Después de más de un año, un largo período pandémico, ha llegado el momento de interrumpir, temporalmente, estos escritos diarios, por lo que, en primer lugar, debo agradecer a este medio, ‘Edomex Al Dia, Información y Análisis’ por su amabilidad y profesionalidad. Sin esa atención motivadora, yo no hubiera tenido el aliciente para redactar un escrito diario.
Y, en segundo lugar, es preciso agradecer, asimismo, la atención y paciencia de los potenciales lectores, a los que sin duda habré decepcionado y cansado en algunas ocasiones, si bien mi intención, siempre, ha sido la de intentar ‘enriquecer’ la exposición de los diferentes temas de actualidad, con píldoras adicionales, a veces cogidas por los pelos, es verdad, pero que, a mi parecer, podían servir para amenizar la lectura, o servían para facilitar complementos que, además de contextualizar el tema en cuestión, permitiesen el recordatorio de aspectos estimulantes culturalmente. Si lo he conseguido, o no, eso no lo puedo saber, pero deseo que, aunque mínimamente, haya sido así.
Sé que los temas tratados han tenido un sesgo claro, que no he ocultado en ningún momento, ya que así me parece más honesto; y ese sesgo es el independentismo catalán, que para mi es del máximo interés.
Llegado a esta meta volante actual, me parece interesante señalar que, si bien a lo largo de mi vida he escrito bastante, nunca había redactado un escrito diario, y eso, para mi, ha sido un gran estímulo, ya que me hacía leer y seguir las tertulias con la mente abierta para coger ideas. Ciertamente, todos sabemos que la realidad actual es compleja y polifacética, así que cada día hay temas relevantes, dignos de atención, por lo que esa tarea ha sido fácil; así como la de redactar estos ‘rollos’, así que, en definitiva, para mí ha sido una verdadera satisfacción realizarlos.
Y aunque este año de pandemia, con todo tipo de limitaciones, confinamientos, problemas sanitarios, etc., en muchos aspectos haya sido muy largo y duro, la dedicación a estos escritos me ha estimulado y enriquecido, como no podía imaginar con anterioridad, así que, para mí, ha sido un ejercicio muy positivo.
Pero todo llega y todo pasa, como escribió Francesc Canosa, haciendo referencia a Montserrat Roig i Fransitorra (1946-1991):
‘Montserrat Roig, una cirera’ (una cereza):
El verano llegaba con las cerezas. Como un reloj. Y como las agujas que azotan el tiempo corrían, sangraban, morían, rápidamente (…) El tiempo de las cerezas es el carpe diem convertido en fruta. Se han de coger deprisa. Sin perder el tiempo. Los pájaros son pilotos de escuadrones aéreos suicidas que destruyen los cerezos portaaviones. Las cerezas son seres efímeros. Las cerezas son breves, fugaces, fugitivas, temporales. ¡Zas!.
El tiempo de las cerezas es un momento único, irrepetible, de fama, de publicidad, de luz, de rayo. El cerezo es un star system con fecha de caducidad contado con los dedos de las manos. Se levanta el telón de la vida. Y aparecen, milagrosos, omnipresentes, los cerezos y parece que hayan de dar besos de cine a cada segundo. La cereza es un amor de verano concentrado en días. Con las cerezas no se puede dudar. La cereza marchitará en la discoteca de la naturaleza. Pansiéndose, desolada, envejeciendo, diciendo adiós demasiado joven, Como un cadáver exquisito. James Dean fue una cereza. Y Marilyn Monroe, Bruce Lee, Jim Morrison, Janis Joplin, Kurt Cobain, Amy Winehouse … Montserrat Roig también fue una cereza.
Roig, roja, reluciente, ardiente, explosiva, beso de cerezo, publicó en 1977 ‘El temps de les cireres’ (El tiempo de las cerezas). Novela para decir que el universo es una cereza: la vida pasa, demasiado rápido.
(…)
En su novela, todos los protagonistas buscan su cerezo. Todos esperan que llegue su tiempo de las cerezas. Todos quieren comer cerezas antiaging, antidepresivas, vitamina cielo, droga vida. Todos quieren ser yonquis de la existencia. Todos quieren inyectarse el verano de la felicidad. Pero la realidad es un árbol caído, decapitado, degollado, ejecutado.
(…)
‘La Catalunya real está enterrada, algún día volverá a surgir’, escribió Roig cereza. Somos un fantasma que vuelve a los árboles de verano. Somos un orgasmo de un momento temporal en medio de un coito interruptus permanente, continuo, prolongado de país. El cerezo es sexo sin fecundación. ‘Es que aceptamos la anormalidad que nos ha estado impuesta desde fuera’ dijo Roig con la cara reluciente, enrabiada. ‘Nosotros somos hijos forzados del franquismo’ y ‘para saber pensar, es preciso saber mirar’. Creo que hablaba de las cerezas. Del tiempo de las cerezas. De nosotros: devorados en segundos, deseados eternamente’.
(Francesc Canosa, Ara, 7 de junio del 2021)
‘En Japón, los árboles del cerezo son denominados sakura, refiriéndose tanto al árbol como a su flor. Y viene influenciado por el budismo, simbolizando la fragilidad, la inocencia, la sencillez, el paso efímero de la vida y el renacimiento: el despertar del valle, el cerezo en flor y la caída de la hoja, cubriendo los campos con las flores caídas, con su manto blanco.
Las recepciones solemnes, conocidas como Hanani, generalmente son excursiones en donde las personas se juntan para reflexionar sobre la naturaleza efímera de la vida y la mortalidad, debido a que la vida útil de las flores de cerezos es corta. La cultura samurái de Japón también admiraba mucho a esta flor ya que se consideraba que los samuráis (al igual que las flores de los cerezos) tenían una vida corta y además porque se creía que la flor representaba las gotas de sangre derramadas en sus batallas. En la actualidad, la flor representa la inocencia, la sencillez, la belleza de la naturaleza y el renacimiento que trae la primavera’.
(Wikipedia)
En definitiva, que espero que el tiempo de cerezas que les queden y nos queden, los vivamos plenamente, disfrutando de los placeres que simboliza.
De nuevo, gracias por todo, y hasta la vista.