Associated Press (AP) — Desde tempranas horas, Gracce Kelly Flores corre a través de una carretera polvorienta a los pies de las montañas cerca de La Paz, en Bolivia, para cumplir con su rutina de entrenamiento de boxeo que inició hace cuatro años.
Con 12 años de edad ya le llaman “mano de piedra”, aún es boxeadora de exhibición —lo que implica que por ser menor no puede pelear por más de dos minutos— pero la pequeña Gracce Kelly quiere llegar a las ligas mayores del boxeo mundial de la mano de su padre, quien es su leal entrenador en medio de la pandemia que sacude al país.
“Soy mano de piedra porque me gusta golpear muy fuerte”, dijo el jueves Gracce Kelly a The Associated Press.
En un deporte que en Bolivia es poco practicado por mujeres, ella aún es amateur y no es muy popular, pero sigue prepárandose para cumplir su sueño en medio de las medidas de restricción que determinaron las autoridades de la vecina población de Palca.
“Sigo entrenando para no olvidar técnicas para mi próxima pelea, que espero que sea en cuanto se levante (la pandemia)”, mencionó la joven boxeadora.
La familia Flores vive cerca de las montañas –a 3.400 metros sobre el nivel del mar— en una vivienda hecha en su mayoría de ladrillos de barro y de cerámica. Compuesta de cuatro miembros más un perro salchicha y un gato viven en un cuarto que a la vez es su comedor, cocina y dormitorio.
Su padre, Alberto Flores —de 54 años, exboxeador amateur y ahora encargado de su criadero de conejos en su propia casa— entrena con su hija tres horas diarias. Luego ella ayuda al cuidado de los conejos de su papá y estudia matemáticas y otras materias. Su nivel académico en lo últimos años no baja de 90.
Su padre asegura que su hija mostró dotes de boxeadora a los seis años y desde ese momento buscó apoyo y quien la entrenará, pero no tuvo éxito. Por ello decidió entrenarla él mismo y a los ocho años su pequeña atleta derrotó a un niño más grande y de mayor peso.
Entre los tropiezos por los que atraviesa actualmente está encontrar niñas de la categoría de Gracce Kelly, de 40 kilos.
A la fecha ella ha ganado tres medallas, dos de ellas en campeonatos y la otra es de reconocimiento. Flores explicó que su hija es boxeadora de exhibición y que en dos años podrá pelar como amateur, es decir, por más tiempo. “Actualmente solo hace peleas de dos minutos con tres rounds”, explicó, en torneos de 15 niñas de las cuales tres están en el peso de su hija.
José Cabrera, representante de la Federación de Boxeo de Bolivia, explicó a AP que en el país de “cada 100 niños, 20 niñas practican el pugilismo… Lamentablemente en el país no hay el apoyo para el boxeo. Hay talento, pero sin preparación no hay avance”, explicó, y dijo que la pandemia ha postergado muchos campeonatos y lo varios gimnasios han cerrado.
El talento de Gracce Kelly y su disciplina le valieron el apoyo de una empresa minera que le da un bono para su alimentación.
“Mi sueño es llegar a las ligas mayores y cumplir 18 años para poder pelear con Jenifer Salinas, mi boxeadora boliviana favorita”, dijo Gracce a la AP.