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La figura de Hernán Cortés y la Conquista de México-Tenochtitlan siguen siendo problemáticos para los mexicanos

En su conferencia en El Colegio Mexiquense, el historiador Rodrigo Martínez Baracs, destacó la importancia de las alianzas indígenas contra los mexicas, la epidemia de viruela y la evangelización

La caída de México-Tenochtitlan y la figura de Hernán Cortés siguen provocando polémica quinientos años después y son problemáticos para los mexicanos, pese a que la conquista como tal llevó años, hasta que fueron dominados los pueblos de todo Mesoamérica, el norte y el sureste, afirmó el historiador Rodrigo Martínez Baracs.

            En su conferencia «Hernán Cortés y la conquista de México-Tenochtitlan», el investigador consideró que la tragedia humanitaria que significó la epidemia de viruela de 1519, con la muerte de más de 80% de la población indígena, y la revolución tecnológica asociada al dominio español por las armas, se habrían producido en algún momento incluso si los mexicas hubiesen ganado la guerra; además, había muestras evidentes de hartazgo de los pueblos sometidos al imperio mexica porque se trataba de una sociedad militarista, sacrificial y antropófaga.

            A lo largo de su exposición, rechazó que haya fundamento en afirmar que la fundación de Tenochtitlan ocurrió en 1321 -las fuentes señalan a 1325 como el año más probable-, que la conquista haya sido un genocidio, pues los españoles, desde la orden del cabildo en la Villa Rica de la Vera Cruz, dispusieron el empleo de la mano indígena para explotar y crear riqueza, y defendió la importancia de la evangelización, así como la alianza entre religiosos e indígenas que se produjo en el siglo XVI como medio de defensa de la población autóctona de los abusos de los encomenderos.

            Martínez Baracs participó en el seminario Arqueología y Etnohistoria de Mesoamérica, que este año se dedica precisamente a reflexionar sobre la conquista, con un análisis detallado desde la propuesta del historiador francés Fernand Braudel sobre la larga, mediana y corta duración, que lo llevó a cubrir un periodo muy extenso desde la prehistoria hasta 1521.

            Partió de la certeza de que para los mexicanos siempre ha sido muy difícil de aceptar la presencia de Hernán Cortés en nuestra historia, pues en su figura se centran polémicas, odio, amor, hispanismo e indigenismo, entre otros elementos, pese a que la conquista de México-Tenochtitlan solo fue parte de un proceso mayor que llevó a la dominación de otras porciones del entonces inmenso territorio que cubría a pueblos y culturas más allá de los mexicas.

            Desde la larga duración, esa conquista es la revolución más radical de todas, acaso tan importante como el primer proceso de poblamiento y la revolución agrícola, ya que se dio en verdad lo que Miguel León-Portilla llamó el encuentro de dos mundos y sus repercusiones terminaron alcanzando al mundo de hace medio milenio.

            Respecto de la duración media, el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia destacó como elementos de continuidad a los antiguos altépetl, representados por el glifo de la montaña y el agua, es decir, el reconocimiento español de los pueblos subordinados a los mexicas, una parte de los cuales apoyó a Cortés en la conquista de México-Tenochtitlan.

En la corta duración ubicó el tema de las alianzas indígenas en contra de los mexicas, que en la historiografía actual busca quitarle importancia a la acción de Cortés, pero esas alianzas no se habrían dado sin la superioridad militar de los españoles, a la vez de que reconoció la incorporación de nuevas fuentes para el enriquecimiento de los estudios sobre la conquista, que dan pauta para afirmar que cada pueblo actuó de acuerdo con sus intereses.

Al hacer comentarios a la conferencia, el también historiador Xavier Noguez Ramírez, profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, señaló que ningún pueblo precolombino resistió la presencia y la conquista, pues todos fueron colonizados por ingleses, franceses, españoles, portugueses u holandeses; propuso contrastar la conquista de México-Tenochtitlan con la del imperio inca y dijo que, efectivamente, por el Teocalli de la Guerra Sagrada se sabe que la fecha más cierta de la fundación de Tenochtitlan es 1325.