nacionalistas españoles, envalentonados por los diferentes poderes del estado, desde el rey a la judicatura, la policía, militares, etc., no cejan de aplicar su represión destructora. Ellos no saben construir, como nosotros, pues siempre van a la contra, a destruir.

Claro que en su simpleza, dirán que nosotros queremos destruir su estado, pero eso es un falso dilema, ya que no es suyo, claro.

Un ejemplo fue la contramanifestación suya, ya comentada, pero, también, en el mismo barrio de Sant Andreu de Barcelona, vimos que de nuevo vandalizaron, destruyeron, el mural del pintor, vecino del barrio, Eudald Serrasolses (Eudald Humà), que ya cité en un artículo de mediados del pasado mes de abril, titulado: ‘Memoria selectiva española: falta de respeto y de empatía’.

Los vecinos decidieron que el lugar para la ubicación de ese mural debía ser delante de la Escuela Pública Mestre Gibert i Camins (calle Irlanda), ya que ese fue un local de votación el 2017, por lo que el autor lo realizó con la ayuda vecinal.

El mural representa una serie de personas con papeletas en la mano haciendo cola para votar. Lo acompañaba el resultado de la votación en ese colegio, la frase ‘aquí defendimos el derecho del pueblo a decidir’ y un lazo amarillo.

El texto del mural dice:

‘Aquí defendimos el derecho del pueblo a decidir:

4462 votos: 38, nulos; 123, blanco; 292, no y 4009, si.

Libertad presos políticos y exiliados. Amnistía’.

Siendo inaugurado el 1 de octubre del 2018.

Y tal como expliqué en mi escrito, a las pocas horas, el mural fue atacado, ya que fue borrado por la brigada de limpieza municipal. Hecho que fue recogido por algunos diarios locales (los unionistas y sistémicos, no, claro).

‘Críticas a Colau por borrar un mural de recuerdo al 1 de octubre del 2017, en un colegio de Barcelona:

Los CDR han denunciado este lunes que el Ayuntamiento de Barcelona, encabezado por Ada Colau, ha ordenado la retirada de un mural de recuerdo del 1 – O que algunos padres y madres de alumnos habían pintado el domingo en la fachada del Colegio Mestre Gibert i Camins, en el barrio de Sant Andreu.

‘Ni 24 horas, qué gran trato y respeto’, han protestado los CDR en un mensaje dirigido a la alcaldesa a través de Twitter, y acompañado de fotografías en las que se ve el antes y el después.

El mural consistía en una representación de una fila de personas con papeletas en la mano haciendo fila para votar. Lo acompañaba el resultado de la votación en ese colegio, la frase ‘aquí defendimos el derecho del pueblo a decidir’ y un lazo amarillo.

(www.elindependiente.com, 1 oct. 2018)

Y obviamente, el ataque fue criticado por diferentes partidos:

‘Operarios de la empresa municipal Barcelona Neta han borrado un mural sobre el 1 – O que habían pintado el domingo anterior, padres y madres, y también vecinos, en la escuela Mestre Gibdert, según ha denunciado ERC de Sant Andreu, con el siguiente tuit:

‘Queremos la misma diligencia para todos los servicios públicos que la mostrada hoy por Barcelona Neta, para borrar el mural conmemorativo que los padres, madres, vecinos y vecinas de Sant Andreu pintaron ayer delante del Mestre Gibert.’

(www.elnacional.cat, 1 oct. 2018)

‘La citada actuación municipal, fue denunciado por la presidenta del PDeCAT de Sant Andreu, Anna Satorra, a través de Twitter.

Después de las críticas, la regidora Laia Ortiz negó que hubiese ninguna orden política para borrar el mural. Ortíz lo atribuyó a una decisión de la brigada de limpieza, todo y que en estos casos el protocolo establece que primero los trabajadores de la limpieza han de recibir la autorización correspondiente.

Después de la polémica, el mural, que representa unas siluetas votando, fue repintado en la misma pared, pero ‘dos días más tarde, alguien pintó encima ‘Golpistas’, y arrancaron el lazo amarillo enganchado en el muro’

(www.liniaSantAndreu, 9 oct. 2018)

Los vecinos, padres y madres de los niños del colegio, repintaron el mural; pero a los pocos días volvió a aparecer afectado, habían arrancado el lazo amarillo y, con espray rojo, pintaron encima la palabra ‘golpistas’, justo encima de la fila de las siluetas que representaban a los votantes del referéndum.

En cuanto hace al lazo amarillo, el original estaba hecho con pintura en la pared, pero cuando los vecinos repintaron el mural, no pudieron volver a pintarlo. La sorpresa se la encontraron al día siguiente: alguien había enganchado uno en el muro. Dos días después, volvió a desaparecer.

Los vecinos que rehicieron la pintada afirmaron que: ‘este tipo de acciones eran previsibles y esperables’ (Beteve)

Los citados vecinos persistieron, y junto con el autor, lo repintaron de nuevo; pero meses después fue agredido de nuevo:

‘Atacan un mural del 1 – O en Sant Andreu: ‘Muerte a la democracia’

El mural que recuerda el 1 – O ha estado atacado este viernes con diversas pintadas donde se pueden leer mensajes como: ‘Muerte a la democracia’ y ‘Contra los nazis, organizados y puñaladas’. Además, también se pueden apreciar cruces que tachan las papeletas y urnas dibujadas en el mural.

El mural, diseñado por Eudald Serrasolses, ha sido atacado en diversas ocasiones, éste ha sido el tercer ataque recibido’

(www.elnacional.cat, 6 de set. 2019)

Pues bien, hace unos días, en este mes de mayo, los vecinos decidieron repintar de nuevo el mural y, como era de esperar, a las pocas horas, de nuevo fue vandalizado, destrozado, por las fuerzas nacional-españolistas.

Destrucción que hacen por la noche, claro, esa es su valentía democrática.

Realmente es una pena que los nacional-españolistas den esa lección antidemocrática a la infancia y a la juventud, ya que el mural está delante de un colegio. Y en la actividad de repintado, colaboran los alumnos con sus padres.

Está claro que por ese repintado permanente, ellos consideran que adoctrinamos a nuestros hijos; pero cuando tienen el poder, como en la comunidad autónoma de Murcia, el PP y Vox han impuesto que en las clases tengan una foto del rey, una bandera española, y se toque el himno nacional. Pero, claro, eso no lo consideran adoctrinar.

Yo recuerdo que, de pequeño, en el colegio, nos hacían formar antes de entrar a las clases, y cantábamos el ‘Cara al sol’ (himno de la falange), ya que el himno de España no tiene letra. Así que estamos volviendo muchas décadas atrás. Esa es la concepción de su España inmortal.

Por todo esto, estamos convencidos que no podemos normalizar la represión, ni apoyar ninguna medida que represente pasar página de lo que hemos hecho y vivido esta década. Por eso, agradecemos posturas claras e inequívocas, como la de la presidenta del Parlament de Catalunya, Laura Borràs, que ayer renunció a la invitación para asistir a la fiesta de las fuerzas armadas.

En mi escrito de ayer ya comenté que no podemos normalizar ni aceptar discursos, aparentemente ‘angelicales’, como el del nuevo jefe de la guardia civil en Barcelona. No somos tan ilusos.

Seguidamente reproduzco la carta de la citada Laura Borrás, pues me parece muy clara y didáctica, para el que quiera entender (y que he traducido del catalán):

Del: Parlament de Catalunya, Laura Borràs i Castanyer, Presidenta.

A: Excm. Sr. Fernando Aznar Ladrçón de Guevara, Inspector General del Ejército español.

He recibido su invitación al acto conmemorativo del día de las fuerzas armadas españolas, que se celebrará el próximo 29 de mayo, en el cuartel del Bruc de Barcelona.

El año 2017, Catalunya protagonizó un ejercicio de autoafirmación democrática sustentado y legitimado en la razón de ser de toda sociedad que se pretenda democrática: dar la voz a sus ciudadanos para que sean ellos de forma directa que decidan su futuro como sociedad, como comunidad de personas libres, como pueblo, como nación. Este reto democrático nos pedía a todos y a cada uno de nosotros estar a la altura. Lo pedían a los ciudadanos, pero también a las instituciones: tanto a las catalanas como a las españolas.

Desgraciadamente, el discurso que Felipe VI de Borbón, que también es jefe de las fuerzas armadas, hizo el 3 de octubre no fue la que reclamaban aquellos momentos históricos. No solo no cumplió su función de arbitrar el conflicto, sino que aplaudió e incluso alentó la represión contra los ciudadanos que libremente habían ejercido nuestro derecho de decidir nuestro futuro como hombres y mujeres libres. Aquel día, el jefe del ejército español puso esta institución contra la ciudadanía de Catalunya. Aquel día la Monarquía se puso del lado de una concepción nacional excluyente de España y dio soporte a ideales políticos pretéritos y antidemocráticos.

Asimismo, no querría dejar pasar la ocasión para reclamar, una vez más, que si realmente quieren hacer algún gesto hacia los ciudadanos de Catalunya, empiecen por abandonar las instalaciones del cuartel del Bruc y cedan este espacio a quien realmente se lo merece: losd ciudadanos de Barcelona y de Catalunya.

Como presidenta del Parlament de Catalunya no puedo aceptar esta posición del jefe del estado. Presido la institución que es sede de la soberanía popular de Catalunya y, como tal, me debo a la ciudadanía que nos ha dado su confianza. Por lo tanto, declino su invitación al acto conmemorativo del día de las fuerzas armadas españolas.

Reciba un cordial saludo.

Firmado, la Presidenta.

Palau del Parlament: 27 de mayo del 2021.

Como decía, eso es un ejemplo de transparencia, de ética y moral, ya que Laura Borràs, de ese modo, fue coherente con el 52% de los votantes independentistas.

En esa misma línea, a la toma de posesión del jefe de la guardia civil, que comenté ayer, no asistió ningún representante de la Generalitat, pero, ‘curiosamente’ sí del mayor de los ‘mossos d’esquadra’, Josep Lluís Trapero, y del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle.

Realmente lo de ‘curiosidad’ es una forma suave de etiquetarlo.

Estoy totalmente de acuerdo con Borràs, pues esa es una forma de confrontarnos con el estado, igual que nuestras manifestaciones diarias, o la decidida voluntad de nuestros vecinos de repintar, cuantas veces haga falta, el mural que nos destrozan los nacional-españolistas.

Y esa es la línea que consideramos la adecuada, no la de intentar suavizar la situación, primando la economía y no sé cuántas cosas más, pues siempre habrá urgencias a las que atender y que ‘justificarán’ la demora del debate de lo sustancial: la amnistía y el referéndum de determinación acordado.

Y todo lo que no sea eso, será un engaño, una pérdida de tiempo, pues si bien en el siglo pasado se decía ‘España, antes roja que rota’, ahora tenemos claro que ‘es antes masacrada que rota’